La fiebre del oro
Los campesinos de una mina de oro del norte de Per¨² aseguran que los productos t¨®xicos de la explotaci¨®n envenenan a sus animales
Para Elvira Flores, una pastora adolescente de las tierras altas andinas del norte de Per¨², todo empez¨® como una m¨¢s de las tareas del rancho. El 8 de septiembre de 2013 cruz¨® con su reba?o una pista de tierra que atraviesa los pedregosos campos de su familia y baj¨® a un arroyo. Cuando las ovejas hubieron bebido hasta hartarse, algo no fue como deb¨ªa. ¡°De repente empezaron a saltar, a darse patadas en el vientre y a golpear las cabezas contra el suelo¡±, recordaba la t¨ªmida joven de 16 a?os una tempestuosa tarde de un a?o despu¨¦s, envolvi¨¦ndose con el jersey para protegerse del fr¨ªo. ¡°Les sal¨ªa espuma blanca por la boca y la nariz¡±. Una a una, las 18 ovejas se desplomaron y murieron. Flores las observaba impotente. ¡°En cinco minutos todo hab¨ªa terminado¡±, explicaba.
Hace dos d¨¦cadas que entre la gente que subsiste a duras penas en La Pajuela y las comunidades vecinas de esta regi¨®n de sobrecogedora belleza natural y opresiva pobreza circulan historias como esta. Las tortugas y las ranas han desaparecido de los cursos de agua, dicen los campesinos; seg¨²n la poblaci¨®n local, a veces su ganado se niega a beber de los arroyos que riegan sus tierras, o bien bebe y luego enferma o muere.
Para los campesinos, la causa de la contaminaci¨®n es evidente. Las monta?as del lugar contienen oro ¡ªuno de los minerales m¨¢s escasos de la Tierra¡ª en part¨ªculas, y la empresa estadounidense Newmont Mining Corp., con ayuda financiera del Banco Mundial, lleva 22 a?os volando monta?as y utilizando sustancias qu¨ªmicas t¨®xicas para extraerlo.
La mina de oro Yanacocha es una explotaci¨®n a gran escala que se extiende por cientos de kil¨®metros cuadrados a altitudes de hasta 4.000 metros. La Corporaci¨®n Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en ingl¨¦s), que forma parte del Grupo del Banco Mundial, concedi¨® los cr¨¦ditos para ayudar a construir y ampliar la mina y posee una peque?a participaci¨®n en ella.
Desde 1993, Yanacocha ha dado un rendimiento de m¨¢s de 35 millones de onzas de oro. Es la mayor mina de este metal de Sudam¨¦rica y una de las m¨¢s productivas del mundo. La explotaci¨®n ha resultado sumamente beneficiosa para el Gobierno central de Per¨², siempre falto de fondos. La empresa afirma que, desde que empezaron las operaciones, Yanacocha ha aportado 2.750 millones de d¨®lares (unos 2.500 millones de euros) en ingresos fiscales y derechos. Pero en los ranchos y los pueblos m¨¢s pr¨®ximos a la mina, la pobreza sigue siendo una lacra sin resolver, y la animadversi¨®n hacia Yanacocha est¨¢ muy extendida.
Hace 15 a?os, el vertido de mercurio de un cami¨®n hizo enfermar a cientos de habitantes de tres pueblos vecinos. Diversos estudios han demostrado que se han producido filtraciones de los metales pesados de la mina, en una zona en la que mucha gente ya no tiene acceso al agua potable. Ya a principios de la d¨¦cada de los 2000?Stratus Consulting lo advert¨ªa en un informe que repiti¨® con similares resultados en a?os posteriores.? Los campesinos del lugar est¨¢n profundamente preocupados por su salud y la de sus familias.
¡°Si nuestros animales est¨¢n muriendo a causa del agua contaminada, ?qu¨¦ va a pasar con nosotros¡±, se preguntaba Felipe Flores, t¨ªo de Elvira.
¡°No causar da?o¡±
No es nada raro que una explotaci¨®n minera industrial tenga borrones en su curr¨ªculo medioambiental, pero se supone que los proyectos respaldados por fondos de una instituci¨®n del Grupo del Banco Mundial tienen que seguir unas normas m¨¢s estrictas.
El Grupo del Banco Mundial financia proyectos de desarrollo econ¨®mico en pa¨ªses pobres y a menudo inestables en pos de una noble aspiraci¨®n: acabar con la pobreza en el mundo. Los prestatarios que aceptan un cr¨¦dito del Banco Mundial, que concede pr¨¦stamos a los Gobiernos, o de la IFC, que lo hace a las empresas, deben respetar unas normas espec¨ªficas dirigidas a proteger a las personas y el medioambiente desde un enfoque que definen como ¡°no causar da?o¡±.
¡°La IFC se ha comprometido a garantizar que los costes del desarrollo econ¨®mico no recaigan desproporcionadamente en los pobres y vulnerables, que el medio ambiente no se degrade en el proceso, y que los recursos naturales renovables sean gestionados de forma sostenible¡±, declaraba la instituci¨®n crediticia en una revisi¨®n de su pol¨ªtica de sostenibilidad de 2012.
