Moda china: un mercado inmenso en busca de autor
Comienzan a despuntar j¨®venes dise?adores, aunque se enfrentan a problemas como su inexperencia o el desconocimiento de los consumidores
Hace apenas unas d¨¦cadas, China se vest¨ªa con el traje Mao, y cualquier otra elecci¨®n pod¨ªa causar acusaciones de revisionismo. La ¨²nica frivolidad permitida era elegir el color: negro, azul o marr¨®n. Hoy, el mercado del lujo alcanza los 27.000 millones de d¨®lares, seg¨²n la consultora McKinsey. El sector de la moda, en todos sus registros, mueve 214.000 millones anuales, m¨¢s que el presupuesto nacional de Defensa. Y mientras los m¨¢s adinerados hacen cola para aprovechar las rebajas de Chanel, surgen tambi¨¦n j¨®venes dise?adores chinos que reclaman un lugar bajo el sol para su talento.
Liu Lu, una joven dise?adora independiente, no lleg¨® a vivir aquella ¨¦poca de uniforme ¨²nico. Pero en su infancia la moda era algo inexistente. Estudiaba en Nueva York cuando su madre le llam¨® por tel¨¦fono: -¡°Hija, se me ha ocurrido la carrera perfecta para ti ?Dise?adora!¡± -¡°Pero mam¨¢, no hay dise?adores de moda en China¡± -¡°?Precisamente por eso!¡±, rememora ante un grupo de periodistas extranjeros, entre risas y haciendo tintinear unos aparatosos pendientes, en v¨ªsperas de la inauguraci¨®n este mi¨¦rcoles de la Semana de la Moda de Pek¨ªn.
Con admiradoras como la actriz Zhang Ziyi, y unas l¨ªneas de moda pensadas para ¡°mujeres que quieren ser muy femeninas, que quieren mostrar su lado sexi¡±, Liu est¨¢ ya en camino de consagrarse. Dise?adores, como Xander Zhou, Uma Wang o Zuc Zug ya suenan internacionalmente y han participado en desfiles en Mil¨¢n, Londres o Par¨ªs. Otros se han quedado por el camino en un mercado de gran potencial -Euromonitor calcula que China ser¨¢ el primer comprador de prendas de vestir del mundo en 2017, por delante de EE UU.-, pero a¨²n muy inmaduro.
¡°En realidad, el dise?o en China es un hobby para los ni?os de pap¨¢¡±, apunta Hung Huang, editora de la prestigiosa revista iLook Magazine y una de las grandes gur¨²s de la moda en el gigante asi¨¢tico. ¡°Hay dise?adores que no vienen de familias con dinero, pero son los menos¡±. Ello hace que no todos persistan si no consiguen un ¨¦xito inmediato. ¡°No puedes pretender ser el nuevo John Galliano desde el primer momento. Crear una marca lleva tiempo, pero los chinos no tienen paciencia para eso, quieren el dinero y el glamur ya mismo. Esa es una de las cosas que impiden que surja una gran marca¡±.
Otro factor es la falta de creatividad. Aunque las escuelas de dise?o en China son t¨¦cnicamente buenas, su estilo es muy conservador. Muchos de los que despuntan se han formado en el exterior, como Liu o como Masha Ma, que estudi¨® en la londinense Central St Martins.
En parte porque muchos se han apuntado al carro del dise?o simplemente porque est¨¢ de moda, surgen los problemas: no todos los modelos suelen estar, por ejemplo, disponibles en todas las tallas. O no hay flexibilidad en cuanto a colores. Carecen de una estrategia de mercadotecnia, o de una red establecida de puntos de venta.
Adem¨¢s, la ¡°f¨¢brica del mundo¡± que es China est¨¢ preparada para producir en cantidades industriales para la exportaci¨®n, no en las peque?as medidas que puede necesitar un creador incipiente para unas colecciones muy reducidas y que acaba pagando precios muy altos por el material. Eso repercute en el valor final de sus prendas. ¡°Para los dise?adores independientes es casi imposible rebajar precios¡±, confirma Liu.
El desconocimiento de los compradores tambi¨¦n desempe?a un papel. El n¨²mero de clientes dispuestos a invertir en ropa de dise?o es a¨²n reducido. Aquellos que s¨ª quieren gastar su dinero en prendas carecen por lo general de mucha experiencia, y prefieren apostar por nombres extranjeros consagrados. Su gusto, adem¨¢s, suele tender a lo ¡°ostentoso¡±, explica Hung.
Aunque eso ha comenzado a cambiar. Los dise?adores modernos van a irse profesionalizando y aprender¨¢n a encontrar su voz. No necesariamente, apunta Hung, con una est¨¦tica espec¨ªfica de China. ¡°La moda es moda y tiene un lenguaje internacional¡±.
Y con la prosperidad de China en aumento, tambi¨¦n crece el n¨²mero de gente dispuesta a comprar moda nacional. La primera dama, Peng Liyuan, ha lucido ante el mundo prendas de dise?adores locales, como un abrigo de Exception que caus¨® furor -e innumerables imitaciones- en China. La ostentaci¨®n, ese gran enemigo del buen gusto, va cayendo en desgracia a ra¨ªz de la estricta campa?a contra la corrupci¨®n que lleva a cabo el Gobierno desde hace dos a?os.
En opini¨®n de Hung, el mayor discernimiento de los consumidores supondr¨¢ un ¡°desaf¨ªo¡± para los nuevos creadores, que tendr¨¢n que producir prendas de calidad. No todos los compradores querr¨¢n dise?o puntero -¡±hay gente que quiere comprarse ropa, no moda¡±, precisa Liu-, pero s¨ª exigir¨¢n tejidos y cortes adecuados. ¡°A nadie le gusta comprar ropa mal hecha¡±, precisa la experta.
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