Las hormonas de los ¡®brokers¡¯ amenazan los mercados financieros
Un estudio sugiere que m¨¢s mujeres corredoras de bolsa evitar¨ªan pr¨¢cticas de alto riesgo
Los mercados financieros tiemblan hoy tras el no del refer¨¦ndum griego. Miles de corredores de bolsa en todo el mundo ven c¨®mo se disparan sus niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estr¨¦s, y los de testosterona, otra hormona que se eleva en situaciones competitivas. El c¨®ctel de ambas puede ser diab¨®lico. ¡°Contribuyen a desestabilizar los mercados financieros¡±, sostiene el economista Carlos Cueva, de la Universidad de Alicante.
El investigador acaba de publicar un estudio en el que ha recreado en su laboratorio un mercado financiero. En una primera fase, midi¨® los niveles hormonales de 142 voluntarios convertidos en corredores de bolsa y repartidos en grupos. Los brokers con el cortisol m¨¢s alto se lanzaban a inversiones m¨¢s arriesgadas, provocando la inestabilidad de los precios en los mercados simulados. ¡°La correlaci¨®n se observ¨® en los hombres, pero no en las mujeres¡±, explica Cueva, que firma el estudio junto a cient¨ªficos del Imperial College de Londres y la Universidad de Cambridge, ambas en Reino Unido.
La segunda fase del experimento se redujo a 75 hombres. En unas ocasiones se les daba una pastilla de cortisol o un gel de testosterona y en otras, un placebo, una sustancia sin ning¨²n efecto. Y ambas hormonas los impulsaban a embarcarse en inversiones de riesgo. ¡°Ajustamos las dosis para acercarnos a un escenario de mucho estr¨¦s, en el caso del cortisol, e intentamos simular una racha ganadora, en el caso de la testosterona¡±, se?ala Cueva. Los resultados muestran una relaci¨®n causa-efecto. Los brokers que tomaron cortisol aumentaron sus inversiones de riesgo un 70%. Los que se aplicaron el gel de testosterona vieron crecer su optimismo y elevaron un 46% sus compras de activos dudosos. El estudio se acaba de publicar en la revista Scientific Reports, del grupo Nature.
¡°Hay que tomarse en serio los procesos hormonales. La inestabilidad de los precios se debe a que los corredores de bolsa compran a precios disparatadamente altos o disparatadamente bajos, por decisiones irracionales¡±, advierte Cueva, doctorado en Cambridge. Sus elecciones alocadas pueden afectar a cientos de millones de personas.
Uno de los coautores del estudio, Joe Herbert, profesor de Neurociencia en Cambridge, ya mostr¨® en 2008 que los brokers de la City de Londres con niveles de testosterona m¨¢s altos por las ma?anas asum¨ªan m¨¢s riesgos y ganaban m¨¢s. Sus elevados niveles de cortisol se correlacionaron con una mayor inestabilidad del mercado.
"En una situaci¨®n de estr¨¦s, los hombres asumen m¨¢s riesgos y las mujeres no tanto¡±, explica el economista Carlos Cueva
Cueva sugiere una posible medida para que los precios no dependan de los cambios hormonales de los corredores de bolsa: m¨¢s mujeres brokers. ¡°Nuestro estudio es consistente con otros previos que muestran que el estr¨¦s afecta de manera diferente a hombres y mujeres. En una situaci¨®n de estr¨¦s, con niveles altos de cortisol, los hombres asumen m¨¢s riesgos y las mujeres no tanto¡±, explica el economista. Las mujeres ahora mismo son minoritarias en el sector. Sobra testosterona.
¡°Brokers, cuidado, vuestras hormonas pueden determinar los riesgos que asum¨ªs y exagerar las fluctuaciones del mercado. Con la previsible volatilidad m¨¢xima de los mercados por Grecia y sus pagos de la deuda, o sus impagos, es importante saber hasta qu¨¦ punto influyen las hormonas en las decisiones de los corredores de bolsa¡±, sostiene Ashley Grossman, profesor de endocrinolog¨ªa de la Universidad de Oxford, en la web especializada Science Media Centre. ¡°Quiz¨¢s la soluci¨®n sea tener m¨¢s mujeres brokers, ya que ninguno de los resultados de estos estudios parecen aplicarse a las mujeres¡±, a?ade.
¡°Desde el punto de vista de un endocrin¨®logo, este estudio parece potente y robusto¡±, aplaude Richard Quinton, profesor de la Universidad de Newcastle. ¡°Sus resultados est¨¢n en l¨ªnea con investigaciones anteriores, pero son significativamente m¨¢s refinados¡±, apunta Quinton, tambi¨¦n ajeno al nuevo trabajo.
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