Pero un examen de las inversiones del grupo bancario por parte de The Huffington Post y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigaci¨®n (ICIJ) ha descubierto que, en lugar de evitar los proyectos de alto riesgo con probables repercusiones nocivas, el Grupo del Banco Mundial opta cada vez m¨¢s por invertir en minas de oro como Yanacocha: grandes, destructivas y plagadas de riesgos para el medio ambiente y para las personas que viven en o cerca de los terrenos escogidos para su explotaci¨®n.
Los prestamistas del Banco Mundial clasifican los proyectos en funci¨®n de sus posibles amenazas para la poblaci¨®n y el medio ambiente. A pesar de que tanto la instituci¨®n como la IFC han recibido cr¨ªticas por subestimar los riesgos (cr¨ªticas que afectan tambi¨¦n al Departamento del Tesoro estadounidense), un an¨¢lisis de sus inversiones a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada muestra un fuerte aumento de aquellas que, seg¨²n la clasificaci¨®n del banco, previsiblemente tendr¨¢n impactos sociales y ambientales ¡°irreversibles y sin precedentes¡±.
De 2009 a 2013, las dos entidades crediticias inyectaron 50.000 millones de d¨®lares en 239 proyectos de alto riesgo Categor¨ªa A, como presas, minas de cobre y oleoductos. Los documentos muestran que la cantidad supera en m¨¢s del doble a la del quinquenio anterior. Gran parte de las iniciativas se sit¨²an en pa¨ªses como Per¨², con Gobiernos centrales d¨¦biles y normativas laxas.
¡°Aplicar una estrategia de alto riesgo en esos contextos es como echar cerillas a un polvor¨ªn¡±, sentenciaba Natalie Fields, directora ejecutiva de Accountability Counsel, un grupo jur¨ªdico que representa a los ind¨ªgenas en conflicto con el Banco Mundial y la IFC. ¡°Es seguro que dar¨¢n lugar a abusos o incluso que ser¨¢n un fracaso¡±.
El cianuro que usado en las minas de oro se puede derramar en forma de riada t¨®xica sobre las comunidades que viven aguas abajo
El examen por parte del grupo investigador de los proyectos de alto riesgo del Banco Mundial surgi¨® como parte de una indagaci¨®n m¨¢s amplia de las repercusiones que los m¨¢s de 455.000 millones destinados a inversiones entre 2004 y 2013 hab¨ªan tenido para las familias que viv¨ªan en las propiedades escogidas para ser explotadas o en sus proximidades.
Seg¨²n sus resultados, en ese per¨ªodo, 3,4 millones de personas perdieron sus hogares, fueron despojadas de sus tierras o vieron sus medios de vida menoscabados por las carreteras, las centrales el¨¦ctricas y otros proyectos respaldados por el grupo bancario. Aunque muchas fueron compensadas por sus p¨¦rdidas, otras no recibieron nada a cambio o fueron desalojadas por la fuerza sin darles tiempo a recoger sus escasas pertenencias. Los informadores detectaron que, en docenas de casos, el Banco Mundial y la IFC no obligaron a cumplir sus propias pol¨ªticas dirigidas a proteger a estos refugiados del desarrollo.
El da?o ambiental suele tardar m¨¢s en hacerse visible que los abusos infligidos directamente a la poblaci¨®n local, pero las consecuencias para la gente pueden ser igualmente funestas.
En noviembre, el m¨¦dico estadounidense Jim Yong Kim, presidente del Grupo del Banco Mundial, inst¨® a Estados Unidos, China y otros grandes pa¨ªses a que emprendan iniciativas para combatir el cambio clim¨¢tico, que, seg¨²n expon¨ªa en un blog para The Huffington Post, supone una amenaza de enormes dimensiones para los pobres y los despose¨ªdos.
En los ¨²ltimos a?os, los bancos supervisados por Kim han aumentado sus inversiones en proyectos solares y e¨®licos, pero tambi¨¦n han financiado otros que contribuyen a las emisiones de gases de efectos invernadero, como las explotaciones petroleras frente a las costas de Ghana y una gigantesca central t¨¦rmica en Sud¨¢frica.
Las minas de oro plantean problemas diferentes. Las empresas mineras excavan pozos colosales y mueven cargamentos de rocas que depositan en c¨²mulos m¨¢s altos que muchos edificios de oficinas. A continuaci¨®n, roc¨ªan los promontorios con una soluci¨®n de cianuro. El cianuro se amalgama con las diminutas part¨ªculas de oro y se filtra a una plataforma. La soluci¨®n final se bombea a un molino, se refina y se convierte en lingotes de oro.
Este m¨¦todo, ampliamente utilizado en todo el mundo, est¨¢ automatizado en su mayor parte y puede ser enormemente destructivo. Las balsas de ¡°est¨¦riles¡± que contienen el residuo contaminado con cianuro pueden resquebrajarse y derramar una riada t¨®xica sobre las comunidades que viven aguas abajo, mientras que la lluvia puede arrastrar a los arroyos el peligroso desecho, adem¨¢s de metales pesados. El drenaje ¨¢cido procedente de las rocas expuestas suele perdurar mucho despu¨¦s del cierre de la mina.
