Un grifo, un derecho
El acceso a este recurso b¨¢sico y a saneamiento adecuado es un derecho humano Pese a los esfuerzos internacionales para garantizarlo, millones carecen de ellos
El agua es un bien escaso y se ha convertido en un recurso estrat¨¦gico tan valioso que en algunos pa¨ªses han llegado a producirse conflictos armados por lograr su control. Pese a los compromisos internacionales por mejorar esta situaci¨®n, en pleno siglo XXI, 663 millones de personas en el mundo siguen sin tener acceso a agua potable, declarado Derecho Humano en 2010. ¡°Se teme que el problema sea m¨¢s grave de lo que se estima. Tener un grifo cerca de tu hogar te contabiliza como persona con la que se ha cumplido el objetivo de acceder al agua, aunque tengas que recorrer kil¨®metros hasta llegar a ¨¦l. No se tiene en cuenta su calidad, cu¨¢ntas horas al d¨ªa funciona o cu¨¢ntas tienes que esperar diariamente para obtenerla¡±, explica Mois¨¨s Subirana, t¨¦cnico de la campa?a de agua de la ONG Ingenier¨ªa sin Fronteras. Pobreza, intereses empresariales y gobiernos inestables han hecho que, adem¨¢s, 2.500 millones de personas no tengan acceso al saneamiento y 1.000 ni?os mueran cada d¨ªa por enfermedades de transmisi¨®n h¨ªdrica seg¨²n los datos de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y Unicef.
En 1990, la OMS y Unicef comenzaron a monitorizar el acceso a agua y saneamiento en el mundo. En aquel momento, 1.300 millones de personas no dispon¨ªan de ¨¦l, casi la mitad de la poblaci¨®n mundial carec¨ªa de letrinas mejoradas y el 25% de los habitantes del planeta defecaba al aire libre. En el a?o 2000, la ONU firm¨® los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), con los que se compromet¨ªa reducir estas cifras a la mitad para 2015. Esta fecha l¨ªmite ha llegado y, aunque la mayor¨ªa de pa¨ªses han cumplido su promesa, todav¨ªa estamos muy lejos de cumplir el objetivo global en saneamiento en vista de los datos del informe final de las dos organizaciones publicado el en junio de este a?o.
En 2010, seg¨²n el documento, el objetivo de acceso al agua ya estaba cumplido y el 77% de la poblaci¨®n mundial dispon¨ªa del recurso. En 2015, la cifra alcanza el 91%, seg¨²n la ONU. Pese al optimismo que pueden infundir estas cifras, los datos en materia de saneamiento est¨¢n muy lejos de alcanzarse. En el informe final de la OMS se estima m¨¢s de un tercio del planeta sigue sin poseer instalaciones mejoradas (cuando deb¨ªa ser menos de la cuarta parte) y, de ellas, 946 millones contin¨²an defecando al aire libre (cuando deb¨ªan ser 750).
Los mayores problemas est¨¢n, c¨®mo no, en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. La regi¨®n m¨¢s afectada del mundo es ?frica Subsahariana, que no ha podido cumplir ninguno de los dos objetivos: cerca del 50% de las personas sin agua limpia en el mundo vive en esta regi¨®n y el n¨²mero de personas que no tiene retretes adecuados en esta zona representa casi un tercio del total mundial. En esta ¨¢rea, seg¨²n datos de la OMS, la defecaci¨®n al aire libre no solo no se ha reducido en las ¨²ltimas d¨¦cadas, sino que ha aumentado por el crecimiento de la poblaci¨®n y un desarrollo insuficiente. Asia es la segunda zona m¨¢s afectada, ya que el 39% de las personas sin agua segura y el 61% de las personas sin letrinas vive en este continente. Pese a la rotundidad de las cifras oficiales, la relatora especial de Naciones Unidas para el agua y saneamiento, Catarina de Albuquerque, las ha puesto en duda porque la debilidad de los indicadores y la ambig¨¹edad de los datos hacen pensar que las cifras reales son a¨²n menos halag¨¹e?as.
