URBANITAS. Ra¨ªces en el asfalto: pasado, presente y futuro de la agricultura urbana.
Nerea Mor¨¢n y Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez Casadevante Kois son coautores de un libro que, por primera vez en castellano, realiza un completo viaje en la evoluci¨®n de las teor¨ªas urbanas en su relaci¨®n con la agricultura. Los cultivos urbanos en la historia de ciudades europeas, norteamericanas, y de nuestra geograf¨ªa a trav¨¦s de episodios fundamentales de la relaci¨®n campo ¨Cciudad. Retratan la manera en que este v¨ªnculo, quebrado con el desarrollo de la revoluci¨®n industrial, comienza su recuperaci¨®n de la mano de movimientos sociales y comunidades urbanas que reintroducen los cultivos en las ciudades. En sus p¨¢ginas nos encontramos con conceptos ineludibles para la construcci¨®n actual de ciudad como son los bienes comunes, la resiliencia y la agroecolog¨ªa urbana, o el derecho a la ciudad. Y tambi¨¦n con la propuesta de un t¨¦rmino nuevo, la 'huertop¨ªa', inspirado en Tom¨¢s Moro, con el que se reivindica el paso que la agricultura ya se abre en nuestras urbes.
?Por qu¨¦ nace este libro?
Nosotros llevamos a?os participando e impulsando huertos comunitarios en Madrid y somos conscientes de que las historias sobre los movimientos sociales y las transformaciones urbanas raras veces las relatan sus protagonistas, as¨ª que asumimos el reto de narrar y jugar el partido a la vez. As¨ª que hemos dedicado varios a?os a recopilar historias, referencias, im¨¢genes... y conociendo tambi¨¦n de primera mano experiencias dentro y fuera de nuestra ciudad. Nos apetec¨ªa poder extendernos, profundizar y explicar en detalle determinados procesos, con un desarrollo m¨¢s amplio de lo que permite un art¨ªculo o una charla breve. Luego esto ha supuesto m¨¢s trabajo, m¨¢s preguntas y m¨¢s investigaci¨®n para abordar cuestiones in¨¦ditas como la historia de la AU en nuestra geograf¨ªa, que va desde Joaqu¨ªn Costa en y el regeneracionismo de finales del siglo XIX a los recientes huertos comunitarios.
?Qu¨¦ aporta la introducci¨®n de huertos urbanos a las ciudades?
Los huertos pueden incorporar distintos beneficios, por una parte ambientales, en relaci¨®n a la calidad del aire, el ciclo del agua, la temperatura ambiental, la inserci¨®n de naturaleza y biodiversidad en la ciudad... en ese sentido act¨²an como cualquier otro tipo de espacio verde. Pero adem¨¢s son espacios demostrativos y de aprendizaje, en los que se visibilizan claramente cuestiones ambientales, como el ciclo de los alimentos y el compostaje de materia org¨¢nica.
Adem¨¢s a nivel simb¨®lico est¨¢n introduciendo en la ciudad unas actividades, unos paisajes y unos conocimientos que actualmente son extra?os en el entorno urbano pero que a la vez son imprescindibles para que las ciudades puedan existir, en este sentido est¨¢n recreando una relaci¨®n urbano-rural. Una conexi¨®n que tambi¨¦n tiene una expresi¨®n f¨ªsica, en la medida en que los huertos y otros espacios verdes pueden dise?arse de forma que atraviesen la ciudad, a modo de red ecol¨®gica, con sus nodos y corredores comestibles, que introduzcan en el entorno urbano los procesos naturales.
Los huertos son tambi¨¦n excelentes espacios de encuentro y colaboraci¨®n, en cualquiera de sus tipolog¨ªas, en los que es f¨¢cil aproximarse a otras personas, preguntar, charlar, compartir... y cuidar en com¨²n una parte de nuestro entorno vital, involucr¨¢ndonos en el embellecimiento de la ciudad. Los huertos est¨¢n dando lugar a nuevas formas de participaci¨®n ciudadana e innovando en la gesti¨®n del espacio p¨²blico bajo l¨®gicas comunitarias.
Seg¨²n las encuestas, el 82% de los espa?oles opina que las ciudades del mundo en general son poco o nada sostenibles, ?qu¨¦ opin¨¢is vosotros?
Son poco sostenibles, efectivamente, pero pueden serlo un poco m¨¢s, pueden ser incluso beneficiosas para el resto del territorio, en la medida en que se reorganicen para funcionar desde la l¨®gica de la proximidad, bas¨¢ndose en las peculiaridades locales, relocalizando la econom¨ªa. Esto supone plantear un modelo de desarrollo que apoye la econom¨ªa en los recursos locales, y que adem¨¢s los conserve y los mejore en vez de agotarlos mediante una explotaci¨®n inconsciente. Es necesario tambi¨¦n incorporar la l¨®gica del funcionamiento de la naturaleza a los procesos urbanos, una suerte de biom¨ªmesis como dir¨ªa Jorge Riechmann. La potencialidad que tiene la ciudad es que entre sus habitantes se puede generar la masa cr¨ªtica que signifique un cambio en estilos de vida, pautas de consumo, de movilidad, expectativas, deseos... empezar a cambiar lo urbano desde lo humano.
?En el dise?o urbano cu¨¢les consider¨¢is que deber¨ªan ser hoy las prioridades?
A escala global es necesario adaptar las ciudades para que puedan pervivir en un contexto de crisis energ¨¦tica y ecol¨®gica. Actualmente las ciudades son espacios altamente vulnerables, que dependen absolutamente de recursos que provienen de espacios muy lejanos, las ciudades no tienen capacidad de autonom¨ªa si se interrumpen estos flujos que alcanzan la escala planetaria, por ejemplo en el abastecimiento de alimentos. Pero la respuesta no est¨¢ en solo en las ciudades como ente aislado, sino sobre todo en las relaciones que mantienen con su territorio, en los espacios periurbanos y en los recursos valiosos del ¨¢mbito municipal.
Pensando en las ciudades de nuestra geograf¨ªa, y en el paisaje que ha quedado tras el pinchazo de la burbuja, habr¨ªa que valorar a qu¨¦ estamos llamando suelo urbano y replantear el l¨ªmite de la ciudad, ?qu¨¦ hacer con los nuevos desarrollos que han quedado a medio desarrollar? ?Y con todo el suelo clasificado que no va a desarrollarse? ?C¨®mo proteger y valorizar los espacios agr¨ªcolas periurbanos? Tenemos grandes extensiones de terrenos sin uso que pueden ser multifuncionales en un modelo urbano que asuma realizar la transici¨®n hacia la sostenibilidad que habl¨¢bamos antes.
Dentro de la ciudad, en los barrios consolidados, pensando tambi¨¦n en el contexto de crisis econ¨®mica que sufrimos, es necesaria una rehabilitaci¨®n urbana integrada, que a¨²ne criterios ambientales y sociales en la regeneraci¨®n del tejido edificado, pero tambi¨¦n del tejido social y econ¨®mico a escala local. La rehabilitaci¨®n energ¨¦tica de edificios, por ejemplo, o la apertura de equipamientos y espacios p¨²blicos a la participaci¨®n de vecinos y vecinas, y a proyectos sociales. Esta ciudad m¨¢s convivencial ser¨¢ m¨¢s proclive a innovar y experimentar con proyectos m¨¢s ambiciosos e integrales de agricultura urbana.
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