¡°No conozco ning¨²n caso en el que no haya habido alg¨²n problema de contaminaci¨®n¡±, afirma Keith Slack, un experto en miner¨ªa de Oxfam, un grupo de defensa de los derechos humanos.
Desde 2004, la IFC ha destinado 650.000 millones de d¨®lares (583.000 millones de euros) a 26 proyectos mineros relacionados con el oro.
En Per¨², el organismo aport¨® 23 millones de d¨®lares (20,6 millones de euros) para construir Yanacocha a partir de 1993, y seis a?os m¨¢s tarde financi¨® una ampliaci¨®n. Asimismo, posee una participaci¨®n del 5% en la propiedad de la mina. (El accionista mayoritario es Newmont, con una participaci¨®n del 51%. El resto de las acciones pertenecen a Buenaventura, un socio peruano).
En una declaraci¨®n enviada por correo electr¨®nico, el banco afirmaba que la miner¨ªa ofrece ¡°la mejor v¨ªa para salir de la pobreza¡± a muchos de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo.
¡°Los proyectos mineros con ¨¦xito pueden generar flujos de efectivo vitales para los Gobiernos, que estar¨¢n en condiciones de reinvertir en sanidad, educaci¨®n y otros servicios b¨¢sicos¡±, afirma la declaraci¨®n. ¡°A los puestos de trabajo generados directamente por la mina se a?aden muchos otros que se generan indirectamente con los negocios locales¡±.
Yanacocha asegura que la mina proporciona 2.300 puestos de trabajo directos. La presencia de sus ejecutivos, que llenan la primera clase de los vuelos diarios que salen de Lima, ha supuesto un empuj¨®n para los taxistas, los propietarios de restaurantes y otros trabajadores del sector servicios.
Pero en los pueblos y las aldeas cercanos a la mina, la opini¨®n dominante es que, mientras que las empresas extranjeras, los bancos y el lejano Gobierno de Lima se benefician de la explotaci¨®n, a la poblaci¨®n local le toca lidiar con el desastre social y ambiental.
Seg¨²n las ¨²ltimas cifras del Gobierno, el 53% de los habitantes de la provincia de Cajamarca, en la que se encuentra Yanacocha, viven por debajo del umbral nacional de la pobreza, situado en alrededor de 100 d¨®lares (90 euros) al mes. A pesar de sus inmensas reservas de mineral, es la provincia m¨¢s pobre de Per¨².
Las autoridades locales no han contribuido a mejorar las cosas. Un estudio de 2012 afirma que la mayor parte de los impuestos transferidos al Gobierno regional no se ha gastado.
¡°Esto nos pone en una situaci¨®n dif¨ªcil¡±, asegura Javier Velarde, un portavoz de Yanacocha. ¡°Nosotros no podemos cambiar el Gobierno¡±. Velarde se?ala que su empresa ha invertido 500 millones de euros en construir carreteras y mejorar el abastecimiento de agua, adem¨¢s de en otros proyectos sociales. Pero el gasto ¡°no es lo bastante significativo como para suponer una gran diferencia¡±, recalca.
Ahora, Yanacocha y su matriz, Newmont, quieren excavar cuatro lagos de monta?a cercanos y poner en explotaci¨®n Conga, una mina de oro y cobre valorada en 4.300 millones de euros. Al igual que Yanacocha, Conga est¨¢ en las tierras altas, concretamente en la cabecera de una cuenca fluvial que riega centenares de kil¨®metros cuadrados de tierras agr¨ªcolas y abastece de agua potable a los pueblos y aldeas vecinos.
Newmont afirma que Conga es uno de los proyectos mineros m¨¢s concienzudamente estudiados de la historia de Per¨², y que un equipo formado por expertos diversos ha declarado que cumple con la normativa internacional.
Los que se oponen a la nueva mina no creen en las promesas de la empresa. ¡°Agua y no oro¡± es uno de los gritos de guerra de los adversarios de la explotaci¨®n, que temen que el proyecto contaminar¨¢ las comunidades que viven aguas abajo.
El banco afirma que la miner¨ªa ofrece ¡°la mejor v¨ªa para salir de la pobreza¡± a muchos de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo
En 2012, la polic¨ªa mat¨® a cinco personas que protestaban por la expansi¨®n a Conga. El mismo a?o, un sondeo de opini¨®n revel¨® que cuatro de cada cinco habitantes de Cajamarca se opon¨ªan a la nueva explotaci¨®n minera. Otra encuesta m¨¢s reciente llevada a cabo por Yanacocha mostr¨® que el apoyo hab¨ªa aumentado... al 37%.
¡°El oro que sacan de nuestra regi¨®n est¨¢ manchado de sangre¡±, sentenciaba Milton S¨¢nchez, uno de los l¨ªderes del movimiento de protesta. ¡°Los extranjeros se lo ponen en las orejas, en el cuello y en los dedos para estar guapos, pero su vanidad va a costa de nuestro sufrimiento. Hemos sido testigos de la destrucci¨®n de la cultura y del entorno. Est¨¢n destrozando a nuestras familias¡±.
