Francia tiene su verg¨¹enza en Comores
Centenares de personas mueren cada a?o al intentar llegar a la isla de Mayotte Est¨¢ en pleno ?ndico y forma parte de la UE desde 2014
De las playas de Ouani, una de las principales localidades de la isla de Anjouan, en las Comores, zarpan cada d¨ªa, si se prev¨¦ buen tiempo, unas peque?as embarcaciones, llamadas kwassa kwassa, con destino a la cercana isla de Mayotte, bajo soberan¨ªa francesa y parte de la Uni¨®n Europea desde enero de 2014. El viaje tiene sus riesgos porque en 20 a?os, desde que se implant¨® la denominada visa Balladour, han muerto entre 10.000 y 30.000 personas, seg¨²n los datos que manejan tanto el Gobierno de Comores como asociaciones c¨ªvicas comorenses y francesas.
¡°Es una verg¨¹enza, Francia nos maltrata¡±, comenta Said, un universitario en Mutsamudu, la capital de Anjouan, la isla m¨¢s pr¨®xima de Mayotte, a unos 70 kil¨®metros. Antes de la implantaci¨®n del visado, en enero de 1985 por el Gobierno del primer ministro ?douard Balladour, los comorenses pod¨ªa viajar sin visado a Mayotte para ver a sus familiares, hacer compras, trabajar o ir al m¨¦dico. A partir de entonces, deben solicitar un visado en la embajada francesa en Moroni, que les exige documentos que pocos pueden presentar, como una cuenta bancaria saneada. Queda la opci¨®n de arriesgarse a contratar una plaza en una kwassa kwassa.
En Ouani, cercana de Mutsamudu, nadie se esconde. En una isla en la que todo el mundo se conoce; lo contrario ser¨ªa absurdo porque es de dominio p¨²blico la actividad de cada uno. Y el for¨¢neo, que no deja en ning¨²n momento de ser observado, puede comprobar c¨®mo algunos j¨®venes mejor vestidos lucen sus motos chinas, nuevas. Charlan, juegan a futbol¨ªn o a las cartas en el paseo al lado de la playa, a la espera de un encargo. Abdulrahman, cercano a la treintena, explica que se dedica a transportar gente desde hace unos 10 a?os porque la pesca no le daba para vivir. ¡°En un mes realizo cuatro o cinco viajes¡±, cuenta Abdulrahman, a quien se le ha cambiado el nombre por seguridad. ¡°Los accidentes pasan por una aver¨ªa del motor o una sobrecarga¡±, contin¨²a. En su caso es dif¨ªcil que ocurra eso porque, asegura, navega con un motor nuevo, no sobrecarga la embarcaci¨®n y, adem¨¢s, lleva un chaleco para cada viajero.
¡°Pero tambi¨¦n ha ocurrido que los guardas franceses han provocado el naufragio de la kwassa kwassa al girar a su alrededor con su barco patrulla cuando la capturan en alta mar. Con el oleaje y el p¨¢nico de la gente, la kwassa kwassa se escora y vuelca¡±, sentencia.
A pesar del goteo de muertes y de las cr¨ªticas del Gobierno de Comores y de la propia Uni¨®n Africana, que han pedido en numerosas ocasiones la retirada del visado, el Gobierno franc¨¦s se muestra inflexible. ¡°Es imposible facilitar la libre circulaci¨®n entre Mayotte y las otras islas¡±, proclam¨® el presidente Fran?ois Hollande durante su visita a Comores, en agosto de 2014.
A una decena de metros de Abdulrahman, en un corro de unas cinco o seis personas, se negocia el precio de un pasaje. ¡°Son de Gran Comores por la forma de hablar¡±, indica Mohamed, que se ha unido a la conversaci¨®n. Aunque las cuatro islas de Comores, las tres que forman la Uni¨®n de Comores y Mayotte, hablan la misma lengua, el shikomor, se reconocen f¨¢cilmente las variedades dialectales de cada una de las islas.
Si la transacci¨®n llega a buen t¨¦rmino, las dos personas de Gran Comores, un hombre y una mujer, esperar¨¢n a que el tiempo sea propicio para partir. Antes habr¨¢n pagado unos 500 euros cada uno para tener una plaza en una barca de fibra de vidrio cuyo patr¨®n acostumbra a ser un buen conocedor de las aguas de aquella parte del canal de Mozambique.
