Unos Juegos Ol¨ªmpicos ¡®limpios¡¯ favorecen el peso de los reci¨¦n nacidos

El et¨ªope Haile Gebrselassie anunci¨® en marzo de 2008 que renunciaba a correr el marat¨®n en los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn que se iban a celebrar en agosto. El plusmarquista mundial de marat¨®n, que padece asma, dijo que no estaba dispuesto a arriesgar su salud respirando durante los 42 kil¨®metros de la prueba el aire de la capital china, c¨¦lebre por su elevada contaminaci¨®n. Para entonces las autoridades ya se estaban tomando en serio el problema: cerraron o reubicaron fuera de la ciudad industrias altamente contaminantes, sustituyeron taxis y autobuses por otros de combusti¨®n m¨¢s limpia, limitaron el tr¨¢fico¡­ Y lo cierto es que la calidad del aire mejor¨® enormemente durante la cita deportiva.

Varios estudios han demostrado la relaci¨®n entre la contaminaci¨®n del aire y el peso de los beb¨¦s al nacer. A¨²n se desconoce qu¨¦ mecanismo biol¨®gico hace que el aire que respiran sus madres durante el embarazo influya en la ganancia de peso del feto, pero s¨ª se ha comprobado que a mayores concentraciones de part¨ªculas finas, m¨¢s riesgo de bajo peso existe. Un equipo de investigadores liderado por David Rich, epidemi¨®logo de la Universidad de Rochester (EE UU), constat¨® que las concentraciones de contaminantes descendieron entre un 20% y un 60% durante los Juegos Ol¨ªmpicos. ¡°El evento supon¨ªa una oportunidad ¨²nica para determinar si la mejora de la calidad del aire en momentos concretos del embarazo (primer o segundo mes, octavo mes, etc¨¦tera) se pod¨ªan asociar con mayor peso al nacer¡±, explica Rich por correo electr¨®nico.

As¨ª lo hicieron. Recopilaron datos sobre 83.672 nacimientos a t¨¦rmino (entre 37 y 42 semanas de edad gestacional) de mujeres de cuatro distritos urbanos de Pek¨ªn. Y compararon el peso al nacer de los beb¨¦s cuyas madres estaban en el octavo mes de embarazo durante los juegos de 2008 con las que lo estuvieron en la misma ¨¦poca el a?o anterior y el posterior. Fue posible hacerlo porque los esfuerzos para reducir la contaminaci¨®n, que en el caso del di¨®xido de nitr¨®geno mejor¨® un 43%, se desvanecieron poco despu¨¦s de los Paral¨ªmpicos, celebrados en septiembre. Meses despu¨¦s Pek¨ªn hab¨ªa vuelto a su habitual niebla t¨®xica. El estudio, publicado ahora en Environmental Health Perspectives, encontr¨® que los beb¨¦s nacidos en 2008 pesaron de media 23 gramos m¨¢s que los de los a?os 2007 y 2009.

Rich se?ala que se trata de una media, y que el cambio puede parecer peque?o, pero asegura: ¡°Si tenemos en cuenta la exposici¨®n a la contaminaci¨®n de estas mujeres durante otros momentos de su embarazo y los efectos adversos que probablemente tuvo en el peso al nacer de sus beb¨¦s, este cambio asociado ¨²nicamente a una mejora de la calidad del aire de entre seis y siete semanas demuestra que la contaminaci¨®n est¨¢ vinculada al peso al nacer y que la ¨²ltima etapa del embarazo podr¨ªa ser un momento especialmente importante¡±. Ser¨¢ necesario llevar a cabo m¨¢s estudios para corroborarlo. El suyo, de momento, ha conseguido aislar un periodo de tiempo concreto (el octavo mes de embarazo), algo que hasta ahora no se hab¨ªa estudiado.

La ¨²ltima etapa del embarazo es un periodo muy importante para el crecimiento fetal, destacan los autores en el art¨ªculo. Es el momento en el que se acelera el desarrollo de los sistemas nervioso central, cardiovascular y musculoesquel¨¦tico. El hecho de que la contaminaci¨®n interfiera con este periodo preocupa a los investigadores. ¡°Nuestros resultados se pueden generalizar a otras ciudades con mala calidad del aire como Pek¨ªn, pero tambi¨¦n se pueden extrapolar a urbes con menos contaminaci¨®n¡±, apunta Rich. ¡°Espero que el estudio contribuya a mostrar que las campa?as de reducci¨®n de contaminantes a gran escala tienen un impacto medible en salud p¨²blica¡±, a?ade.

El mismo equipo de investigadores aprovech¨® el ¡°experimento natural¡± que supon¨ªa la mejora temporal de la calidad del aire en Pek¨ªn para estudiar tambi¨¦n su efecto en la enfermedad cardiovascular de los adultos. Determinaron que los niveles de contaminaci¨®n influyen en cambios psicol¨®gicos que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular, y que las reducciones resultaron en la mejora de varios factores de riesgo. Rich cree que ¡°quiz¨¢ reducciones m¨¢s permanentes y a largo plazo supongan grandes mejoras en la salud p¨²blica y probablemente desciendan los costes de tratar las enfermedades asociadas¡±.