El acceso a ambos recursos es muy desigual en zonas urbanas y rurales. La ONU asegura que el 80% de las personas sin agua potable vive en el campo, igual que el 70% de quienes no disponen de saneamiento y el 90% de quienes todav¨ªa defecan al aire libre.
¡°La falta de agua no es problema de escasez, porque las personas viven en espacios donde hay una m¨ªnima disponibilidad. El problema es que la calidad de estas fuentes no es suficiente¡±, explica Mois¨¨s Subirana, miembro de Ingenier¨ªa sin Fronteras. Uno de los principales escollos para mejorar la calidad es evitar la contaminaci¨®n biol¨®gica. El consumo de agua con bacterias y virus pat¨®genos procedentes de la contaminaci¨®n fecal supone un problema casi tan grave como la falta de acceso a recursos limpios. Seg¨²n los ¨²ltimos datos de Unicef, 1.000 ni?os mueren cada d¨ªa en el mundo por enfermedades de transmisi¨®n h¨ªdrica. La instalaci¨®n de letrinas y la normalizaci¨®n de su uso son los objetivos principales para conseguir controlar enfermedades como la diarrea, el c¨®lera o la hepatitis, con las que podr¨ªan evitarse m¨¢s de 840.000 muertes anuales, seg¨²n la OMS.
Andr¨¦s Hueso es experto en saneamiento en la ONG brit¨¢nica Water Aid, que desde 1981 desarrolla proyectos de cooperaci¨®n en materia de agua en 37 pa¨ªses. ¡°Hist¨®ricamente, el trabajo en saneamiento ha estado centrado en las infraestructuras pero no en la concienciaci¨®n, que es la clave para que la gente las utilice ahora y en el futuro. En muchas escuelas de todo el mundo no hay letrinas ni acceso al agua y a la edad en la que adquieres los h¨¢bitos no tienes el recurso. Eso es una limitaci¨®n, especialmente para que las ni?as aprendan h¨¢bitos de higiene¡±, precisa.
El 42% de los centros de salud en ?frica no tienen acceso a una fuente de agua a menos de 500 metros. Hueso explica que una de las claves sobre las que incide su organizaci¨®n por las graves consecuencias que tiene para el contagio de enfermedades es que en las consultas m¨¦dicas muchos profesionales no puedan ni siquiera lavarse las manos. La OMS estima que establecer h¨¢bitos de higiene b¨¢sicos en mujeres embarazadas y lactantes podr¨ªa reducir un 25% la mortalidad de madres y neonatos.
La industria empeora el problema
Aunque la contaminaci¨®n biol¨®gica es un factor de calidad de agua sobre el que las organizaciones trabajan de manera directa, deben lidiar con un problema mayor que se escapa a su control: la contaminaci¨®n qu¨ªmica industrial del agua.
La pobreza, la falta de legislaci¨®n de protecci¨®n al medio ambiente y la influencia que las grandes multinacionales ejercen sobre los gobiernos d¨¦biles cuya prioridad no es la defensa de los derechos de la poblaci¨®n hacen que la lucha contra la contaminaci¨®n industrial sea muy compleja.
El primer mundo no se libra
Las situaciones m¨¢s graves de acceso al agua se dan en los pa¨ªses subdesarrollados pero el primer mundo no est¨¢ exento de problemas con el agua. Unos problemas que hunden sus ra¨ªces en el sistema econ¨®mico capitalista.
"Vivimos en una tr¨¢gica paradoja: la crisis global del agua en el planeta azul", afirma Pedro Arrojo, miembro de la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua. La entidad, compuesta por expertos espa?oles y portugueses trabaja por un cambio en las pol¨ªticas h¨ªdricas y contra la privatizaci¨®n de un recurso cuyo acceso es derecho humano.
