De comparaciones

Rafa Nadal es para muchos espa?oles, entre los que me cuento, no s¨®lo un modelo admirable de deportista, sino tambi¨¦n un ejemplo de conducta intachable y de sensatez, manifestada tanto en sus apariciones p¨²blicas como en sus declaraciones. Por eso resultan tan disonantes sus palabras sobre Gala Le¨®n a la que no considera cualificada como posible capitana del equipo masculino de la Copa Davis, y desde luego resulta inadmisible y absurda, adem¨¢s de despedir un sospechoso tufo machista, la comparaci¨®n que establece entre la supuesta incapacidad de la aludida para ponerse al frente del equipo y la de ¨¦l mismo para dirigir un hospital, porque si es cierto que Nadal no tiene vinculaci¨®n profesional con el mundo de la sanidad, Gala Le¨®n posee un historial ten¨ªstico acreditado y solvente, m¨¢s all¨¢ de que puedan considerarse la mayor o menor idoneidad de otros candidatos alternativos.

A m¨ª, con todo respeto, la comparaci¨®n utilizada por Nadal me ha parecido tan chusca, desafortunada e injusta como la establecida por Rajoy entre el PP y C¨¢ritas para defenderse de la acusaci¨®n de delito fiscal por las donaciones recibidas por su partido. Como alguien dijo hace unos d¨ªas de la comparaci¨®n insostenible de Rajoy, Nadal tambi¨¦n parece confundir un elefante con una pistola.¡ª Jos¨¦ Manuel Asensio Villar.