Muse, al rescate de la humanidad
Son la banda global de la generaci¨®n del milenio. Un tr¨ªo de rock a la vieja usanza. Sus potentes directos se cuentan entre los m¨¢s elogiados del siglo XXI Y transforman cada nuevo lanzamiento discogr¨¢fico en un fen¨®meno planetario. Su pr¨®ximo ¨¢lbum, de corte futurista, es una alerta contra la dominaci¨®n de las m¨¢quinas
El nuevo disco de Muse atruena de lejos, desde los auriculares plegados en el centro de la mesa. La primera escucha de Drones se produce minutos antes de que el cantante ?Mat?thew Bellamy y el bater¨ªa Dominic Howard presenten el disco a la prensa una ma?ana de abril en Santa M¨®nica, California. La entrevista es en el hotel Casa del Mar, con habitaciones sobre la playa, en una de esas ma?anas angelinas que explican por s¨ª mismas por qu¨¦ los miembros de Muse decidieron dejar Reino Unido y vivir aqu¨ª. Un rinc¨®n de la ciudad especialmente interesante. Al equivocarnos de puerta, encontramos a Sean Penn d¨¢ndole una propina al aparcacoches para que vaya a por un Cadillac Escalade.
Tras sus gafas de sol, Bellamy (Cambridge, 1978) se declara cansado, pero no de contestar preguntas. ¡°Los ni?os me han levantado a las seis de la ma?ana¡±. Aun as¨ª, habla como una ametralladora. Tiene algo que decir y se sabe las palabras, el orden y la entonaci¨®n. El mensaje se puede resumir en: ¡°La humanidad, la empat¨ªa humana, est¨¢ siendo sistem¨¢ticamente borrada por una evoluci¨®n de la tecnolog¨ªa tan dominante que est¨¢ llegando a un punto peligroso¡±.
La idea de la dominaci¨®n de las m¨¢quinas es una constante en los temas de Muse. Bellamy lo ha convertido en parte de la marca de la banda, como su voz. Despu¨¦s de leer un libro llamado Predators: the CIA¡¯s Drone War on Al Qaeda (Depredadores: la guerra a Al Qaeda con drones de la CIA, 2013), el asunto ha alcanzado proporciones ¨¦picas. Drones cuenta una historia: la de una persona que pierde la fe en s¨ª misma, se deja esclavizar y se convierte en una m¨¢quina de matar, hasta que se rebela, encuentra el amor y libera a los dem¨¢s de la tiran¨ªa. Todo contado en una suite de canciones del rock de Muse en su versi¨®n m¨¢s exquisita. La narraci¨®n es tan coherente que las letras del disco se pueden leer del tir¨®n, como un poemario.
¡°Este a?o se ha dado un debate ¨¦tico sobre si los drones deb¨ªan tomar sus propias decisiones de matar gente¡±, desarrolla Bellamy sobre sus preocupaciones. ¡°Ese es un paso aterrador en la tecnolog¨ªa. Me hizo pensar en muchas cosas que se pod¨ªan utilizar metaf¨®ricamente. Empec¨¦ a reflexionar sobre el comportamiento psic¨®pata, en lo que hace a las personas ser capaces de matar a distancia, sin consecuencias. Pens¨¦ en el lavado de cerebro, el extremismo religioso, el Ej¨¦rcito, j¨®venes que de alguna manera tambi¨¦n pueden ser convertidos en drones. A la humanidad le est¨¢n quitando decisiones importantes. Los mercados financieros est¨¢n manipulados por sistemas inform¨¢ticos. Y ahora eso llega a las m¨¢quinas de matar¡±.
¡°La empat¨ªa humana est¨¢ siendo borrada por una evoluci¨®n tecnol¨®gica dominante y peligrosa¡±, resume su mensaje Matt Bellamy, l¨ªder de la banda
Bellamy (voz y guitarra), Christopher Wolstenholme (bajo) y Dominic Howard (bater¨ªa) empezaron a tocar juntos como Muse a mediados de los a?os noventa. Internet estaba en sus inicios, los ordenadores m¨¢s potentes de entonces no podr¨ªan competir hoy con un smartphone normal. Skynet era una fantas¨ªa llevada a la pantalla en Terminator 2 (1991): un sistema inform¨¢tico de control de misiles que toma decisiones por s¨ª mismo. Nada m¨¢s ponerse en marcha, lo primero que decide Skynet, en un razonamiento l¨®gico impecable, es eliminar a los humanos porque son un peligro para su supervivencia. Hoy, esa fantas¨ªa ¡°est¨¢ a punto de hacerse realidad¡±, seg¨²n Bellamy.
¡°Hace unos meses me invitaron a ver una empresa llamada D-Wave. Creen que han inventado la computadora cu¨¢ntica, la m¨¢s potente que se ha hecho nunca. Salieron en la portada de Time porque esa computadora la han comprado la NSA, la CIA, Google y otras compa?¨ªas porque puede resolver ecuaciones muy complicadas muy r¨¢pido. Est¨¢ en el l¨ªmite de ese camino en el que la inteligencia artificial puede superar a la inteligencia humana¡±. Para Bellamy, la amenaza de Skynet se puede hacer realidad en cualquier momento.