A unos 50 kil¨®metros de Cajamarca, subiendo por una serpenteante carretera de dos carriles, el rancho de los Flores ofrece un primer plano de la forma en que Yanacocha ha transformado profundamente las vidas y el paisaje. Los pastos verdes y ondulantes terminan de repente en la llaga intensamente roja de una monta?a de la que se ha eliminado toda vegetaci¨®n. Mientas la joven Elvira cuenta la historia de las ovejas muertas, un enorme cami¨®n minero pasa retumbando monte abajo.
Por la noche, las luces de la instalaci¨®n centellean cerca, como un recordatorio de que la prometida riqueza de dos d¨¦cadas de miner¨ªa no ha alcanzado a la poblaci¨®n local. Aqu¨ª la joyer¨ªa de oro es un lujo inconcebible. Nadie tiene ni siquiera electricidad.
La mayor preocupaci¨®n es tambi¨¦n la mayor inc¨®gnita. Los cient¨ªficos han observado que los niveles de los nocivos metales pesados han aumentado en los suelos y el agua de los alrededores de la mina. Yanacocha reconoce que anteriores an¨¢lisis del agua ya hab¨ªan puesto de manifiesto la existencia de problemas, pero declara haber gastado cientos de millones de d¨®lares en modernizar sus plantas de tratamiento. La empresa explica que ha ense?ado a los campesinos a tomar muestras, de manera que puedan verificar ellos mismos que el agua de la que dependen es segura. ¡°Es importante ser transparente¡±, concluye Velarde.
Grandes inversiones, grandes riesgos
El Grupo del Banco Mundial aspira a poner remedio a la pobreza ¡°extrema¡± financiando el desarrollo de las regiones m¨¢s pobres del planeta. El objetivo es ambicioso. M¨¢s de 1.000 millones de personas de todo el mundo viven con menos de 1,25 d¨®lares al d¨ªa. Seg¨²n la IFC, de aqu¨ª a 2020 los pa¨ªses en desarrollo necesitar¨¢n 600 millones de nuevos puestos de trabajo ¨²nicamente para mantener el ritmo del creciente aumento demogr¨¢fico.
En los ¨²ltimos a?os, los cr¨¦ditos concedidos por el Banco Mundial han contribuido a que se construyan carreteras que han conectado a poblaciones aisladas de Sri Lanka, han asegurado cultivos que han hecho que aumenten las cosechas de arroz en Sierra Leona, y han financiado un proyecto de paneles solares que ha llevado la electricidad a dos millones de hogares rurales y comercios en Bangladesh.
Las innovadoras pol¨ªticas de protecci¨®n creadas por el Banco Mundial y la IFC exigen que la entidad crediticia eval¨²e las inversiones en funci¨®n de su impacto social y ambiental antes de financiarlas. Los Gobiernos y las empresas que reciben el dinero del banco est¨¢n obligados a garantizar que las personas desplazadas reciban ayudas que les aseguren un nuevo lugar donde vivir y un nuevo empleo. Tambi¨¦n se les exige que eliminen, o al menos reduzcan al m¨ªnimo, la emisi¨®n de contaminantes.
¡°C¨®mo equilibrar el riesgo plantea un dilema¡±, se?alaba Martyn Riddle, exasesor de la IFC en materia de medio ambiente. ¡°?D¨®nde hay que trazar los l¨ªmites de un proyecto de inter¨¦s comercial para una zona, frente a su huella ecol¨®gica y social?¡± El reciente aumento de los casos de alto riesgo muestra que los funcionarios del Banco Mundial cada vez est¨¢n m¨¢s dispuestos a apostar por que los beneficios de esos proyectos superan a sus considerables perjuicios.
El BM y la IFC han financiado proyectos incluso en casos en los que Estados Unidos, m¨¢ximo accionista de la entidad, ha puesto objeciones. En 2010, el Departamento del Tesoro declaraba que un cr¨¦dito de 3.750 millones de d¨®lares (3.370 millones de euros) a un tipo de inter¨¦s inferior al del mercado para financiar Medupi, una central t¨¦rmica de 4.800 megavatios en Sud¨¢frica, ¡°deval¨²a la estrategia del Banco Mundial de contribuir a que los pa¨ªses alcancen el crecimiento econ¨®mico y la reducci¨®n de la pobreza por v¨ªas sostenibles desde el punto de vista medioambiental¡±.
Se prev¨¦ que Medupi emita 25 millones de toneladas m¨¦tricas de di¨®xido de carbono al a?o, m¨¢s que la suma de las emisiones de docenas de pa¨ªses. (En la votaci¨®n sobre la central, Estados Unidos se abstuvo, en lugar de oponerse abiertamente). Entretanto, el banco se ha comprometido a limitar la financiaci¨®n de centrales t¨¦rmicas a casos en que se den ¡°circunstancias excepcionales¡±.
Una propuesta de presa en el r¨ªo Congo, que drena gran parte de ?frica occidental y es uno de los mayores cursos de agua del planeta, ilustra los pros y los contras de las gigantescas inversiones en infraestructuras. El a?o pasado, el Banco Mundial aprob¨® una concesi¨®n de 73 millones de d¨®lares para ayudar al Gobierno congole?o a estudiar el impacto ambiental y social de la obra. La presa, conocida como Inga Ill, producir¨ªa una enorme cantidad de energ¨ªa en un pa¨ªs que pr¨¢cticamente carece de ella.
