Las guerras del cacao
El alimento ha ejercido de 'casus belli' y ha contribuido al conflicto que divide al pa¨ªs durante casi todo el siglo XXI
¡°El cacao ha jugado un papel importante, un papel esencial en Costa de Marfil¡±, indica el periodista e historiador Jean-Ars¨¨ne Yao, v¨ªa correo electr¨®nico, desde Madrid. ¡°A nivel pol¨ªtico, ha alimentado un sistema clientelista en el cual los ingresos han beneficiado a gran parte de la poblaci¨®n al representar la base del llamado milagro marfile?o de los 20 primeros a?os de la independencia del pa¨ªs. Adem¨¢s de financiar las principales infraestructuras econ¨®micas del pa¨ªs, el dinero del cacao se reparte ampliamente seg¨²n reglas t¨¢citas de equilibrio pol¨ªtico, regional y ¨¦tnico. Se utiliza para recompensar a los seguidores del partido en el poder y para sobornar a los opositores. A nivel de la inmigraci¨®n, sabido es que el cultivo del cacao trajo a Costa de Marfil grandes contingentes de mano de obra, esencialmente de Burkina Faso. Estos ¨²ltimos terminaron convirti¨¦ndose en propietarios de plantaciones en la parte occidental del pa¨ªs y tambi¨¦n en aliados pol¨ªticos, como se ha visto en el caso de Amad¨¦ Ou¨¦r¨¦mi y sus hombres, que formaron parte de las fuerzas auxiliares de los Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI) que llevaron a Alassane Dramane Ouattara al poder en 2011¡±.
El dinero del cacao se reparte? seg¨²n reglas t¨¢citas de equilibrio pol¨ªtico, regional y ¨¦tnico
El cultivo del cacao se introdujo en Costa de Marfil en el a?o 1888 en Aboisso, al sureste del pa¨ªs. Hay que responsabilizar de la llegada de los plantones de cacao a estas tierras a dos colonos franceses, Verdier y Retigniers. Sin embargo, su aut¨¦ntica y mete¨®rica expansi¨®n fue obra del primer presidente del pa¨ªs tras la independencia, F¨¦lix Houphou?t-Boigny.
Gracias a Houphou?t-Boigny, el cacao se convirti¨® en lo que el petr¨®leo para Nigeria: suscit¨® una oleada de riqueza que se vio reflejada en el pujante perfil de los rascacielos de Plateau, el barrio de los negocios de la capital econ¨®mica, Abiy¨¢n.
La promesa de trabajo y prosperidad atrajo a miles de emigrantes de los pa¨ªses m¨¢s pobres de la regi¨®n, como Mali y Burkina Faso, que llegaron a una Costa de Marfil boyante, hospitalaria y volcada en la agricultura. Houphou?t-Boigny y los campos que se arrancaban a la selva, en un pa¨ªs que se deforestaba r¨¢pidamente, les recibieron con los brazos abiertos. En la d¨¦cada comprendida entre 1977 y 1987, Costa de Marfil perdi¨® el 42% de su masa forestal y gan¨® miles de nuevos vecinos.
Los ochenta coincidieron con el colapso del ¡°milagro marfile?o¡±: ca¨ªda de los precios, una deuda insostenible, malestar pol¨ªtico y social y la plaga de los programas de ajuste estructural que pusieron la econom¨ªa del pa¨ªs de rodillas. Con el tiempo, los migrantes y sus descendientes han llegado a contribuir ¡ªaproximadamente¡ª al 20% de la poblaci¨®n, enriqueciendo a Costa de Marfil con su sudor y sus culturas. Sin embargo, en ¨¦poca de crisis, asumieron el papel de chivo expiatorio frente a la frustraci¨®n popular, que dio origen a la xenofobia encubierta bajo el t¨¦rmino ivoirit¨¦ (marfile?idad), una palabra nacida entre los estudiantes marfile?os en Dakar en 1945 que se politiz¨® a partir de su entrada en el terreno pol¨ªtico en 1994, en boca del entonces primer ministro Henri Konan Bedi¨¦. La ivoirit¨¦ es un concepto que excluye de la nacionalidad y los derechos a los extranjeros y a sus hijos e incluso a los marfile?os que han nacido en determinadas zonas del pa¨ªs, como el norte.
La presencia masiva de extranjeros ha provocado, en parte, la inestabilidad pol¨ªtica que aqueja a Costa de Marfil en los ¨²ltimos a?os. Dos cuestiones unidas inextricablemente al cultivo del cacao (los derechos de propiedad y explotaci¨®n de la tierra y el acceso a los recursos y el trabajo productivo) se encuentran en el origen de xenofobia y conflicto.
A nivel pol¨ªtico ha alimentado un sistema clientelista en el cual los ingresos han beneficiado a gran parte de la poblaci¨®n
El cacao ha ejercido de casus belli y ha contribuido al conflicto que divide al pa¨ªs durante, pr¨¢cticamente, casi todo lo que llevamos del siglo XXI. El ¡°oro negro¡± ocup¨® el lugar de los diamantes de sangre sierraleoneses en el contexto marfile?o: devino pilar de la econom¨ªa de guerra de los rebeldes que ocuparon el norte del pa¨ªs desde el a?o 2002 y que se dedicaron a su contrabando a trav¨¦s de las fronteras. Tambi¨¦n ejerci¨® de motor del esfuerzo b¨¦lico gubernamental, v¨ªa impuestos o donaciones ¡°voluntarias¡±, que se destinaron a apuntalar al ej¨¦rcito regular. La fortuna de algunos se?ores de la guerra que hoy est¨¢n integrados en las fuerzas armadas oficiales se ha construido, en ocasiones, sobre las espaldas de los campesinos que cultivan el cacao en los m¨¢rgenes del pa¨ªs.
¡°Cabe recordar que entre 2002 y 2010, el dinero destinado a los campesinos se utiliz¨® para otros fines¡±, se?ala Jean-Ars¨¨ne Yao. Y precisa que 9.000 millones de francos CFA (1,3 millones de euros) sirvieron para la compra de una f¨¢brica de chocolate en Estados Unidos y otros 30.000 millones (4,5 millones de euros) se invirtieron en el rearme de las fuerzas armadas durante la guerra.
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