¡®Mars One¡¯, historia de una marcianada
Un emprendedor holand¨¦s quer¨ªa llevar la primera colonia humana a Marte en 2025 y grabarlo en un 'reality show'. Por ahora, solo ha sacado dinero de los concursantes y fans
¡°Una vez est¨¢s dentro te lo vas creyendo, te lo quieres creer, pero despu¨¦s te llega un golpe de realidad y te sientes medio enga?ado¡±. As¨ª habla el f¨ªsico valenciano Jos¨¦ Vicente D¨ªaz sobre Mars One, un nebuloso proyecto a medio camino entre el reality show y la exploraci¨®n espacial para llevar colonos a Marte en un tiempo r¨¦cord: el a?o 2025. En mayo de 2013 D¨ªaz se present¨® a este concurso, organizado por un emprendedor holand¨¦s que dec¨ªa tener un contrato con la productora de Gran Hermano para convertir el proyecto en un programa de televisi¨®n. Este emitir¨ªa el competitivo proceso de selecci¨®n, el viaje y la colonizaci¨®n del planeta rojo. Los beneficios servir¨ªan para costear la misi¨®n. El ba?o de realidad al que se refiere D¨ªaz ha llegado hace unas semanas, cuando se han multiplicado las dudas sobre la seriedad y posibilidades del proyecto. Uno de los detonantes han sido las declaraciones de unos de los candidatos que han pasado la ¨²ltima ronda de clasificaci¨®n.
¡°Toda la informaci¨®n que tienen de m¨ª es un v¨ªdeo cutre que yo mismo grab¨¦, una solicitud que rellen¨¦ b¨¢sicamente con monos¨ªlabos y una entrevista de 10 minutos por Skype¡±, denunciaba hace unos d¨ªas Joseph Roche en declaraciones a Medium. A pesar de esto, el astrof¨ªsico entr¨® en el grupo de 100 candidatos seleccionados, los mejores en teor¨ªa entre m¨¢s de 200.000 que se presentaron al concurso. Pero ni siquiera eso puede ser as¨ª, pues Roche asegura que, en realidad, el proyecto apenas recibi¨® 2.761 solicitudes.
El candidato rompi¨® su silencio por la credulidad con la que muchos medios de comunicaci¨®n informaron sobre Mars One, controlado por una fundaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro con sede en Holanda. Y esto a pesar de las serias dudas t¨¦cnicas, econ¨®micas y de otra ¨ªndole que deber¨ªa despertar un viaje a Marte de solo ida, a?os antes que las mayores agencias espaciales y por un coste, cuando menos, 10 veces inferior.
Roche tambi¨¦n ha aireado las t¨¢cticas dise?adas por los responsables del proyecto, liderado por el holand¨¦s Bas Lansdorp, para obtener dinero de los concursantes. Para pasar a la primera ronda del concurso hab¨ªa que pagar una cuota de inscripci¨®n cuyo precio variaba seg¨²n el pa¨ªs. En Espa?a eran 20 euros, seg¨²n D¨ªaz, aunque en los pa¨ªses menos desarrollados la tasa no superaba los cinco. Hasta aqu¨ª, nada fuera de lo normal. Pero los participantes pueden adem¨¢s aumentar su puntuaci¨®n comprando productos y recuerdos de la misi¨®n o haciendo contribuciones econ¨®micas. Los organizadores tambi¨¦n animan a los candidatos de la ¨²ltima ronda a hacer entrevistas pagadas y donar a Mars One, de forma voluntaria, el 75% del dinero. Roche denunciaba que hab¨ªa contendientes que hab¨ªan comprado su paso a la siguiente ronda.