A lo largo del disco, entremezclado con un sonido preciso, limpio, potente, se escuchan referencias a Stanley Kubrick, cineasta que con muchos menos elementos rob¨®ticos a su alrededor logr¨® explorar la deshumanizaci¨®n de manera magistral. El disco est¨¢ ¡°influenciado¡± por ¨¦l, seg¨²n el cantante y letrista. ¡°El mensaje de sus pel¨ªculas es relevante hoy: cuestiones como si deber¨ªamos ser controlados por otros salen en La chaqueta met¨¢lica. La naranja mec¨¢nica trata de la rehabilitaci¨®n de criminales. Tambi¨¦n 2001: una odisea del espacio es importante para m¨ª. Habla de los problemas de la inteligencia artificial y de tratar con ordenadores, que no tienen sentimientos¡±.
La primera canci¨®n publicada del disco es el pr¨®logo de la historia. Dead Inside es el momento en el que ¡°la persona renuncia a sus propios sentimientos y se vuelve fr¨ªa, f¨¢cil de controlar por otros¡±. La narraci¨®n utiliza un discurso del presidente John F. Kennedy de 1961 contra la dominaci¨®n del comunismo como punto de inflexi¨®n para que el protagonista se encuentre a s¨ª mismo. ¡°?l hablaba del comunismo, pero creo que vivimos una ¨¦poca en la que algunas de esas fuerzas burocr¨¢ticas que representaba el comunismo en la Guerra Fr¨ªa ahora est¨¢n en muchos sistemas complejos como empresas, Gobiernos, el extremismo religioso y la tecnolog¨ªa, que juntos est¨¢n acabando con la libertad individual. Ese discurso de JFK sigue siendo muy relevante hoy¡±.
Drones cuenta con una novedad musical importante. La mano del productor John Lange, Mutt, parece haber enderezado una deriva barroca que los propios componentes de Muse reconocen que se empezaba a ir de madre. Lange empez¨® su carrera en los setenta y ha producido a AC/DC, Def Leppard y Ryan Adams, sonidos claros y reconocibles a la primera. ¡°Es un personaje muy interesante, un exc¨¦ntrico, a medias entre genio y loco¡±, dice Bellamy entre risas. Lange parece haber dejado en el estudio de Muse una marca de productor de vieja escuela a la que dan mucho valor. ¡°Cuando te produces a ti mismo, a veces buscas atajos, no eres todo lo cr¨ªtico que debieras. Es bueno tener una opini¨®n de fuera, alguien que te recuerde que tienes que esforzarte m¨¢s¡±.
Tanto Bellamy como Howard establecen una comparaci¨®n muy clara entre el rock de precisi¨®n de Drones y su trabajo anterior, The 2nd Law. Aquel era un ¨¢lbum que se produc¨ªan ellos mismos y en el que la experimentaci¨®n en estudio fue el centro del proceso creativo, m¨¢s que el feeling de las canciones. Muse ha buscado en este disco volver a su versi¨®n m¨¢s b¨¢sica, a tocar todo lo posible mir¨¢ndose a la cara y recuperar el esp¨ªritu de tres t¨ªos haciendo ruido e imitando a Nirvana de cuando empezaron con 17 a?os. Tal como lo cuentan, parece su Let it be particular.
¡°Este disco ha sido para m¨ª el m¨¢s excitante de hacer y el m¨¢s f¨¢cil de escribir¡±, asegura Matt Bellamy. ¡°Sali¨® f¨¢cil y con fluidez. Me pasaban cosas en mi vida que me hicieron abrazar la m¨²sica al cien por cien otra vez. Tuve un hijo hace unos a?os, de una relaci¨®n que acab¨®, desgraciadamente, pero con una buena persona. Aprendimos mucho el uno del otro. Todo lo que sali¨® de aquello fue bueno. Me coloc¨® en una posici¨®n en la que pod¨ªa concentrarme en la m¨²sica y expresarme sin miedo¡±.
Bellamy es un ingl¨¦s flaco y nervioso con una tensi¨®n en el rostro que traslada a su m¨²sica, a su voz y a sus palabras. Tiene mucho que decir y ganas de decirlo r¨¢pido. Howard es un rockero natural. Le gusta hablar de m¨²sica, no mucho, con un aire distra¨ªdo a lo ?Keith Richards como si no supiera bien por qu¨¦ se le da tanta importancia a lo que hace. Aunque se sabe el tema, deja bastante claro que el asunto de los drones es cosa del cantante. Entrevistarlos por separado es como hablar con m¨²sicos de bandas distintas.
