El PSOE golpea primero
El triunfo de Susana D¨ªaz, aun sin mayor¨ªa absoluta, le deja varias opciones de Gobierno
Los resultados de las urnas andaluzas ofrecen al PSOE una n¨ªtida victoria sobre sus oponentes, principalmente el Partido Popular. Obtiene un resultado francamente meritorio en un escenario pol¨ªtico m¨¢s fragmentado que el precedente (entran cinco fuerzas en el Parlamento andaluz, frente a las tres anteriores) y tras a?os de crisis de identidad del socialismo espa?ol. Susana D¨ªaz consigue tambi¨¦n poner el pie en la pared frente a la acometida de Podemos, aunque no logra la mayor¨ªa absoluta que le permitir¨ªa gobernar con mayor comodidad.
Editoriales anteriores
A mucha distancia de los socialistas, los partidos emergentes demuestran un considerable empuje. Desde luego est¨¢n muy lejos de dar un vuelco al mapa pol¨ªtico, como pretend¨ªa Podemos, pero esta fuerza s¨ª altera el espacio de la izquierda. Podemos irrumpe en el Parlamento andaluz como tercera fuerza a base de desplazar a quien llevaba casi 30 a?os en esa posici¨®n, Izquierda Unida, y probablemente gracias a la incorporaci¨®n de votantes nuevos o abstencionistas en otros comicios. Muy relevante resulta tambi¨¦n que Ciudadanos, un partido con ra¨ªces catalanas, salte a la pol¨ªtica espa?ola como opci¨®n centrista, capaz de desempe?ar el papel de bisagra en pactos o acuerdos futuros.
Si la victoria de Susana D¨ªaz ha sido insuficiente para asegurar un Gobierno monocolor, las paradojas que rodean el triunfo del PSOE se transforman en una ¨¢spera derrota en el caso del Partido Popular. Ha fracasado la renovaci¨®n intentada con un candidato in¨¦dito, Juan Manuel Moreno, y el mal resultado salpica al presidente del Gobierno, que se ha volcado in¨²tilmente en la campa?a junto con gran parte de los ministros. El PP se ha resistido tercamente a dar un mayor perfil pol¨ªtico a su Gobierno y a sustituir a ministros quemados ¡ªquiz¨¢ otros lo llamen firmeza¡ª, lo cual no se compadece con la respuesta de las urnas; ha dado una respuesta insuficiente al problema de la corrupci¨®n, y se ha manifestado en t¨¦rminos desabridos sobre oponentes pol¨ªticos.
Durante la campa?a, Mariano Rajoy insisti¨® en la legitimidad de la fuerza m¨¢s votada para gobernar. Si esto era un globo sonda para obtener el compromiso de reciprocidad socialista en los futuros comicios, no es probable que lo obtenga. En todo caso, es pronto para entrar en la administraci¨®n de la victoria y de las opciones que se abren para quien tiene la llave de todas ellas, que es Susana D¨ªaz.
Una nueva generaci¨®n se est¨¢ haciendo cargo de los asuntos p¨²blicos y es evidente la presi¨®n de la ciudadan¨ªa para que cambien tambi¨¦n los modos de representar los intereses de los votantes y los m¨¦todos de gobierno. Ese es el mensaje emitido por el pueblo soberano en Andaluc¨ªa y el que reiteradamente transmiten las encuestas en el conjunto de Espa?a. No hay duda de que el electorado busca nuevas soluciones a los problemas econ¨®micos y sociales sin romper un sistema democr¨¢tico en el que manifiestamente sigue creyendo, como lo demuestra la elevada participaci¨®n alcanzada ayer.
Ser¨ªa completamente err¨®neo valorar lo sucedido ayer como la confirmaci¨®n de la crisis del bipartidismo, en lo que obsesivamente insist¨ªan no pocos sectores pol¨ªticos y medi¨¢ticos. De entrada, Andaluc¨ªa resulta un mal ejemplo para hablar de esto, puesto que esa comunidad jam¨¢s ha conocido la alternancia entre dos partidos despu¨¦s de m¨¢s de tres decenios de hegemon¨ªa socialista. Lo relevante es que el PSOE gana el primer embate electoral de 2015, mientras el PP inaugura el calendario de comicios en Espa?a bajo la carga de un descalabro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.