Roche ha aireado las t¨¢cticas dise?adas por los responsables del proyecto para obtener dinero de los concursantes
Algunos participantes se han tomado muy en serio la necesidad de recaudar fondos. Es el caso de ?ngel Jan¨¦, uno de los dos ¨²nicos espa?oles que siguen entre los 100 seleccionados. Contactado por Materia para conocer su opini¨®n sobre las cr¨ªticas vertidas al proyecto, Jan¨¦ pidi¨® ¡°una colaboraci¨®n econ¨®mica para poder sufragar los gastos¡± de su ¡°candidatura, como viajes, academia de ingl¨¦s, gimnasio" y su ¡°tiempo¡±.
Otros contendientes tienen una actitud m¨¢s abierta. El dan¨¦s Christian O. Knudsen era el primero en una lista de los 10 participantes con m¨¢s puntuaci¨®n en Mars One que public¨® The Guardian. En un correo electr¨®nico, Knudsen explica que cada d¨®lar que paga a Mars One le reporta entre uno y tres puntos. Para conseguir sus 2.519 puntos extras ha pagado entre 800 y 2.500 d¨®lares desde que comenz¨® el proyecto, calcula, una cantidad que ir¨¢ aumentando, pues hace una contribuci¨®n mensual de 25 d¨®lares. Knudsen dice que sabe perfectamente que sus puntos extras no le ayudar¨¢n en la selecci¨®n final (es lo que mantienen los organizadores) y que esta es su forma de contribuir a que el proyecto salga adelante. ¡°Es lo mismo que hago con otras causas como Unicef y OpenMedia¡±, explica.
Los primeros astronautas se asfixiar¨ªan a los 68 d¨ªas de llegar, seg¨²n el MIT
Mientras esta v¨ªa de financiaci¨®n est¨¢ perfectamente dise?ada, el resto se tambalea o no existe. Endemol, la productora que en teor¨ªa deber¨ªa emitir las fases clasificatorias de este gran hermano marciano, ha desertado del proyecto y por ahora no hay ninguna otra que quiera tomar el relevo, seg¨²n ha reconocido Lansdorp en un comunicado. En ¨¦l, el jefe de Mars One niega las acusaciones vertidas por Roche y asegura que el proyecto es viable, aunque est¨¦ sujeto a retrasos. De hecho la fecha de aterrizaje en Marte ha tenido que aplazarse a 2027, puesto que no hay dinero para lanzar la misi¨®n previa no tripulada que deb¨ªa salir en 2018. Lansdorp asegura que Mars One ya ha obtenido fondos a trav¨¦s de una ronda de financiaci¨®n y que est¨¢ a punto de cerrar otra muy exitosa. A preguntas de este diario, ni ¨¦l ni su responsable de prensa aclaran cu¨¢nto dinero han reunido. La informaci¨®n sobre ingresos de Mars One que s¨ª est¨¢ disponible en su web es la de donaciones de participantes y fans: 784.380 d¨®lares, una suma a a?os luz de los 6.000 millones de d¨®lares que, seg¨²n sus creadores, hacen falta para la misi¨®n.
M¨¢s barato que la NASA
En octubre de 2014, ingenieros del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT) hicieron un an¨¢lisis independiente de la misi¨®n desde un punto de vista t¨¦cnico. Mars One pretende enviar un primer grupo de cuatro colonos y despu¨¦s seguir aumentando la base marciana con otros cuatro habitantes cada dos a?os hasta llegar a los 24. Una de las conclusiones del estudio era que los primeros astronautas se asfixiar¨ªan a los 68 d¨ªas de llegar debido al exceso de ox¨ªgeno en los m¨®dulos de la colonia. El trabajo conclu¨ªa que los costes de la misi¨®n ser¨ªan muy superiores a lo calculado y que buena parte de la tecnolog¨ªa necesaria no se ha desarrollado a¨²n.
Lansdorp menosprecia el estudio del MIT y dice que toda la tecnolog¨ªa que necesita ya existe. Eso, asegura, hace la misi¨®n mucho m¨¢s barata que los viajes de ida y vuelta que planean agencias convencionales como la NASA y que costar¨¢n diez o incluso cien veces m¨¢s.