¡°En este ¨¢lbum quer¨ªamos trabajar juntos y reconectar con la esencia del grupo, que somos los tres tocando en un c¨ªrculo¡±, explica Howard. ¡°Nos conecta con el pasado. Los ¨²ltimos dos ¨¢lbumes que produjimos, el ¨²ltimo en particular, eran de estudio. Lo hicimos todo en el estudio y lo produjimos nosotros mismos porque nos parec¨ªa que as¨ª pod¨ªamos experimentar todo lo que quisi¨¦ramos sin restricciones. Cuando haces una canci¨®n as¨ª, su esencia no surge de los tres tocando, improvisando. Acabas construyendo temas como si fuera con piezas de Lego. No es como el que surge de tres personas juntas tocando en una habitaci¨®n muchas, muchas veces hasta que dices: ¡®Tenemos algo¡¯. Eso es genial. Un documento. Quer¨ªamos volver a hacerlo¡±. Howard confiesa que sus momentos de mayor disfrute en la banda suceden cuando se pierde durante un directo; los conciertos de Muse se encuentran entre los m¨¢s elogiados del siglo.
En este proceso, tener en el estudio a un cl¨¢sico como Lange ha sido clave. ¡°Nos presion¨® para dar lo m¨¢ximo posible. Nos obligaba a hacer tantas tomas que era rid¨ªculo¡±, r¨ªe Howard. ¡°Nosotros hac¨ªamos entre 6 y 10 tomas, a veces menos. Pero ¨¦l quer¨ªa 20 o 30 o m¨¢s. No porque estuvieran mal, sino porque quer¨ªa una paleta muy grande de versiones para ver cu¨¢l era la correcta. Ten¨ªa desde las frescas de la ma?ana hasta las arrastradas al final del d¨ªa. Quer¨ªa tener una imagen completa de la canci¨®n para encontrar el camino correcto¡±. Luego, escuchaba el material grabado a un volumen ¡°muy alto¡±, tan alto como para que lo diga el bater¨ªa de Muse.
Siempre hemos querido superar el ser solo entretenimiento. Queremos hacer m¨²sica que tenga resonancia en los tiempos que vivimos¡±
Preguntar a estos tipos por sus referencias es un delicioso viaje a cuando ten¨ªan 14 a?os, a principios de los noventa. Howard naci¨® en Manchester en 1977, creci¨® con Police, Queen y Michael Jackson de ni?o (¡°cosas que ten¨ªan un beat muy marcado¡±), con el hip-hop de Public Enemy y NWA de adolescente, hasta que lleg¨® ¡°el gran rock americano: Pixies, Rage Against the Machine y Nirvana¡±. Rage es el grupo al que Howard cita como su primera referencia, y su primer disco (1991) es el que le proporcion¨® esa gran sensaci¨®n que es decir: ¡°?Qu¨¦ co?o es esto?¡±, para luego adentrarse en ¨¦l hasta memorizarlo. Rage es probablemente el antecedente en sonido y actitud m¨¢s evidente de Muse.
Bellamy admite que el grupo ha llegado a ese nivel de banda global. Pero afirma que, para ¨¦l, ¡°Nevermind de Nirvana fue la ¨²ltima vez que el impacto global del rock fue importante¡±. El disco, tambi¨¦n de 1991, marc¨® ¡°un momento en el que todo el mundo sent¨ªa el dolor y el sufrimiento de los dem¨¢s¡±. Muse fue bendecido con el estatus de gran banda contempor¨¢nea casi nada m¨¢s debutar, con el cambio de siglo. En estos 15 a?os, solo ellos y Coldplay han mantenido ese trono, el de una banda que en el mundo de Spotify a¨²n se puede permitir convertir en un acontecimiento un nuevo disco o desarrollar un concepto de gira. ¡°Las mayores bandas y los artistas m¨¢s grandes son los que han conseguido superar ser solo entretenimiento y han pasado a ser importantes culturalmente¡±, reflexiona Bellamy. ¡°Creo que siempre hemos querido superar el ser solo entretenimiento, quer¨ªamos hacer m¨²sica que tenga resonancia en los tiempos que vivimos, conectada con los sentimientos de la gente y con lo que significa vivir en el mundo moderno. Supongo que eso es lo que tenemos en com¨²n con artistas del siglo XX, m¨¢s que con los de ahora¡±.
La ¨¦poca de Muse, la banda global de la generaci¨®n del milenio, est¨¢ definida por la llegada de Internet a la m¨²sica, los tel¨¦fonos inteligentes, las redes sociales y los drones. Cuando empezaron a ser famosos, el Green Album de Weezer era la banda sonora de su autob¨²s, seg¨²n cuenta Dominic Howard. Han sido 15 a?os de v¨¦rtigo. Las paranoias de los noventa de repente son noticias reales. Muse te quiere despertar con la que puede ser su mejor m¨²sica hasta el momento. ¡°Creo en la libertad individual, en la libertad de pensamiento. Creo que ahora los j¨®venes est¨¢n muy influenciados por factores externos¡±, dice Bellamy. ¡°Lo que estoy diciendo, sencillamente, es que es m¨¢s importante que nunca pensar por ti mismo¡±.
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