Sin embargo, los expertos en medio ambiente sostienen que los principales beneficiarios ser¨ªan las compa?¨ªas mineras y las fundiciones de aluminio. Los ecologistas tambi¨¦n han expresado su preocupaci¨®n por la posibilidad de que la represa del r¨ªo provoque la desecaci¨®n de un delta crucial que act¨²a como un sumidero de carbono en el que queda atrapado el primer gas responsable del calentamiento global.
Peter Bosshard, director de pol¨ªticas de International Rivers, un grupo ecologista, calificaba la presa de ¡°quimera¡±. ¡°En apariencia es realmente atractiva, y llenar¨¢ un mont¨®n de bolsillos privados y de funcionarios del Gobierno¡±, ironizaba, ¡°pero nosotros no vemos que vaya a beneficiar a los pobres¡±.
Un legado de conflicto
Cajamarca es el centro neur¨¢lgico de la miner¨ªa moderna en Per¨². Hace 500 a?os, los conquistadores espa?oles capturaron all¨ª al emperador inca Atahualpa y chantajearon a sus s¨²bditos exigi¨¦ndoles 24 toneladas de oro y plata antes de estrangularlo.
Newmont, cuya sede est¨¢ en Denver, identific¨® primero un rico fil¨®n intacto de yacimientos de mineral en las colinas que se elevan sobre la ciudad. Reunir el dinero para financiar una mina resultaba problem¨¢tico. Sendero Luminoso, un grupo rebelde violento, ten¨ªa atenazado al pa¨ªs. Los bancos y las empresas extranjeras eran reacios a invertir en Per¨². Newmont acudi¨® a la IFC, que se especializa en dar cr¨¦ditos para lugares que otros evitan por miedo.
A comienzos de la d¨¦cada de 1990, los agentes de Yanacocha viajaron al coraz¨®n de los Andes para acaparar propiedades. Muchos vendedores, pobres y analfabetos, cuentan que no eran conscientes de que las rocas que hab¨ªa bajo sus campos encerraban una enorme riqueza. Otros afirman que sus vecinos vendieron fraudulentamente tierras que eran suyas.
Negritos, una comunidad en la que hay familias de La Pajuela, demand¨® a la compa?¨ªa minera ante un tribunal peruano, alegando que la empresa hab¨ªa expropiado ilegalmente una extensi¨®n de terreno de casi dos veces el tama?o del neoyorquino Central Park. La demanda acusaba a las personas que se atribu¨ªan la representaci¨®n de la comunidad de Negritos de no tener autoridad para negociar y de vender las tierras comunales sin tener derecho a ello por el injusto precio de 30.000 d¨®lares.
Yanacocha impugn¨® las alegaciones, y el a?o pasado un juez peruano se puso de parte de la empresa y desestim¨® el caso. Negritos apel¨® la decisi¨®n y est¨¢ esperando los resultados.
Cuatro meses despu¨¦s del acuerdo de venta, Yanacocha hipotec¨® la misma propiedad por 50 millones de d¨®lares a International Finance Corp. y a un banco alem¨¢n. La mina produjo el primer lingote de oro ese mismo a?o de 1993. Pronto surgieron m¨¢s fricciones por la duraci¨®n de Yanacocha. Lo que se hab¨ªa previsto que fuese un proyecto a 10 a?os se prolongaba una y otra vez.
Desde 2004, el brazo financiero del BM ha destinado 583.000 millones de euros a proyectos mineros relacionados con el oro
En 1999, en plenas restricciones a la financiaci¨®n en Latinoam¨¦rica, la IFC concedi¨® un cr¨¦dito de 60 millones de d¨®lares para facilitar la expansi¨®n. ¡°No se prev¨¦n impactos significativos en los h¨¢bitats naturales debidos a las actividades del proyecto¡±, manifestaba el banco en una evaluaci¨®n. ¡°El historial de Yanacocha en materia de seguridad concuerda con la normativa internacional y ha mejorado con el tiempo¡±. Los acontecimientos del a?o siguiente desmintieron esta afirmaci¨®n.
En enero de 2000, miles de campesinos llenaron la plaza central de Cajamarca para protestar contra la mina y las ampliaciones previstas. Los arroyos que antes corr¨ªan transparentes se hab¨ªan vuelto turbios y pestilentes, dec¨ªan. Poco antes, el Ministerio de Pesca hab¨ªa informado de que m¨¢s de 21.000 truchas hab¨ªan muerto debido a que la escorrent¨ªa ¨¢cida hab¨ªa llegado a dos r¨ªos que pasan cerca de Yanacocha.
Seis meses despu¨¦s, un cami¨®n que transportaba mercurio de la explotaci¨®n derram¨® m¨¢s de 130 kilos del peligroso metal a lo largo de la carretera de Cajamarca cuando se agriet¨® uno de los bidones que lo llevaba. M¨¢s tarde los investigadores dictaminaron que el contenedor nunca se deber¨ªa haber usado como para desechos t¨®xicos.