En sus v¨ªdeos de presentaci¨®n, un sinf¨ªn de candidatos confiesan que su sue?o era convertirse en astronautas a pesar de que, como adultos, la vida les ha llevado por otros derroteros. ¡°El espacio es algo que me apasiona y esta era una oportunidad que no pod¨ªa perder¡±, dice Nuria Tapias, otra de las candidatas espa?olas que cayeron en la ¨²ltima ronda de selecci¨®n (la segunda de cuatro). Al igual que D¨ªaz, en su participaci¨®n en Mars One ha pasado de la euforia inicial al realismo. ¡°Empec¨¦ pensando que este era un proyecto muy grande y ahora me doy cuenta de que tal vez no llegue a nada¡±, reconoce Tapias. La ¨²ltima prueba de selecci¨®n por la que pas¨® consist¨ªa en una entrevista informal de 10 minutos por Skype, comenta esta catalana de 31 a?os que trabaja en una inmobiliaria en Calafell. Al otro lado estaba Norbert Kraft, un psiquiatra experto en los efectos mentales del aislamiento caracter¨ªstico de las misiones espaciales que ha trabajado para varias agencias espaciales y ahora se ha embarcado como experto seleccionador de concursantes de Mars One. ¡°En la entrevista te preguntaba cosas sobre libros relacionados con Marte y preguntas personales para saber si est¨¢bamos preparados, fue todo muy r¨¢pido¡±, recuerda D¨ªaz. Cualquier persona con cualquier formaci¨®n puede participar en el proyecto y no est¨¢ claro c¨®mo pueden influir sus estudios o experiencia en el proceso de selecci¨®n. ¡°El criterio es s¨²per raro, no se fijan en tus estudios o el curr¨ªculum y los criterios son muy vagos, solo frases como ¡®buscamos gente entusiasta, con ganas y capacidad de superaci¨®n¡±, resalta D¨ªaz. Cuando le comunicaron que no hab¨ªa pasado a la siguiente ronda, los responsables de Mars One le escribieron por email: ¡°Este no es el final de tu sue?o [...] Vamos a abrir un nuevo proceso de selecci¨®n en 2015 y te animamos a volver a inscribirte¡±. D¨ªaz les pregunt¨® detalles, por ejemplo si tendr¨ªa que volver a pagar y empezar de cero su candidatura. A¨²n est¨¢ esperando respuesta, dice.
Lansdorp ha dicho que este proyecto quiere ser inspirador y lo compara con el que John Kennedy impuls¨® para llevar al hombre a la Luna en una d¨¦cada. Pero su proyecto se parece al programa Apolo como un mel¨®n a un pino, aunque solo sea porque este cost¨® 98.000 millones de d¨®lares y el esfuerzo de casi medio mill¨®n de empleados. Tampoco cuadra la ligereza a la hora de elegir candidatos ni el proceso de entrenamiento. Por ejemplo, en 2013 la NASA present¨® a los ocho astronautas (pilotos de ¨¦lite y cient¨ªficos) que podr¨ªan ser los primeros en viajar a Marte. El grupo comenz¨® su entrenamiento ese mismo a?o en el Centro Espacial Kennedy aunque su viaje no ser¨¢ antes de la d¨¦cada de 2030. Por ahora, Mars One no ha aclarado c¨®mo, cu¨¢ndo ni d¨®nde se realizar¨¢ el entrenamiento de sus astronautas, aunque estos viajar¨¢n a?os antes que los de la NASA y probablemente no tengan la misma formaci¨®n.
Una portavoz de Mars One indica que, a pesar de los retrasos, las dos ¨²ltimas rondas de selecci¨®n se har¨¢n durante este a?o. De los 100 candidatos que siguen en liza, se elegir¨¢n los 24 que pasar¨¢n a formar parte del ¡°cuerpo de astronautas Mars One¡±. Queda por saber si eso ser¨¢ un privilegio, una maldici¨®n o un simple cuento marciano.
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