"El agua ha entrado en la din¨¢mica del mercado porque prima la visi¨®n neoliberal. Seg¨²n esta visi¨®n, es el mercado quien debe regir la gesti¨®n de la vida p¨²blica, porque lo que no sea as¨ª, entorpece el progreso. Para conseguirlo, se ha impuesto el modelo franc¨¦s, que acepta un criterio mercantilista: el agua es p¨²blica y las infraestructuras tambi¨¦n pero los derechos concesionales de explotaci¨®n son privatizados. Es decir, que el agua no es de las empresas gestoras pero es como si lo fuera porque pueden vender el derecho a usarla", detalla Arrojo.
"En esta din¨¢mica perversa, con el agua convertida en un bien econ¨®mico, no tiene sentido hablar del acceso universal porque, si no pagas, como no es un derecho humano sino un bien comercial, se te corta el suministro y punto. La privatizaci¨®n transforma a la ciudadan¨ªa en clientela y cuando la clientela es pobre es expulsada", critica.
La Asociaci¨®n Espa?ola de Operadores P¨²blicos de Agua y Saneamiento, compuesta por entidades que promueven una gesti¨®n p¨²blica, participativa y solidaria del agua, calcula que en 2013 se tramitaron m¨¢s de 500.000 avisos de corte, un 30% m¨¢s que al inicio de la crisis en 2007. De estos, un 60% fueron finalmente ejecutados con lo que, en 2013, 300.000 hogares en Espa?a se quedaron sin agua, seg¨²n sus datos. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud estima que cerca de un mill¨®n de personas en Europa no tiene acceso al agua potable.
La ONG Alianza por la Solidaridad ha lanzado el proyecto Tierrra para denunciar el ¡°acaparamiento de tierras y de agua¡± de las empresas. La campa?a ha destapado ya varios casos de abuso de los recursos por parte de grandes firmas de distintos sectores como el de la miner¨ªa o la industria alimentaria.
¡°A partir de 2008, coincidiendo con la crisis de los alimentos, empezamos a ver que por mucha tuber¨ªa que pusi¨¦semos, mucha capacitaci¨®n que hici¨¦semos y aunque form¨¢semos a la gente, la cantidad y calidad del agua no mejoraba. Fue entonces cuando decidimos hacer investigaciones para ver cu¨¢l era el comportamiento de determinadas inversiones extranjeras de empresas que estaban llegando con un renovado inter¨¦s por la agricultura y la generaci¨®n de energ¨ªa¡±, explica Almudena Moreno, coordinadora de la campa?a.
¡°El caso de la embotelladora de Coca-Cola en El Salvador es uno de ellos. La planta se traslad¨® a Nejapa en 1999 tras secar el acu¨ªfero en su anterior ubicaci¨®n. Aunque los est¨¢ndares internacionales as¨ª lo recomiendan, la empresa no ha hecho estudios de impacto ambiental y social de la planta ni tampoco ha cumplido su propio compromiso de reducir un 22% el uso de agua en la fabricaci¨®n de sus bebidas¡±, detalla Moreno. ¡°Por cada litro de Coca-Cola que fabrican, utilizan 2,5 litros de agua. El resto lo vierten a la naturaleza. Esto supone una amenaza para el derecho a este recurso de 30.000 personas en Nejapa y del 30% de la poblaci¨®n de San Salvador que dependen de este acu¨ªfero¡±, precisa.
Tres a?os de lucha han sido necesarios para encontrar respuestas. Las movilizaciones sociales y las 4.000 firmas recogidas tras la denuncia de Alianza por la Solidaridad han conseguido que el Gobierno salvadore?o establezca una moratoria de un a?o en la explotaci¨®n del acu¨ªfero para evaluar sus recursos y el impacto de las empresas. Durante este tiempo, no se emitir¨¢n nuevos permisos de explotaci¨®n a la espera de conocer las reservas.
