La erupci¨®n fantasma de El Hierro

En octubre de 2011, se alz¨® al sur de la isla canaria de El Hierro, frente a la peque?a poblaci¨®n de La Restinga, un volc¨¢n submarino que mantuvo en vilo a los herre?os durante los meses que dur¨® la erupci¨®n. Sin embargo, los sustos no acabaron ah¨ª, y despu¨¦s se produjeron muchos momentos de alarma provocados por los innumerables terremotos y las noticias confusas sobre la posibilidad de que el magma que agitaba la isla rompiera por alg¨²n otro lado en una segunda erupci¨®n. Desde hace unos meses, un grupo de cient¨ªficos sostiene que esta segunda erupci¨®n ya se ha producido bajo el mar al oeste de la isla, como recogieron los medios de comunicaci¨®n canarios, tras contarlo en una rueda de prensa y publicarlo en una revista cient¨ªfica. Ahora, en esa misma publicaci¨®n, otro equipo de cient¨ªficos ha desmontado la existencia de esa erupci¨®n al tumbar las dos evidencias en las que se sosten¨ªa la afirmaci¨®n: una foto a¨¦rea reubicada a conveniencia y una se?al ac¨²stica que el nuevo trabajo considera como simple ruido presentado de forma exagerada para que pareciera una columna vertical que ascend¨ªa desde el fondo marino.

El caso comienza cuando en junio de 2012 empezaron a sentirse de nuevo muchos terremotos, que se concentraban m¨¢s al oeste del volc¨¢n de La Restinga, situado al sur de la isla. Muchos pensaron que la crisis volc¨¢nica empezaba a reavivarse y algunos indicadores apuntaban a esa posibilidad: incremento significativo de la sismicidad, de la deformaci¨®n del terreno y de la emisi¨®n de gases, que suelen avisar de que el magma se abre paso bajo el suelo. En aquel momento, el buque cient¨ªfico de la Armada Hesp¨¦rides se encontraba en Canarias para cumplir con otra misi¨®n y aprovech¨® para investigar los suelos marinos alrededor de la isla, recogiendo con su sonda una se?al sospechosa al oeste de El Hierro que ahora se ha convertido en el eje de la controversia.

"Los registros de penachos submarinos a partir de im¨¢genes ac¨²sticas y las fotograf¨ªas a¨¦reas tomadas desde un helic¨®ptero proporcionan pruebas suficientes para inferir la ocurrencia de una nueva erupci¨®n submarina pirocl¨¢stica que emiti¨® chorros de gas y piroclastos [fragmentos s¨®lidos de material volc¨¢nico expulsados en una erupci¨®n], aunque no implique la emisi¨®n de lava", escriben en su art¨ªculo los cient¨ªficos de Involcan, liderados por Nemesio P¨¦rez, junto a otros investigadores espa?oles y japoneses. Los miembros de Involcan (un organismo que depende del Cabildo de Tenerife) ya hab¨ªan ofrecido en febrero de 2013 una rueda de prensa anunciando la existencia de esta segunda erupci¨®n bas¨¢ndose en esos penachos, comparecencia en la que se acus¨® al Instituto Geogr¨¢fico Nacional (IGN) de no informar de esta erupci¨®n al comit¨¦ de crisis (Pevolca).

Los investigadores primero aseguran que hay pruebas suficientes de una erupci¨®n s¨®lida y luego defienden que "no se puede descartar" una erupci¨®n de agua

En el estudio cient¨ªfico publicado por Nemesio P¨¦rez en Bulletin of Vulcanology (de referencia en su campo) se a?adi¨® una segunda evidencia: la fotograf¨ªa a¨¦rea, tomada desde un helic¨®ptero, de lo que ser¨ªa "material pirocl¨¢stico observado flotando en la superficie del mar", seg¨²n redactan. La fotograf¨ªa, realizada el 2 de julio por el Grupo de Emergencias y Salvamento, mostraba un burbujeo blanco en la superficie del mar y se difundi¨® indicando su ubicaci¨®n: al sur de la isla, sobre el Mar de las Calmas. Sin embargo, P¨¦rez y su equipo la ubicaron al oeste, justamente sobre la se?al sospechosa detectada por el Hesp¨¦rides, haciendo coincidir dos fen¨®menos que ocurrieron a 12 kil¨®metros de distancia (ver imagen).

Esa es la primera evidencia que desmontan los cient¨ªficos del IGN y el Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa (IEO) que firman una respuesta, en la misma revista, para negar la existencia de esa segunda erupci¨®n difundida por Involcan. La segunda, esa se?al captada desde el barco, los investigadores del IEO la consideran simple ruido sin filtrar, un efecto de la sonda al cubrir colinas submarinas que provoca ecos laterales en zonas como la estudiada. Adem¨¢s, los investigadores que firman la respuesta, liderados por Mar¨ªa Jos¨¦ Blanco del IGN, indican que la escala de esa se?al est¨¢ forzada: se presenta con la misma proporci¨®n un kil¨®metro de ancho que 50 metros de alto para que esas se?ales parezcan "filamentos" que ascienden desde el subsuelo, seg¨²n P¨¦rez y sus colegas describen en su estudio (ver gr¨¢fico). Adem¨¢s, critican la falta de estudio de los par¨¢metros fisico-qu¨ªmicos del agua que los firmantes de la respuesta, como el investigador Eugenio Fraile (de IEO), llevan cuatro a?os tomando por toda la isla y que son muy significativos en la zona de la erupci¨®n del sur de la isla ¡ªincluso ahora¡ª y normales, seg¨²n sus datos, en la zona oeste.

