Una dieta in¨²til que siguen 230.000 personas
Los 'millennials' se alistan al 'Whole30', un plan nutricional que se vale de las redes sociales pero no permite comer lentejas
Hay dietas que, como los pantalones de cintura alta o los bikinis de neopreno, no se sabe muy bien por qu¨¦, se vuelven irresistibles para un nicho poblacional de la noche a la ma?ana. Y esto es lo que ha ocurrido en Nueva York con la Whole30, una dieta que naci¨® en 2009 y que tiene en las redes sociales su h¨¢bitat natural. Comparte entorno con la generaci¨®n del milenio (millennials), formada por los nacidos entre 1981 y 1995, el gran caramelo de la publicidad. Y son ellos sus principales consumidores. ?C¨®mo se ponen a dieta los espectadores de Girls?
Mellisa y Dallas Hartwig son los padres de "la criatura", que vio la luz hace seis a?os y que es fruto, seg¨²n explica Melissa, de un experimento personal. "Dallas suele consultar publicaciones cient¨ªficas y en una de ellas ley¨® que eliminar de la dieta ciertos alimentos como las leguminosas o los granos pod¨ªa disminuir los problemas de inflamaci¨®n. En aquella ¨¦poca, ten¨ªa inflamado el hombro. As¨ª que decidi¨® comprobar si era cierto. Al cabo de seis semanas su dolor desapareci¨® por completo", narra. A la vista de los resultados, ella misma sigui¨® la dieta durante 30 d¨ªas, y al finalizar el mes, asegura que no solo dorm¨ªa mejor, ten¨ªa m¨¢s energ¨ªa y su piel era m¨¢s luminosa, tambi¨¦n estaba de mejor humor. La pareja se sent¨ªa tan bien que comparti¨® su experiencia entre los lectores del blog de Melissa. "Hab¨ªa nacido Whole30", sentencia Hartwig. El plan nutricional excluye grupos de alimentos completos, como granos (pan, arroz, fideos, pastas), legumbres (garbanzos, lentejas, habas), l¨¢cteos o az¨²cares, una postura que implica una ingesta excesiva de prote¨ªnas y algunas grasas (todas, menos las procesadas). Los nutricionistas se llevan las manos a la cabeza.
Lo primero que Melissa Hartwig quiere aclarar es que prefiere referirse a la Whole30 "como un programa, no como un dieta". Bien, aclarada la nomenclatura, veamos qu¨¦ persigue. "Eliminar aquellos grupos alimenticios que provocan un desequilibrio hormonal, dificultan la digesti¨®n e inflaman el organismo", cuenta la pareja. Y es que, seg¨²n aseveran, en un mes, la Whole30 no solo cambiar¨¢ su relaci¨®n con la comida, "tu vida entera se transformar¨¢". Los impulsores proponen probar solo con 30 d¨ªas, una vez en la vida, y si la experiencia gratifica, continuar para siempre o con ligeras modificaciones. El objetivo es tan ambiguo como de poco rigor cient¨ªfico: mejorar la salud. ?La realidad? Sus ac¨®litos lo siguen porque conlleva una p¨¦rdida de peso. Y aqu¨ª viene la conexi¨®n con los millennnials: los resultados se publican en redes. As¨ª lo ratifican los m¨¢s de 230.000 amigos que Whole30 tiene en Facebook, o los cerca de 20.000 que siguen su tableros en Pinterest. Todos ellos comparten sus experiencias y progresos con la dieta aportando testimonios que publican bajo el eslogan Find your inspiration with these Whole30 success stories from around the world ("Encuentra tu inspiraci¨®n con estas historias de ¨¦xito de todo el mundo de la Whole30").
Irritabilidad y p¨¦rdida muscular
Expertos como Cristina Lafuente, dietista y nutricionista en Alimmenta, creen que la Whole30 es una versi¨®n extrema de la dieta paleol¨ªtica. "Adem¨¢s de ser muy restrictiva, es excesiva en prote¨ªnas y grasa. De hecho, varias instituciones cient¨ªficas est¨¢n en contra de dietas hiperproteicas por sus efectos negativos para la salud. El consumo elevado de alimentos prote¨ªcos favorece la descalcificaci¨®n, da?o renal, deshidrataci¨®n y aumento de ¨¢cido ¨²rico", explica Lafuente. La cocreadora de la Whole30 protesta: "Me cuesta creer que comer de forma sana durante un mes, sin restricciones en cuanto al n¨²mero de calor¨ªas consumidas o respecto a las cantidades de comida recomendadas, sea considerado como algo extremo".
No es la ¨²nica cr¨ªtica de la que se defiende. Otra de las m¨¢s habituales es la que dispara directamente sobre la l¨ªnea de flotaci¨®n de la Whole30: la eliminaci¨®n de grupos enteros de alimentos. Seg¨²n Melissa Hartwig: "Animamos al consumo de fruta y verdura. De hecho, el programa contempla la ingesta de m¨¢s fibra, vitaminas y minerales que la media recomendada por el Gobierno". Sin embargo, para Lafuente "cualquier dieta excluyente conlleva carencias nutricionales. Y esta, en concreto, destaca por el d¨¦ficit de hidratos de carbono, presentes en los granos y leguminosas, gran fuente de energ¨ªa". Tambi¨¦n Patricia Escribano, nutricionista del Servicio de Promoci¨®n de la Salud de Sanitas, cree en los riesgos que conlleva la supresi¨®n de alimentos tal y como aconseja esta dieta. Entre ellos, se?ala "la p¨¦rdida de masa muscular, d¨¦ficit nutricional y cal¨®rico, irritabilidad o estados an¨ªmicos como depresi¨®n y ansiedad, sobrecarga renal o hep¨¢tica, adem¨¢s del temido efecto rebote".