El mal tiempo se puede prever, pero no las patrullas francesas de la Polic¨ªa en las Fronteras (PAF), encargadas del control fronterizo como su nombre indica y cada d¨ªa m¨¢s eficaz. Seg¨²n la propia PAF, el a?o 2014 se incautaron 597 embarcaciones, detuvieron a 610 pasadores y capturaron a 12.879 personas. ¡°He sido detenido dos veces¡±, reconoce Abdulrahman. ¡°Nos devuelven de forma inmediata, antes se acababa en la c¨¢rcel, pero se quedan con la kwassa kwassa. Por eso el pasaje es caro, porque hay que amortizar las kwassa kwassa y motores que se pierden¡±, contin¨²a. No obstante, si un pasador es detenido varias veces seguidas, va a parar a la c¨¢rcel.
En Mayotte, los comorenses que entran sin visado pasan a ser ilegales. Algunos son escondidos por familiares, otros se arriesgan a vivir en la clandestinidad, explotados a veces en trabajos muy mal pagados, y otros lo que ¨²nico que quieren es ser atendidos en un hospital de Mayotte, que les visita sin preguntarles por su situaci¨®n administrativa. ¡°Como aqu¨ª a los hospitales les falta todo, en situaciones graves hay que ir a Mayotte¡±, explica Said.
Para los clandestinos, planea la incertidumbre de la detenci¨®n, que puede ocurrir al cabo de unos d¨ªas, unas semanas o un a?o. ¡°Todos conocemos a alguien que ha sido deportado¡±, asegura Mohamed. Las autoridades de Mayotte son triunfalistas: el a?o 2014 expulsaron a 19.491 personas, casi un 25% m¨¢s que en el a?o anterior, en que se detuvo a 15.908. Muchos son devueltos de forma inmediata en los barcos que regularmente cubren la l¨ªnea entre Anjouan y Mayotte mientras que otros son internados en el llamado Centro de Retenci¨®n Administrativa, saturado de comorenses, a la espera de una plaza en el barco.
Abdulrahman niega que haya mafias que controlen el tr¨¢fico de personas. ¡°No, hay mafias, cada uno hace su trabajo. Uno capta a los clientes, otro pone el dinero del combustible y la embarcaci¨®n, y otro es el patr¨®n de la kwassa kwassa. Despu¨¦s nos repartimos las ganancias¡±, subraya. Y tambi¨¦n hay que tener en cuenta ¡°a la polic¨ªa¡± comorense, que algunas veces ¡°hace redadas¡±. Pero a tenor de c¨®mo se exhiben p¨²blicamente los pescadores dedicados a transportar personas, nadie lo dir¨ªa.
Datos que sonrojan
Mayotte presenta unos par¨¢metros sociales que son mucho mejores que los de las vecinas Anjouan, Moheli y Gran Comores, pero que deber¨ªan sonrojar a las autoridades francesas. En el listado facilitado por Eurostat a mediados de mayo, que med¨ªa el PIB por habitante en el a?o 2013, Mayotte ocupaba la ¨²ltima plaza de las regiones europeas, con 8.200 euros per c¨¢pita, muy lejos de los 32.100 de Francia en su conjunto, y de los 26.600 de la media de la Europa de los 28. Extremadura, la regi¨®n espa?ola con el PIB por habitante m¨¢s bajo, alcanza los 15.500 euros. Comores tiene un PIB por habitante de poco m¨¢s de 800 euros, diez veces menos que Mayotte.
Mayotte se convirti¨® en 2011 en el departamento 101 de la Rep¨²blica francesa. Dos a?os antes, sus habitantes se hab¨ªan pronunciado en refer¨¦ndum por mantenerse bajo la bandera francesa. Un plebiscito condenado por el Gobierno de Comores, que reclama la soberan¨ªa sobre la isla desde la independencia, en 1975. Una presencia francesa que ha sido condenada por la Uni¨®n Africana y la propia Asamblea General de las Naciones Unidas.
El litigio comenz¨® con el refer¨¦ndum de descolonizaci¨®n, de 1974, cuando en su conjunto Comores vot¨® a favor de la independencia, con el 94,5% de votos favorables. Un resultado abrumador, del 99%, en tres islas (Gran Comores, Anjouan y Moh¨¦li), pero contrario en Mayotte, partidario de mantener los v¨ªnculos con Francia con el 63% de los votos. El Gobierno franc¨¦s se agarr¨® a ese voto favorable para impedir que Mayotte se uniera a Comores en el momento de la independencia, en 1975, y mantuvo su soberan¨ªa en una isla de gran valor estrat¨¦gico. Desde entonces, el Gobierno de turno en Par¨ªs hace o¨ªdos sordos a las reivindicaciones de Moroni.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.