Pero, pese a los esfuerzos de los organismos internacionales para mejorar la legislaci¨®n y las exigencias en materia de medio ambiente, las empresas siempre encuentran maneras de eludir responsabilidades.
¡°En Nicaragua hemos estudiado una empresa minera que es claro ejemplo que lo est¨¢ ocurriendo en todas partes del mundo. A medida que las leyes ambientales y de protecci¨®n de los trabajadores han ido en aumento, la empresa ha convertido a los trabajadores en aut¨®nomos, compr¨¢ndoles el material que fabrican en las minas de oro. Por supuesto, extrayendo el oro con mercurio y sin ning¨²n tipo de protecci¨®n. De esta manera, la responsabilidad ambiental no es de la empresa sino de los propios trabajadores¡±, relata Moreno. ¡°Al ser metales pesados, las comunidades no ven su toxicidad ahora sino a largo plazo y como es un recurso econ¨®mico inmediato lo aceptan sin tener en cuenta los efectos posteriores¡±, cuenta la coordinadora de la campa?a.
Alianza por la Solidaridad explica que ¡°las inversiones pueden ser rentables pero deben ser responsables¡± porque, de lo contrario, los beneficios generados son solo para la empresa y no para las comunidades. ¡°Pero claro, la deslocalizaci¨®n seguramente les sale mucho m¨¢s rentable porque los condicionantes legales son mucho m¨¢s bajos que los est¨¢ndares europeos que les obligan a pagar estudios y mediciones. De forma que cierran f¨¢bricas aqu¨ª y las abren all¨ª¡±, critica Almudena Moreno, responsable del proyecto.
Agua en situaciones de emergencia
En un contexto donde las prioridades pol¨ªticas y econ¨®micas est¨¢n por encima de las necesidades vitales, no es extra?o que el agua sea motivo de conflicto. El control del agua sirve para subyugar a la poblaci¨®n y ejercer presi¨®n sobre las comunidades. Organizaciones como M¨¦dicos sin Fronteras, cuya actuaci¨®n se centra en conflictos y emergencias, lo saben bien.
El pasado mes de mayo, los sistemas de suministro de agua del campo de refugiados Denthoma 1 en Melut (Sud¨¢n del Sur) fueron boicoteados, dejando sin suministro a 20.000 desplazados que huyen de la escalada de violencia que se vive en la zona. Sud¨¢n, sumido en un conflicto desde diciembre de 2013, es uno de los pa¨ªses con menor acceso al agua y saneamiento del planeta. La ciudad de Melut es uno de los puntos m¨¢s cr¨ªticos y M¨¦dicos sin Fronteras (MSF) tiene instalado un hospital de emergencia para atender a miles de personas que huyen de la guerra.
MSF explica que durante la semana en que el equipo m¨¦dico tuvo que ser evacuado de la zona por el recrudecimiento de los combates, el hospital de campa?a fue destrozado, las farmacias saqueadas y el ¨²nico sistema disponible para el suministro de agua, inutilizado. Diez de los dep¨®sitos principales ten¨ªan agujeros de bala, los tanques hab¨ªan sido tiroteados y las v¨¢lvulas hab¨ªan sido bloqueadas con botellas de pl¨¢stico para que el agua potable, si llegaba, no circulase. Durante tres d¨ªas, los 20.000 habitantes hab¨ªan estado bebiendo agua del Nilo directamente sin tratar.
¡°En las zonas de conflicto la poblaci¨®n es muy m¨®vil y las soluciones de acceso al agua son diferentes en relaci¨®n con el tipo de asentamiento¡±, explica Cristina Imaz, responsable de Log¨ªstica de la Unidad de Emergencias de M¨¦dicos sin Fronteras. ¡°Donde la poblaci¨®n es m¨¢s m¨®vil, como en Yemen, que escasea el combustible y el agua hay que extraerla de pozos, la llevamos con camiones porque, aunque pongamos otro sistema, al d¨ªa siguiente la gente ya se habr¨¢ ido. En esos casos, el acceso continuo al agua es casi imposible¡±, explica. En asentamientos m¨¢s estables, con campos de refugiados que pueden estar abiertos durante a?os, MSF instala sistemas de abastecimiento m¨¢s definitivos que permitan el mejor suministro posible. Soluciones provisionales que, en muchas ocasiones se acaban convirtiendo en la ¨²nica fuente de agua potable durante generaciones.