Creyendo que podr¨ªa ser valioso, muchos lugare?os recogieron el mercurio y se lo llevaron a casa. En los d¨ªas siguientes, alrededor de 1.000 personas presentaron s¨ªntomas de intoxicaci¨®n. M¨¢s tarde, los investigadores de la IFC reprocharon a Yanacocha su ¡°falta de respuesta sistem¨¢tica y eficaz¡± tras el accidente, y declararon que la empresa no hab¨ªa cumplido las normas internacionales relativas a la seguridad del transporte de sustancias peligrosas.
¡°El vertido inclin¨® la balanza en contra de Yanacocha¡±, dec¨ªa un habitante de Cajamarca a los entrevistadores de la Oficina del Defensor del Pueblo y Asesor en Materia de Observancia de la IFC, creada en 1999 para ayudar a resolver disputas entre las empresas respaldadas por la corporaci¨®n y las comunidades vecinas. ¡°A mucha gente, sobre todo de la ciudad, en realidad no le importaba lo que estaba sucediendo en el campo a los que viv¨ªan cerca de la mina. Cuando se enteraron de que ellos tambi¨¦n pod¨ªan envenenarse con la contaminaci¨®n empezaron a preocuparse¡±.
Al a?o siguiente, un grupo ind¨ªgena se quej¨® ante el defensor de que Yanacocha estaba causando da?os a las tierras y el agua de los pueblos de la zona. En respuesta a la reclamaci¨®n, la oficina convoc¨® una mesa de di¨¢logo entre la compa?¨ªa y los airados agricultores y lugare?os.
Un estudio efectuado en el marco de la mesa encontr¨® que algunos arroyos conten¨ªan elevados niveles de metales pesados, nitratos y otras sustancias nocivas. El informe, elaborado por hidr¨®logos de Stratus Consulting, detect¨® que ¡°en algunos lugares se superaban¡± los patrones de referencia de la calidad del agua, lo cual planteaba un ¡°problema a largo plazo¡±. No obstante, seg¨²n el estudio no hab¨ªa peligro a corto plazo para las personas.
En un momento dado, los participantes en la mesa propusieron un ¡°sistema de alerta r¨¢pida¡± que establec¨ªa la elaboraci¨®n de informes mensuales en las zonas cr¨ªticas en las que persistiese el problema de la calidad del agua. Nunca se hizo. El defensor atribuy¨® la responsabilidad a ¡°las limitaciones de recursos y la debilidad de las instituciones en el seno de la mesa¡±.
La oficina puso fin a la queja y a la mesa sin dar nunca una respuesta satisfactoria para las comunidades locales a la cuesti¨®n fundamental de si su agua estaba contaminada.
A lo largo de ese periodo, Yanacocha rest¨® importancia a los riesgos del vertido de mercurio y a la contaminaci¨®n del agua, pero, entre bastidores, los ejecutivos de su matriz, Newmont, mostraban inquietud por la corriente de publicidad negativa que rodeaba a una de sus inversiones m¨¢s importantes. Despu¨¦s del derrame de mercurio, Newmont envi¨® a Larry Kurlander, veterano vicepresidente de la empresa, a relizar una inspecci¨®n de la mina. Lo que vio all¨ª le hizo alarmarse.
Seg¨²n los documentos obtenidos en el marco de una investigaci¨®n llevada a cabo en 2005 por Frontline y The New York Times, Kurlander descubri¨® que los campesinos ten¨ªan motivos para preocuparse. Advirti¨® a los altos cargos de Newmont de que la empresa hab¨ªa infringido las normativas medioambientales a una escala enorme, y de que las malas pr¨¢cticas con las que se hab¨ªa encontrado eran tan graves que el equipo directivo estaba en peligro de ¡°procesamiento penal o encarcelamiento¡±. ¡°Estamos incumpliendo nuestros propios permisos de explotaci¨®n... y ese incumplimiento tiene lugar pr¨¢cticamente el 100% de las veces¡±, escrib¨ªa. Kurlander, actualmente jubilado, no ha respondido a los mensajes telef¨®nicos que se dejaron en su domicilio.
A ra¨ªz del estudio del agua, Yanacocha gast¨® cientos de millones de d¨®lares en modernizar una planta de tratamiento y en idear un nuevo m¨¦todo para capturar y filtrar la escorrent¨ªa de la mina, refer¨ªa Velarde, portavoz de Yanacocha. ¡°No es todo perfecto, de vez en cuando tenemos problemas, sobre todo en la ¨¦poca de lluvias, pero informamos inmediatamente de ellos a las comunidades¡±, insist¨ªa.
V¨ªctor Mendoza, l¨ªder de una cooperativa agr¨ªcola de una min¨²scula comunidad de Negritos llamada Extrema dec¨ªa que, puntualmente, la empresa se ha esforzado en mejorar las relaciones construyendo un tejado nuevo para la escuela de su hijo en un caso y dando una cabra a cada una de las 79 familias de Extrema en otro.
Estas donaciones no han servido en absoluto para mitigar su preocupaci¨®n por lo que la escorrent¨ªa de la mina est¨¢ provocando en el agua sin filtrar que sus tres hijos y otros miembros de la familia cogen de un arroyo que fluye desde las zonas altas cercanas al punto donde se encuentra Yanacocha. Mendoza explicaba que sus animales, que tambi¨¦n beben agua del arroyo, tienen tasas de aborto muy altas.
