Santa Teresa, feminista
Con gracia antigua y crudeza moderna, Cristina Morales novela lo que la religiosa ¡°hubiera contado si no se hubiera jugado el cuello¡± en ¡®Malas palabras¡¯
A veces es menos peligroso para un libro ver a su autor en la hoguera que en los altares. Le pas¨® a Teresa de Cepeda y Ahumada. Nacida hace 500 a?os en una familia de jud¨ªos conversos que se quitaron el apellido S¨¢nchez para ocultar su condici¨®n, fue convertida en santa por la Iglesia tridentina, en icono por Gian Lorenzo Bernini y en fetiche por el general Franco. ?C¨®mo, pues, leerla sin prejuicios? Aunque el incienso es m¨¢s empalagoso que el azufre, Santa Teresa muri¨® en 1582 sin ver publicada su gran obra, el Libro de la vida. Tuvo que ser Fray Luis de Le¨®n quien lo diera, ya p¨®stumo, a la imprenta seis a?os despu¨¦s.
Santidad deslenguada
El de Cristina Morales (Granada, 1985) es de los pocos nombres que se repiten en todas las antolog¨ªas de nuevos narradores espa?oles. En 2008 public¨® el libro de cuentos La merienda de las ni?as y cinco a?os m¨¢s tarde se estren¨® como novelista con Los combatientes. En Malas palabras, su nueva obra (Lumen) da voz a Santa Teresa.
Pionero de la literatura autobiogr¨¢fica, el Libro de la vida es una maravilla del castellano neto y una cumbre de la falsa modestia. Mientras vigila de reojo a los inquisidores, la futura beata nos habla de su infancia y de sus cuitas para reformar el Carmelo, de sus visiones y sus meditaciones. Aprovechando el quinto centenario de la insigne doctora de la Iglesia, Cristina Morales, una granadina de 30 a?os cuya tonsura debe m¨¢s al punk que a las carmelitas, se ha metido en la piel de la santa para escribir la novela Malas palabras. Con una respetuosa mezcla de gracia antigua y crudeza moderna, sin sonar a pastiche, el resultado es algo as¨ª como ¡°lo que hubiera contado Teresa S¨¢nchez si no se hubiera jugado el cuello¡±.
¡°Cuando escribo ¡®Soy Teresa de Jes¨²s y aqu¨ª estoy intentando no ser yo¡¯ es cuando m¨¢s Teresa de Jes¨²s soy¡±, dice la narradora de esa novela, que relata en primera persona c¨®mo vio horrorizada a su madre ¨Cque le¨ªa a escondidas de su marido¨C convertida en m¨¢quina de parir o c¨®mo ella se meti¨® a monja solo por no casarse. Mujer, lectora y escritora, es decir, tres veces sospechosa, Santa Teresa ha terminado por encontrar su interlocutora ideal en unos tiempos, estos, en los que el ¨¦xtasis est¨¢ m¨¢s cerca de la qu¨ªmica que de la m¨ªstica. ?Importa? Como dec¨ªa el cl¨¢sico: h¨¢gase el milagro, y h¨¢galo el diablo.
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