?Hacia d¨®nde vamos?
En septiembre de 2015, la Asamblea de Naciones Unidas se reunir¨¢ para renovar los compromisos y publicar los nuevos "Objetivos de Desarrollo Sostenible" con los retos a cumplir antes de 2030. Todas las previsiones apuntan a que el compromiso en materia de agua y saneamiento ser¨¢ lograr el pleno acceso para todas las personas del mundo. Al no haberse conseguido los objetivos para 2015, con 663 millones de personas que no tienen acceso a la primera y 2.500 millones sin acceso al segundo, el esfuerzo para conseguir el pleno acceso deber¨¢ ser mucho mayor. Naciones Unidas advierte ya de que, al ritmo de reducci¨®n actual, la defecaci¨®n al aire libre no se eliminar¨¢ para 2030.
"Con el escenario de cambio clim¨¢tico, lluvias m¨¢s err¨¢ticas y un aumento del estr¨¦s h¨ªdrico en los pa¨ªses, el escenario no es muy halag¨¹e?o, sobre todo en las zonas rurales. Adem¨¢s, es importante priorizar el uso de agua para consumo dom¨¦stico frente al industrial. Si esto no se controla, especialmente en zonas rurales, junto al efecto del cambio clim¨¢tico, el panorama no es muy halag¨¹e?o", explica Almudena Moreno, miembro de Alianza por la Solidaridad.
¡°La parte t¨¦cnica no tiene tanta complejidad. Lo complejo es la parte institucional¡±, afirma Andr¨¦s Hueso, miembro de Water Aid. ¡°Si los financiadores no establecen un plan y cada ONG va por separado, liamos a los gobiernos porque hay muchos peque?os proyectos que solo llegan a ¨¢reas muy concretas. Hay que ponerse a trabajar en la misma direcci¨®n y ese proceso deben liderarlo las autoridades p¨²blicas del pa¨ªs¡±.
Ingenieria Sin Fronteras explica que har¨¢ falta algo m¨¢s que eso para conseguir que el pleno desarrollo sea real. ¡°Las pol¨ªticas de inversi¨®n en desarrollo deben cambiar porque ahora no dependen en primer lugar de la necesidad humana sino del retorno que pueda haber de esa inversi¨®n¡±, critica Mois¨¨s Subirana. ¡°Las pol¨ªticas internacionales de desarrollo, desde mediados de los ochenta, han desprestigiado lo p¨²blico por obsoleto, corrupto o est¨¢tico y a finales de los noventa dos tercios de los cr¨¦ditos que dio el banco mundial a los pa¨ªses para su desarrollo estaban condicionados a alguna forma de privatizaci¨®n del servicio del agua¡±, explica. Subirana acusa al Banco Mundial de estar dando m¨¢s ayudas al desarrollo a los pa¨ªses que mejor pueden garantizar el retorno de las inversiones y no a los m¨¢s las necesitan.
Pedro Arrojo, miembro de la Fundaci¨®n por la Nueva Cultura del Agua, asegura que para conseguir los objetivos en 2030 habr¨¢ que hacer un cambio profundo: ¡°El derecho humano no es lo ¨²nico, no vivimos solo de derechos humanos. Est¨¢ en juego un modelo de democracia, qu¨¦ cosas dejamos en manos del libre mercado, qu¨¦ cosas son de todos y todas y no podemos permitirnos dejar en manos de la mercantilizaci¨®n¡±.
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