Grecia y el paro
Para los dirigentes de la generaci¨®n anterior (los Mitterrand, Kohl, Delors, Gonz¨¢lez,...) el euro fue, sobre todo, un proyecto pol¨ªtico que remit¨ªa directamente a los or¨ªgenes filos¨®ficos de la construcci¨®n europea. La Uni¨®n Europea (UE) ha conseguido en muchas ocasiones (las m¨¢s importantes) sus fines pol¨ªticos a trav¨¦s de las herramientas econ¨®micas. Ahora es el momento de darle la vuelta a aquel m¨¦todo de trabajo: la pol¨ªtica ha de acudir en auxilio de la econom¨ªa.
Con el fin de salvar una uni¨®n monetaria llena de imperfecciones y que no estaba preparada para asimilar una crisis como la actual, se necesita un compromiso pol¨ªtico excepcional de los actuales dirigentes. En definitiva, m¨¢s Merkel y Tsipras, que Sch?uble y Varoufakis. Todo ello, si se pretende avanzar y arreglar dificultades como las que afectan hoy a la UE y al Eurogrupo. Por ejemplo, Grecia (m¨¢s coyuntural) y el paro (m¨¢s permanente).
Se le pueden dar todas las vueltas que se quiera, negociar hasta la exhaustividad y conseguir nuevos plazos y cr¨¦ditos para eternizar una soluci¨®n desagradable, pero el enunciado del problema griego sigue siendo el mismo: este pa¨ªs no puede pagar sus deudas, so pena de sacrificar varias generaciones de helenos a unos niveles de pobreza y exclusi¨®n desconocidos en la Europa de hoy. Y ello es as¨ª porque las pol¨ªticas adoptadas para ayudarles, o para crecer, han tenido como resultado el colapso de casi un tercio del tama?o de su econom¨ªa, lo que no sucede habitualmente m¨¢s que en periodos de guerra.
La pol¨ªtica ha de acudir ahora a auxiliar a la econom¨ªa europea. M¨¢s Merkel y menos Scha¨¹ble
En lo que se refiere al desempleo de la zona euro (m¨¢s del 11% de su poblaci¨®n activa), hay dos caracter¨ªsticas que no se pueden dejar de subrayar una y otra vez: que una parte cada vez m¨¢s amplia del mismo es paro estructural, es decir, de ciudadanos que no volver¨¢n a trabajar aunque quieran, independientemente de que mejore o no la coyuntura, porque se han convertido en personas inempleables (por falta de formaci¨®n cualificada, porque se han quedado obsoletos, porque son de larga duraci¨®n y cuanto m¨¢s tiempo pasan en esa situaci¨®n menos son requeridos por los empleadores...); y que el paro juvenil dobla en porcentaje al paro general, superando en algunos pa¨ªses ¡ªGrecia, Espa?a...¡ª el 50% de sus efectivos menores de 25 a?os en condiciones de acceder al mercado laboral.
Muchos de esos j¨®venes, con una s¨®lida formaci¨®n, no tienen ya esperanza de encontrar trabajo en sus pa¨ªses. Ello equivale a decir que la solidaridad y la justicia social, que formaban parte del proyecto europeo desde sus inicios en los a?os cincuenta, han retrocedido. No es casual que muchos de ellos miren a Alemania como la panacea de sus problemas: porque es un pa¨ªs envejecido que precisa todos los a?os de una gran mano de obra extranjera cualificada para mantener su nivel de vida, y porque est¨¢ en el segundo lugar del mundo, despu¨¦s de EE UU, en la lista de pa¨ªses preferidos por los que dejan sus pa¨ªses de origen. Aunque sea en minijobs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.