Su comunidad, refer¨ªa este hombre de 32 a?os, est¨¢ desecha por d¨¦cadas de incertidumbre y desavenencias sobre Yanacocha. ¡°Llevamos discutiendo sobre ello desde que ¨¦ramos ni?os¡±, recordaba.
En noviembre de 2011, agentes de polic¨ªa pluriempleados por la empresa minera dispararon gases lacrim¨®genos, balas de goma y munici¨®n real contra una multitud de campesinos que hab¨ªa instalado un campamento de protesta cerca de Conga, la mina que la empresa espera poner en explotaci¨®n con el apoyo de la IFC. Elmer Campos sinti¨® el impacto de la bala en su espalda cuando se inclin¨® para ayudar a un amigo al que hab¨ªan disparado. Perdi¨® un ri?¨®n y el bazo, y sufri¨® una lesi¨®n en la m¨¦dula espinal que lo dej¨® paralizado de cintura para abajo.
Ahora, Campos pasa sus d¨ªas en una herrumbrosa silla de ruedas dentro de una habitaci¨®n diminuta. Su esposa trabaja duramente en lo que queda del rancho familiar, que han ido dividiendo en parcelas y vendiendo para pagar el tratamiento m¨¦dico. Cuenta que el dolor nunca se va. ¡°Por la noche apenas puedo dormir. No puedo andar ni salir. Estoy preso en mi propia casa¡±.
El verano despu¨¦s de que le disparasen, la polic¨ªa nacional abri¨® fuego contra otra multitud de manifestantes y mat¨® a cinco personas, entre ellas un chico de 16 a?os. La polic¨ªa aleg¨® que hab¨ªan intentado asaltar las oficinas del Gobierno provincial de la ciudad de Celend¨ªn, partidario de la mina.
Los tiroteos fueron noticia internacional, y en Per¨² recibieron una condena generalizada. A consecuencia de ello, Newmont suspendi¨® el proyecto Conga indefinidamente.
M¨¢s adelante, ese mismo a?o, la empresa dio el inusual paso de hacer p¨²blica una petici¨®n formal de perd¨®n por sus acciones del pasado. ¡°No nos sentimos orgullosos del estado actual de nuestras relaciones con la poblaci¨®n de Cajamarca¡±, escribieron los ejecutivos en diciembre de 2012. ¡°Deseamos aprovechar la ocasi¨®n para reconocer los errores que hemos cometido en la forma de comportarnos y de dirigir el negocio¡±.
Yanacocha ha dado un rendimiento de m¨¢s de 35 millones de onzas de oro. Es la mayor mina de este metal de Sudam¨¦rica y una de las m¨¢s productivas del mundo
Velarde afirmaba que, en los ¨²ltimos a?os, la empresa se ha esforzado por impulsar el apoyo de la comunidad. Por ejemplo, ha empleado a m¨¢s contratistas locales, de manera que la zona participe m¨¢s completamente de la prosperidad econ¨®mica que ha tra¨ªdo la mina. ¡°La verdad es que en el pasado la empresa no se esforz¨® lo suficiente para que la gente del lugar tuviera los m¨¢ximos beneficios¡±, reconoc¨ªa.
Los ejecutivos de Yanacocha siguen queriendo construir una nueva mina. En los pozos existentes el oro se est¨¢ agotando. Seg¨²n la empresa, se espera que las reservas que quedan duren unos cinco a?os m¨¢s. La empresa y su matriz, Newmont, sostienen que un informe de evaluaci¨®n ambiental de 27.000 p¨¢ginas demuestra que Conga, que tiene unas reservas de m¨¢s de seis millones de onzas de oro y unos dep¨®sitos de cobre mucho mayores, es segura. El informe, redactado para Newmont por una consultora en 2010, conclu¨ªa que la mina ¡°no tendr¨¢ impacto significativo aguas abajo¡±.
Newmont indica que se calcula que la explotaci¨®n proporcionar¨¢ 2.700 millones en impuestos y derechos, y garantizar¨¢ miles de puestos de trabajo. Varios evaluadores independientes han calificado el estudio sobre el impacto ambiental de confuso, enga?oso e incompleto. Robert Moran, un especialista contratado por el Centro Legal de Defensores del Medio Ambiente, que defiende a los que luchan por proteger el entorno en los pa¨ªses en desarrollo, calific¨® el estudio de recept¨¢culo de ¡°medias verdades y opiniones interpretadas incorrectamente¡±.
Yanacocha recalca que no seguir¨¢ adelante con la mina hasta que no tenga la ¡°autorizaci¨®n social¡± de la poblaci¨®n de la zona. Seg¨²n Velarde, se prev¨¦ que hasta finales de a?o no haya una decisi¨®n final sobre c¨®mo proceder. Mientras tanto, Yanacocha est¨¢ construyendo presas que asegura que compensar¨¢n la p¨¦rdida de cuatro lagunas en Conga. Si el proyecto se lleva a cabo, los peque?os lagos se destruir¨¢n o se convertir¨¢n en dep¨®sitos de residuos.
Los ejecutivos se han trasladado a Cajamarca y en este momento est¨¢n en primera l¨ªnea de una campa?a de relaciones p¨²blicas que ha incluido el patrocinio de un programa de pintura para escolares y el empleo de m¨¢s contratistas de la zona como proveedores de la mina, informa Velarde. ¡°Todav¨ªa no estamos donde queremos estar, pero vamos progresando¡±, resume.