Menos tajante que las nutricionistas se muestra el doctor Carlos S¨¢nchez, jefe de la unidad de Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n en el Consorci Hospital General Universitari Val¨¨ncia, quien no ve en la supresi¨®n de alimentos un riesgo grave para la salud, "siempre y cuando lo haga una persona sana y durante un per¨ªodo corto de tiempo", advierte. "Dejar de consumir leche o az¨²car, o cualquiera de los alimentos que excluye la Whole30, durante un mes, en principio, no es peligroso. Aunque, por otro lado, tampoco va a solucionar ning¨²n problema de salud", opina.
En Estados Unidos, la generaci¨®n 'millennials' tiene muy presente todo lo relacionado con la comida, el peso y la confianza en uno mismo"
En este sentido, tambi¨¦n la nutricionista Laura Pire subraya que la exclusi¨®n de alimentos "sin una justificaci¨®n m¨¦dica conduce a que los 'pacientes' crean que esos alimentos son perjudiciales en s¨ª mismos, lo cual es un error".
En cualquier caso, a pesar de que el doctor no considere arriesgado eliminar alimentos en las condiciones detalladas, tambi¨¦n se posiciona en contra de la supresi¨®n de cualquier grupo de alimentos sin una buena raz¨®n (cient¨ªfica) detr¨¢s. "Solo estoy de acuerdo en la supresi¨®n total del alcohol", puntualiza S¨¢nchez.
Tambi¨¦n Lafuente tacha de saludable la eliminaci¨®n del alcohol, a la que a?ade la del az¨²car, al considerar que "es un nutriente que no necesitamos como tal, ya que est¨¢ impl¨ªcito en los alimentos ricos en hidratos de carbono. Adem¨¢s, si se consumen con exceso pueden conllevar problemas de salud, como la diabetes tipo 2 u obesidad". La especialista s¨ª destacar¨ªa alg¨²n aspecto positivo de este plan nutricional, como el fomento de consumo de frutas y verduras y la prohibici¨®n de alimentos preparados y procesados,?a los que nada indica que la ciencia vaya a dar tregua en los pr¨®ximos siglos pues, a menudo, contienen vastas cantidades de grasas trans, sodio y az¨²car.
Para culminar el programa Whole30 con ¨¦xito, no solo se debe seguir durante 30 d¨ªas, lo m¨¢s importante es hacerlo religiosamente. Es decir, no se puede cometer ni un solo error. Tal y como recogen sus reglas oficiales, "un bocado de pizza, un poco de leche en tu caf¨¦, tan solo chupar la cuchara que sale de la batidora durante estos 30 d¨ªas, y habr¨¢s roto el bot¨®n de 'resetear', por lo que requerir¨¢s empezar de nuevo desde el d¨ªa 1".
Conscientes de la dificultad que entra?a llegar al final del mes, los seguidores de la dieta se apoyan unos a otros en la Red y consultan los trucos, consejos y testimonios que sus "compa?eros de batalla" publican a diario. "Tambi¨¦n en nuestro libro The Whole30 hemos incluido consejos sobre c¨®mo explicar a tus familiares y amigos qu¨¦ es la Whole30 y c¨®mo evitar malos entendidos o el aislamiento social", explica Melissa.
Despu¨¦s de cuatro semanas ingiriendo muchas prote¨ªnas y nada de l¨¢cteos es el momento de hacer p¨²blico el reto superado en Facebook, Instagram, Pinterest, o en las tres plataformas a la vez. El cl¨¢sico par de fotos mostrando el "antes y despu¨¦s" arrasa entre la comunidad online creada por los Hartwig. Efectivamente: una dieta se vuelve viral, como si de un art¨ªculo sobre gatitos se tratara. "En Estados Unidos, la generaci¨®n millennials tiene muy presente todo lo relacionado con la comida, el peso y la confianza en uno mismo. As¨ª que un programa como Whole30 les resulta muy atractivo", asegura su creadora.
?Qu¨¦ pasa despu¨¦s del d¨ªa 30?
Una vez publicadas las fotos en Pinterest y el testimonio en Facebook, ?cu¨¢l es el siguiente paso? ?Volvemos a la dieta mediterr¨¢nea o seguimos la de los Hartwig? Si retomamos la alimentaci¨®n anterior, lo m¨¢s probable es que la persona sufra un efecto rebote, seg¨²n los especialistas consultados. "Privar al cuerpo durante 30 d¨ªas de hidratos de carbono hace que el metabolismo se adapte a vivir sin ellos. De manera que cuando los volvemos a introducir, el organismo no est¨¢ habituado a utilizarlos y los acumular¨¢ directamente. Resumiendo: engordar¨¢", explica la nutricionista Lafuente. Son los efectos secundarios de publicar en Instagram ensaladas de tomate, taquitos de pollo picante o sorbetes de sand¨ªa, pero ni un solo plato de lentejas.
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