Luis Somoza es el ge¨®logo marino del IGME que recogi¨® los datos de aquel viaje y que los ha publicado junto a P¨¦rez. "Pas¨¢bamos justamente por all¨ª cuando hubo una alerta, no era una campa?a para recoger informaci¨®n en detalle sobre erupciones", explica. Y a?ade: "Dimos una vuelta alrededor de la isla, nunca hab¨ªamos estado encima de una pluma volc¨¢nica. No se pudo realizar un estudio completo, por eso no aportamos m¨¢s datos". Sobre la respuesta a su estudio, reconoce el "error humano" de la foto a¨¦rea mal ubicada. Y al respecto de las se?ales ac¨²sticas, Somoza se muestra convencido de que hab¨ªa que publicarlas: "Podemos estar equivocados, pero nuestra obligaci¨®n como cient¨ªficos es contarlo. Podr¨ªa ser que fueran ecos del subsuelo, pero si pensara que lo son no lo habr¨ªamos publicado".

Nemesio P¨¦rez y su grupo responden a las cr¨ªticas en una contrarr¨¦plica en la misma revista cient¨ªfica asegurando ahora que "con los datos disponibles, no podemos confirmar o descartar" que se trate de erupci¨®n volc¨¢nica o "una erupci¨®n hidrotermal". En su estudio original, publicado en noviembre de 2014, P¨¦rez publicaba sin tapujos que se trata de una "nueva erupci¨®n submarina pirocl¨¢stica".

No hay ninguna evidencia de una erupci¨®n", zanja Mart¨ª

El investigador del CSIC Joan Mart¨ª, que sigui¨® in situ la crisis volc¨¢nica de El Hierro y que es ajeno a este cruce de publicaciones, se muestra muy cr¨ªtico con el trabajo de P¨¦rez y asegura que no hay "ninguna evidencia de una nueva erupci¨®n". Mart¨ª, del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, aunque concede que las se?ales ac¨²sticas podr¨ªan ser gases liberados con el movimiento de magma, asegura que "esto no significa que puedan asociarse a ninguna nueva erupci¨®n, siendo ¨¦ste un proceso normal en una zona con actividad alta y con una erupci¨®n reciente".

Otro cient¨ªfico conocedor de la volcanolog¨ªa canaria, Juan Carlos Carracedo, de la Universidad de Las Palmas, considera de "escasa fiabilidad" las conclusiones de P¨¦rez por la mala interpretaci¨®n de las im¨¢genes ac¨²sticas y por la ubicaci¨®n equivocada de la foto a¨¦rea, que considera "errores y especulaciones impropios de publicaciones cient¨ªficas".

Guerra por el control cient¨ªfico

No obstante, Carracedo, como Mart¨ª y Somoza, considera que esto responde a un nuevo cap¨ªtulo de enfrentamiento entre ge¨®logos espa?oles con motivo de la gesti¨®n cient¨ªfica del riesgo volc¨¢nico canario, que estall¨® con violencia con la crisis de El Hierro y que provoca innumerables suspicacias en el mundillo. Todos los consultados han demandado especial celo en la transcripci¨®n de sus palabras para no a?adir m¨¢s "sangre" a este enfrentamiento institucional y pol¨ªtico.?Los investigadores del IGN y el IEO se prestaron a explicar los detalles t¨¦cnicos de su respuesta, pero no quisieron hacer valoraciones de ning¨²n tipo. Nemesio P¨¦rez se neg¨® a que sus declaraciones telef¨®nicas fueran usadas "para evitar que se manipularan" y no ha respondido por email.

En el fondo, todo esto es una pelea entre organismos", asegura Somoza

"En el fondo, todo esto es una pelea entre organismos", resume Somoza. En la guerra abierta entre instituciones cient¨ªficas de primer orden, como el CSIC, el IGN o el IEO, y entidades con respaldo local como el Involcan, se genera un ruido informativo que ha provocado estr¨¦s innecesario en la poblaci¨®n, como sucedi¨® en El Hierro en varias ocasiones en las que los diagn¨®sticos ¡ªe incluso predicciones¡ª de los distintos cient¨ªficos no coincid¨ªan. En las ¨²ltimas fechas, es Involcan el que acusa en los medios a IGN de no compartir todos los datos a su disposici¨®n, raz¨®n por la que ha decidido abandonar el Pevolca, organismo que pretend¨ªa representar a todos los actores de la gesti¨®n del riesgo volc¨¢nico.

Todo empez¨® en 2004, cuando se reactiv¨® la actividad s¨ªsmica en la isla de Tenerife y las disensiones entre los cient¨ªficos no ayudaron en nada a esa parte de de la poblaci¨®n que tem¨ªa un violento despertar del Teide. A partir de ese momento, los pol¨ªticos jugaron sus bazas: el Gobierno espa?ol centralizando la gesti¨®n en el IGN y las autoridades canarias reclamando m¨¢s control desde las islas, un deseo que s¨®lo se ha materializado en la creaci¨®n, por parte del Cabildo de Tenerife, del Involcan. Este ¨²ltimo episodio, en el que Involcan acus¨® a IGN de ocultar una erupci¨®n fantasma en El Hierro, demuestra que m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s el enfrentamiento no se ha resuelto.