Acumulaci¨®n
?Recordamos los esfuerzos que hac¨ªamos para encontrar un libro u obtener un disco en nuestra existencia predigital?
Quiz¨¢ sea mejor empezar por el principio, ya que hay sitios peores por donde empezar. Jos¨¦ Roberto Alves Freitas tiene 62 a?os, es brasile?o, es el mayor coleccionista de vinilos del mundo; seg¨²n sus c¨¢lculos, tiene entre cinco y siete millones de discos, lo cual (en este caso los c¨¢lculos son m¨ªos) suma unos cuatro millones de horas de m¨²sica, es decir, 2.778 d¨ªas de m¨²sica, es decir, 457 a?os de escucha ininterrumpida (o 685, si Freitas puede permitirse ocho horas de descanso diarios). En Brasil, desafortunadamente, el promedio de vida es bastante m¨¢s bajo que el de los cinco o seis siglos que Freitas necesitar¨ªa para disfrutar (una sola vez, sin embargo, y sin repetir) de su colecci¨®n.
La irrupci¨®n de Internet en nuestras vidas ha supuesto un aumento sin precedentes de la informaci¨®n disponible, aunque no de nuestra capacidad para absorberla. La que existe en la Red en este momento ya es inabarcable y hace que nuestra existencia predigital nos parezca inconcebible. ?Recordamos los esfuerzos que hac¨ªamos para encontrar un libro u obtener un disco? ?Acaso su hallazgo no ten¨ªa un valor especial, el de una proeza? No hay lugar para esa proeza en estos tiempos, y debemos alegrarnos por ello; sin embargo, la proliferaci¨®n de la informaci¨®n y la accesibilidad de los productos art¨ªsticos (en no menor medida gracias a la pirater¨ªa) ha supuesto la p¨¦rdida de valor de los mismos, que se med¨ªa en virtud del tiempo y del esfuerzo que emple¨¢bamos en su b¨²squeda, del tiempo de vida que les dedic¨¢bamos. El da?o que la libre accesibilidad de los contenidos art¨ªsticos provoca a las industrias culturales me parece insignificante en comparaci¨®n con este otro, el de la p¨¦rdida del placer del descubrimiento y su reemplazo por la acumulaci¨®n in¨²til.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.