Atenci¨®n a los mayores

El incendio ocurrido el pasado fin de semana en la residencia privada Santa Fe de Zaragoza en el que fallecieron ocho de los 19 ancianos alojados es el mayor desastre ocurrido en Espa?a durante los ¨²ltimos 15 a?os en un geri¨¢trico, y vuelve a situar la tragedia en un segmento demogr¨¢fico cada m¨¢s vulnerable. A medida que se agudizaba la crisis econ¨®mica, las personas mayores con menos recursos han visto empeorar sus condiciones de vida por el descenso en las ayudas sociales y los fondos destinados a cumplir la ley de dependencia.

Las sombras que rodean tanto al origen del siniestro de Zaragoza ¡ªse investiga si el fuego pudo ser provocado por una residente o fruto de una negligencia¡ª como al funcionamiento del propio centro exigen una aclaraci¨®n por parte de las autoridades pol¨ªticas y judiciales. Es urgente determinar si la instalaci¨®n cumpl¨ªa la normativa sobre apertura o si operaba (nada menos que desde 1997) sin tener en regla la licencia de actividad. Hace falta tambi¨¦n aclarar si la residencia respetaba las condiciones higi¨¦nico-sanitarias y de seguridad, si constaban deficiencias de mantenimiento y si el personal contratado era el adecuado para atender a los ancianos, muchos de ellos nonagenarios.

El proceso de envejecimiento de la poblaci¨®n es un desaf¨ªo para toda la sociedad. Pero es a las instituciones p¨²blicas ¡ªespecialmente a las Administraciones locales y auton¨®micas¡ª a las que corresponde extremar la vigilancia de esta clase de establecimientos, para que no se conviertan en almacenes, en guetos para mayores sin ning¨²n tipo de control o una supervisi¨®n m¨ªnima sobre las condiciones de vida. Mayor rigor a la hora de otorgar las licencias de las residencias, reducci¨®n de los periodos de provisionalidad y solidez en las inspecciones pueden evitar que desgracias como la de Santa Fe vuelvan a repetirse.