En una declaraci¨®n por correo electr¨®nico, la IFC afirma tomarse en serio los riesgos asociados con la miner¨ªa. ¡°En el caso de Yanacocha, nuestro cliente se ha comprometido a mejorar la situaci¨®n sobre el terreno¡±, especificaba el banco. ¡°Nuestra constante colaboraci¨®n con clientes comprometidos puede distinguirnos como veh¨ªculo de un impacto positivo en el desarrollo¡±. La IFC ¡°valorar¨¢ qu¨¦ papel nos corresponde desempe?ar con los socios del proyecto en la propuesta mina de Conga cuando llegue el momento adecuado¡±, a?ade.
Vecinos
Cuando las ovejas de los Flores murieron en oto?o de 2013, funcionarios de la agencia agraria de Per¨² analizaron los ¨®rganos de los animales y el agua de los arroyos locales en busca de toxinas. Seg¨²n la empresa minera, los resultados no fueron concluyentes.
Yanacocha compens¨® a Felipe Flores por el ganado perdido, a pesar de que ¡ªde acuerdo con la versi¨®n de la compa?¨ªa¡ª el relato de la familia es incorrecto en un detalle clave.
Omar Jabara, portavoz de Newmont, puntualizaba en un correo electr¨®nico que los animales bebieron de un charco con fluido t¨®xico cerca de una planta de procesado situada en terrenos de la compa?¨ªa, al otro lado de una valla que hab¨ªa sido cortada, y no de un arroyo, como afirma la familia. La ¡°causa probable¡± de las muertes fue que bebieron del charco contaminado, opinaba Jabara.
¡°En varias ocasiones se ha pedido al propietario de las ovejas que no entre en la propiedad o atraviese el per¨ªmetro con su reba?o para que paste en los terrenos de la empresa¡±, refiere.
Expertos en toxicolog¨ªa explicaron a The Huffington Post que el incidente descrito por Flores podr¨ªa ser consecuencia del vertido accidental de una toxina, como el cianuro, en un curso de agua. Informan de que ese tipo de vertidos pueden dejar pocas evidencias, y a no ser que el an¨¢lisis se haga inmediatamente despu¨¦s, es posible que, sencillamente, con el tiempo, el agua se lleve el veneno. Mientras tanto, los interrogantes sobre la contaminaci¨®n del agua siguen abiertos.
En 2014, especialistas en seguridad alimentaria de la Universidad de Barcelona encontraron niveles altos de plomo, cadmio y otros metales pesados en los alimentos y el agua de comunidades pr¨®ximas a Yanacocha. Los registros m¨¢s altos correspond¨ªan a las cercan¨ªas de La Pajuela. Estos metales se asocian con altas tasas de c¨¢ncer e insuficiencia renal, as¨ª como con enfermedades cardiovasculares. ¡°Es razonable aconsejar a los habitantes de La Pajuela que no beban de sus fuentes de agua¡±, conclu¨ªa el informe.
Un asesor ambiental contratado por Newmont para revisar el estudio de Barcelona lo calific¨® de ¡°b¨¢sicamente defectuoso¡±.
En diciembre, funcionarios del Ministerio de Medio Ambiente de Per¨² hicieron p¨²blico un estudio que se?alaba que hab¨ªa habido una filtraci¨®n de agua contaminada de la mina a la comunidad de San Jos¨¦, cerca de La Pajuela. Yanacocha tambi¨¦n puso en duda estas conclusiones.
En la actualidad, el defensor del pueblo de la IFC est¨¢ estudiando varias demandas relacionadas con litigios sobre tierras en los que est¨¢ involucrada Yanacocha. El banco no ha revisado el asunto de la contaminaci¨®n del agua en m¨¢s de una d¨¦cada, pero afirma que las lecciones aprendidas despu¨¦s del vertido de mercurio ¡°se incorporaron directamente¡± a la mejora de sus normas de actuaci¨®n.
En la carretera que lleva al rancho, Yanacocha ha puesto una se?al verde como las que se suelen ver en Estados Unidos recordando a los conductores que no tiren desperdicios o que respeten los l¨ªmites de velocidad. ¡°Los seres humanos somos los ¨²nicos guardianes de nuestro entorno natural¡±, dice. ¡°Conserv¨¦moslo¡±.
Ahora, Felipe Flores se trae el agua de m¨¢s arriba de Cajamarca, a una hora en coche. Pero sus animales siguen bebiendo del arroyo, y sus hijos siguen bebiendo la leche y comiendo el queso que estos producen. Y lo mismo pasa con el resto de Per¨². Flores explica que vende alrededor de 60 litros de leche al d¨ªa a Nestl¨¦, que distribuye productos agr¨ªcolas por todo el pa¨ªs.
Cuando era joven, recuerda, recibi¨® la mina de oro con entusiasmo. Incluso trabaj¨® un tiempo para la empresa. La realidad que hay detr¨¢s de esa clase de explotaci¨®n le hizo cambiar de parecer. ¡°No son los vecinos que dijeron que ser¨ªan¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.