El runr¨²n
Esta semana ha tenido ritmilllo gracias a la revelaci¨®n de Ada Colau como cantante o el enfado de Charlize Theron en Cannes
Ha sido una semana m¨¢s movida de lo habitual, en parte porque este peri¨®dico estrenaba nuevo formato. Y en ese ajetreo se ha colado el runr¨²n?de Ada Colau, un v¨ªdeo rumboso y sabros¨®n en plena campa?a electoral donde Colau se muestra sencilla, comprometida y sobre todo divertida. Un gol baratito de los pol¨ªticos emergentes en este baile donde queremos que cambie el ritmillo, aunque que sea solo un poco.
Colau, candidata a la alcald¨ªa de Barcelona, la ha colado bien mientras en Espa?a atravesamos por distintas etapas con ritmo saleroso como de rumbita. El runr¨²n?de principios de a?o era que el bipartidismo se acababa. Ahora es que posiblemente repitamos lo sucedido en?las elecciones brit¨¢nicas y que recuperen el aliento los partidos tradicionales. Y en ese apartado de nuestra democracia que es la corrupci¨®n, todo parece quedarse en un runr¨²n, un mal rato para unos cuantos privilegiados que en su d¨ªa fueron pol¨ªticos honorables. Mientras el runr¨²n?nos dibuja una sonrisa, a ritmo de rumba, Catalana por supuesto.
De nuevo en mayo arrancan el Festival de Cannes, en Francia y el Festival de Flores de Chelsea, en Londres. Dos eventos cargados de simbolismo y estilo. En la alfombra roja de Cannes todos son estrellas. En el Festival de Chelsea donde todo son flores, este a?o es el pr¨ªncipe Carlos el que est¨¢ en el punto de mira, porque se han filtrado cartas suyas aconsejando a los primeros ministros. Un pr¨ªncipe y un ministro pueden mantener cierto runr¨²n pero jam¨¢s una relaci¨®n epistolar. A Carlos lo acusan de querer inmiscuirse en el Gobierno cuando sabe que no est¨¢ entre sus privilegios. Tony Blair no sabe, no contesta.
Y mientras tanto, Cannes despliega m¨¢s informaci¨®n y magisterio en la alfombra roja que en la sala de proyecciones. No es un runr¨²n, es el ritmo de nuestro tiempo. Las pel¨ªculas probablemente no sean obras maestras, pero la verdadera magistralidad est¨¢ en esa alfombra roja, la m¨¢s civilizada del mundo donde las estrellas, sobre todo las femeninas, entienden ese desfile como una prolongaci¨®n de sus carreras como una profesi¨®n paralela vendiendo lujo. Un carrusel donde todas deslumbran, posan y se van. Y si en la gala del Met en Nueva York se consagr¨® el zombi chic, un estilo donde todo el mundo parece regresar alegremente de entre los muertos, entre jirones y calaveras, en la alfombra roja de Cannes se ha impuesto el lesbianismo ligero como c¨®digo chic pero tambi¨¦n como g¨¦nero sexual favorito en las interpretaciones de las grandes actrices. Tanto Charlize Theron como Cate Blanchett interpretan personajes que juegan con el prejuicio de la marimacho y con la lucha por una mejor calidad de vida entre dos lesbianas de los a?os 50. Theron le sac¨® las u?as a un periodista que os¨® preguntarle si su personaje ten¨ªa m¨¢s lado masculino que femenino. Y le dej¨® muy claro que las mujeres son solo eso, mujeres. Blanchett fue m¨¢s lejos, ante la pregunta de si hab¨ªa tenido relaciones con otra mujer, respondi¨® que s¨ª y adem¨¢s varias veces, dejando a la prejuiciosa prensa internacional con la boca abierta. Un viejo run run se silencia y se abre paso a una definitiva reivindicaci¨®n femenina.
En el parlamento brit¨¢nico hay tantas diputadas ¡°lets be honest¡± (un juego de palabras muy en boga entre las lesbianas discretas) que el Daily Mirror lanz¨® un titular declar¨¢ndolo como el m¨¢s gay del mundo. Ese mismo d¨ªa en otra isla, Palma de Mallorca, estallaba un nuevo esc¨¢ndalo de corrupci¨®n despu¨¦s de una imputaci¨®n a otro funcionario acusado de organizar org¨ªas con altos cargos p¨²blicos mallorquines y prostitutas de muchas nacionalidades. La investigaci¨®n intenta arrojar luz sobre una presunta trama corrupta incrustada en la polic¨ªa de Palma. Las prostitutas han declarado que eran contratadas para bacanales con alcaldes y pol¨ªticos, donde ¡°corr¨ªan el Dom Perignon y la Viagra¡± ?Qu¨¦ combinaci¨®n! ?Qu¨¦ resac¨®n! Por m¨¢s bueno y real que sea el Dom Perignon, termina afectando. Y los que han usado Viagra en plan diversi¨®n saben que deja un dolor de cabeza no doble sino triple. Hay que reconocerle a esas fiestas un punto refinado, casi glamuroso precisamente por esa combinaci¨®n. Y que puede verse como una apuesta por el turismo de calidad. Entre todos los runrunes de corrupci¨®n, nos faltaba una bacanal con prostitutas y polic¨ªas en una isla. Y adem¨¢s con buen presupuesto. As¨ª se constata que?Berlusconi defini¨® un estilo aspiracional: tienes que pegarte una fiesta a lo Villa Certosa para transformarte en un Ulises moderno y presunto que sabe seguir el ritmo, que sabe seguir el runr¨²n.
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