Conversaciones sobre la ablaci¨®n
Mujeres colombianas hablan abiertamente de ellas, de sus cuerpos y de la mutilaci¨®n
La habitaci¨®n del hostal es peque?a y oscura y las esquinas no forman ¨¢ngulos rectos. Esto, junto con las dos camas que no dejan espacio para pasar, da una sensaci¨®n de desorden, pero las almohadas de flores, por viejas que sean, dan cierta calidez a la estancia que ocupan mientras est¨¢n en Mistrat¨®, la capital del municipio colombano donde se encuentran sus comunidades remotas, durante los d¨ªas que dura la escuela de formaci¨®n ind¨ªgena. Las mujeres hablan de ellas, de sus cuerpos y de la mutilaci¨®n abiertamente, entre risas.
¡ªNosotros, como resguardo ind¨ªgena, hemos dejado de hacer la ablaci¨®n. Si da a la luz a una ni?a, la mam¨¢ no le puede tocar el cl¨ªtoris ni el segundo labio¡ª dice Norfilia, de 42 a?os.
¡ªAntes, nuestras madres violaban el derecho de la ni?a. Se manejaban por usos y costumbres que dec¨ªan que cuando el beb¨¦ nac¨ªa, si era una ni?a, le cortaban el cl¨ªtoris para que no creciera. Algunos dicen que crece igual como [el pene de] un ni?o, que le estorba al hombre cuando hacen la relaci¨®n¡ª responde Blanca, m¨¢s joven.
¡ªA veces dec¨ªan que si no se cortaba el cl¨ªtoris, a los 11 a?os la muchacha se volv¨ªa infiel.
¡ªPara que no pasara eso, pues lo cortaban. Algunas ni?as fueron muriendo en los ¨²ltimos a?os y es por eso que se empezaron a hacer valer los derechos de las mujeres. Yo tengo 26 a?os y tengo una ni?a de 12. Le explico: en la relaci¨®n esto es as¨ª, esto lo tienes que cuidar as¨ª... tener mucho respeto por los dem¨¢s. Como mam¨¢, uno tiene que ser responsable con los hijos: dar educaci¨®n, buenas orientaciones, no darle golpes, no darle fuerte... Yo no quer¨ªa que se lo hicieran [la ablaci¨®n] porque pod¨ªa implicar problemas. Yo no s¨¦ lo que me hicieron a m¨ª ni c¨®mo, pero en esa ¨¦poca s¨ª hac¨ªan eso. A esta hora ya no... Si tocan a una ni?a y si pasa algo, directamente van a la c¨¢rcel.
¡ªCuando me cas¨¦ en 1985, yo era de 13 a?os. No sab¨ªa tampoco. Estudi¨¦ hasta el 5? de primaria en el internado, luego sal¨ª para la casa. No hab¨ªa ni la universidad, ni diplomada ni colegio de bachilleres... nada. No hab¨ªa. Aqu¨ª termina 5? y las hermanas dec¨ªan: 'usted acab¨® 5?, tranquila, vaya para casa donde su mam¨¢'.
Norfilia tuvo a sus seis hijos entre los 13 y los 20 a?os.
¡ªHicimos el amor con mi marido y la ni?a hab¨ªa penetrado. No sab¨ªamos qu¨¦ era el embarazo. De dos a cuatro meses, nuestra madre nos preguntaba: ¡°Mami, ?est¨¢s embarazada?¡±. Y nos tocaba contestar: ¡°No s¨¦, mam¨¢, porque la menstruaci¨®n no ha llegado...¡±.
¡ª?Y cuando se cas¨® era virgen?-, le pregunta Blanca.
¡ª?Ay! S¨ª, claaaaro. ?C¨®mo no iba a ser virgen?
Estallan las carcajadas.
¡ªEn esa ¨¦poca¡ª contin¨²a¡ª las mam¨¢s cerraban a las hijas en la casa, solamente a hacer los oficios de la casa, lavar la ropa, barrer, hacer la comida... por eso, anteriormente, las mam¨¢s guardaban a las hijas. No sab¨ªamos qu¨¦ era estar embarazada.
¡ª?Y usted no sab¨ªa c¨®mo hacer la relaci¨®n, cierto?- retoma, Blanca.
¡ªNo. Cuando la casaban, una ten¨ªa miedo de dormir con su esposo. Sent¨ª durante un mes que el amor era pecado. Yo le dec¨ªa a mi marido: ¡°Ay Mar¨ªa, siento verg¨¹enza para hacer el amor con usted¡±.
¡ª?Entonces usted estuvo un mes sin hacer el amor?- inquiere Blanca.
