El motor del pacto
La capacidad de negociar cotiza al alza en un escenario de persistente divisi¨®n del voto
El tsunami[ pol¨ªtico de los ¨²ltimos a?os en Espa?a se traduce en la insuficiencia de cualquiera de los partidos para imponerse como fuerza hegem¨®nica, a juzgar por el sondeo de Metroscopia publicado hoy en EL PA?S. Se observa un progreso relativo de los socialistas, mientras Ciudadanos recoge los frutos de su s¨®lida instalaci¨®n en el centro pol¨ªtico y de la imagen de su l¨ªder, Albert Rivera, el ¨²nico que obtiene m¨¢s valoraciones positivas que negativas. Pero la lucha de estas fuerzas, codo a codo con PP y Podemos, aumenta el valor de la negociaci¨®n como motor pol¨ªtico fundamental de los nuevos tiempos.
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El ligero avance del PP no permite pensar en una clara recuperaci¨®n. El discurso de la mejora econ¨®mica tiene poco impacto: ocho de cada diez espa?oles no ven mejoras significativas en el empleo, siete de cada diez constatan el aumento de la desigualdad. Queda por ver el efecto de las advertencias de Mariano Rajoy contra ¡°los experimentos¡±, en lo que constituye un intento de recuperar apoyos conservadores; al tiempo que minusvalora la renovaci¨®n generacional del PSOE y la inexperiencia o las intenciones de partidos con los que pocos contaban hace un a?o, Ciudadanos y Podemos. Este ¨²ltimo tampoco tiene nada f¨¢cil asaltar los cielos ¡ªpor seguir la met¨¢fora empleada en su d¨ªa por Pablo Iglesias¡ª, vista su tendencia al estancamiento en las intenciones de voto.
En todo caso, parece claro que las mayor¨ªas absolutas no figuran entre las preferencias de los espa?oles. La opci¨®n principal es la entrega del poder ejecutivo al m¨¢s votado y que ¨¦ste se apoye puntualmente en otros. Si hay que ir a una coalici¨®n, la m¨¢s deseada es la de PSOE y Ciudadanos (51%); y la que menos, la del PP con el PSOE (26%). Todo ello resulta coherente con el deslizamiento de la opini¨®n hacia el centroizquierda, observado (aunque sea solo en una comunidad) en las recientes urnas andaluzas.
No es novedoso que Espa?a sea multipartidista. S¨ª lo es la desconcentraci¨®n del voto: PP y PSOE re¨²nen ahora el 42,7% de las preferencias, frente al 73,3% de las papeletas sumadas en las urnas de 2011. No es imposible que se trastoque este escenario, dada la relativa lejan¨ªa de las elecciones generales. Sin embargo, es indudable que la tendencia hacia alg¨²n tipo de cohabitaci¨®n coloca la capacidad de pactar como la clave de la Espa?a poselectoral.
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