¡ªNo, esto no es as¨ª, mi hija. Pero uno como mujer s¨ª sent¨ªa que era error. Entonces un d¨ªa me fui a ver el padre a conversar. Le dije: ¡°Padre, yo me cas¨¦ en tal fecha... y me pregunto: ?s¨ª ser¨¢ error que el marido me ruega que va a hacer la relaci¨®n conmigo? ?Ser¨¢ error, padre? Expl¨ªqueme, porque yo, como ser humano me siento como pecado... entonces, el padrecito me dijo: ¡°No, mami, esto no es pecado, porque ya es comprometido en la mano de Dios. Si ustedes est¨¢n casados, no hay problema. Entonces me explic¨® que cuando se casan, todos los dolores, todas las consecuencias que tiene que abarcar, ?usted escuch¨®?, s¨ª, padre, yo escuch¨¦. Ah¨ª s¨ª, me lo hab¨ªa dicho el padre.
¡ª?Y ya se entreg¨®?¡ª insiste Blanca.
¡ªAh¨ª s¨ª¡ª responde¡ª s¨ª sent¨ªa que con el padre socialic¨¦ todo lo que yo sent¨ªa en el sentimiento m¨ªo.
Estallan las carcajadas.
¡ªY ya le coment¨¦ a mi marido... el padre me dijo eso. Y ¨¦l me dec¨ªa: ¡°No, mami, yo ya le dec¨ªa que eso no era pecado¡±. ?l s¨ª sab¨ªa que no era pecado, porque ¨¦l s¨ª entend¨ªa mucho, sab¨ªa hablar, sab¨ªa escuchar todo. ?l ten¨ªa 30 a?os. Yo, 13. ?l estaba como ocho a?os en Pereira, volvi¨® y se cas¨® conmigo. Primero pag¨® la c¨¢rcel y le dieron la libertad y me encontraron a m¨ª.
¡ª14 a?os ten¨ªa yo cuando me cas¨¦¡ª retoma Blanca¡ª pero yo s¨ª sab¨ªa de tener relaciones con hombres. En esta ¨¦poca, cuando uno va a estudiar ya les explicaban los cuerpos, los cuerpos de los hombres, la relaci¨®n... todo. Yo ya sab¨ªa, pero no era que se contara a la gente. Se lo queda uno en la cabeza. Mi mam¨¢ tambi¨¦n cuenta como ella cont¨® ahora: tampoco no sab¨ªa nada.
¡ª?Usted sab¨ªa por qu¨¦ ten¨ªa la menstruaci¨®n?
¡ªNo¡ª exclama Norfilia.
¡ª?Le sal¨ªa sangre y no sab¨ªa por qu¨¦?
¡ªMm-mm¡ª niega balanceando la cabeza.
¡ªEso tambi¨¦n me pasaba a m¨ª¡ª contin¨²a Blanca.
¡ªCuando mi mam¨¢ me dio vida tampoco me explicaba nada¡ª interrumpe Sandra, de 19 a?os, ¡°virgen¡± y sin hijos¡ª Cuando me vino el periodo, a la edad de 15 a?os, pens¨¦: ?ser¨¢ que yo me hicieron mal esp¨ªritu?
¡ª?O ser¨¢ que le cortaron a uno por dentro?¡ª se pregunta Blanca.
¡ªPara no contarle a mi mam¨¢, yo solamente lo escond¨ªa¡ª sigue Sandra¡ª. Mi mam¨¢ tampoco preguntaba y yo sin saber.
-A m¨ª s¨ª me cogi¨® cuenta mi mam¨¢, a m¨ª s¨ª¡ª retoma Blanca¡ª. Yo tambi¨¦n amanec¨ª, cuando me fui a ba?ar apareci¨® esa cosa al interior, pero bien raro. Me qued¨¦ sentada. Pens¨¦ que me hab¨ªan cortado adentro... o si no, ?qu¨¦ me pasaba? Me sent¨¦ a desayunar y cuando me par¨¦, apareci¨® la sangre ah¨ª.
¡ªUno cuando ve esa sangre dice: ¡°no, yo me voy a morir¡±. Uno tiene miedo...
¡ªS¨ª, tanto que est¨¢ chupando uno piensa eso¡ª secunda Norfilia¡ª anteriormente pens¨¢bamos eso, pero las mam¨¢s no sab¨ªan socializar con las hijas... encontrando algunas manchitas en la ropa, ah¨ª mismo lo cog¨ªan.
¡ªAl final, mi mam¨¢ se dio cuenta¡ª dice Sandra¡ª. Cuando ya pasaron dos d¨ªas... Y yo le dije: ?por qu¨¦ no me explic¨®? Usted tiene la culpa como usted me dio la vida. Tiene que explicar desde ahora para yo saber alg¨²n d¨ªa.
Norfilia tiene un hijo y cinco hijas, todas con la ablaci¨®n. Las tuvo con la partera. ¡°Yo creo que s¨ª se la hizo. En esa ¨¦poca de la cortada de cl¨ªtoris ni siquiera no le socializaban a las mam¨¢s... no le dec¨ªan¡±.
¡ªA m¨ª tambi¨¦n me lo hicieron¡ª espeta Blanca.
¡ªA m¨ª tambi¨¦n¡ª cierra Norfilia.
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