Nueve se?ales de que se esfuerza demasiado en el gimnasio
Est¨¢ cansado, sufre cambios de humor, tiene dolores... Lo m¨¢s probable es que no est¨¦ entrenando bien
Te sientes agotado despu¨¦s de hacer ejercicio cuatro d¨ªas a la semana. Cancelas una cita rom¨¢ntica porque tienes que entrenar. Sufres cambios de humor, problemas de espalda y hasta te baja la libido. ?Est¨¢s siendo v¨ªctima de los excesos del gimnasio? Tres entrenadores personales del centro Urban Fitness nos detallan nueve s¨ªntomas para detectar que nos estamos esforzando demasiado en el gimnasio.
1. Se obsesiona con partes de su cuerpo. Le ocurre sobre todo a las mujeres con partes del cuerpo del tren inferior, de cintura para abajo, y a los hombres con el superior, de cintura para arriba. ¡°El caso t¨ªpico es el de un hombre con poco pecho que se empe?a en desarrollarlo de forma exagerada y compulsiva en poco tiempo¡±, cuenta el monitor Pablo Molero, que advierte adem¨¢s de que desarrollar en exceso una parte de la anatom¨ªa puede hacer perder la armon¨ªa respecto del resto del cuerpo y echar a perder una constituci¨®n equilibrada.
Salvo que usted sea un atleta profesional, no olvide una regla de oro: cada ejercicio que se practica en el gimnasio requiere de un esfuerzo preciso, ni mucho ni poco, que hay que respetar
2. Siente dolores musculares. Si le duele la espalda o padece sobrecarga muscular, puede estar exagerando sus esfuerzos en el gimnasio. Salvo que usted sea un atleta profesional, no olvide una regla de oro: cada ejercicio que se practica en el gimnasio requiere de un esfuerzo preciso, ni mucho ni poco, que hay que respetar. De lo contrario, su cuerpo acabar¨¢ pagando las consecuencias. Cargar demasiado peso y descuidar la postura, especialmente en zonas delicadas como la espalda, suele acabar con una cita en el fisioterapeuta. ¡°El cuerpo no cambia antes por levantar m¨¢s peso y el esfuerzo debe ser gradual. Los monitores tambi¨¦n estamos para ayudar a medir bien los esfuerzos. ?Qu¨¦ pinta un chaval de 19 a?os levantando en peso muerto 150 kilos, doblando la espalda y sin cintur¨®n? Cosas as¨ª se ven en los gimnasios y conllevan graves problemas f¨ªsicos¡±, comenta Toni Candolo, que lleva 16 a?os trabajando como preparador f¨ªsico.
3. Se siente cansado. Hay quien acude al gimnasio y no es capaz de poner freno a su empe?o ni aun estando a punto de desfallecer. ¡°Buscar el agotamiento, adem¨¢s de contraproducente, es garant¨ªa de que, m¨¢s pronto que tarde, se acabar¨¢ abandonando la actividad f¨ªsica¡±, dice Candolo, que ha visto a alumnos pasar cinco horas seguidas metidos en el gimnasio durante d¨ªas. ¡°Y de ah¨ª, al hospital, claro¡±, a?ade. No solo es innecesario entrenar siete d¨ªas a la semana. Adem¨¢s, es muy poco recomendable. Por eso, a los principiantes se les recomienda que acudan un m¨¢ximo de tres d¨ªas, alternando siempre una jornada de descanso. Los m¨²sculos necesitan reposo para evitar las agujetas y no debemos olvidar controlar la respiraci¨®n durante la pr¨¢ctica del ejercicio.
4. No controlar tus pulsaciones. Pablo Molero comenz¨® desde muy peque?o a hacer deporte y ahora imparte clases de musculaci¨®n y militar training (tambi¨¦n conocida como cross training o crossfit), una de las sesiones de ejercicio m¨¢s intensas junto al?body kombat. ¡°Mezclamos actividades de fuerza y resistencia con otras cardiovasculares que pueden llegar a disparar las pulsaciones hasta las 180 por minuto, en momentos puntuales. Pero eso no puede llevar a dejar de vigilar las pulsaciones y respetar las pausas hasta recuperar los niveles normales. Quien hace este tipo de esfuerzos sin control, puede acabar teniendo serios problemas¡±, advierte Molero.
El ejercicio f¨ªsico no puede devorar todo nuestro tiempo libre. Tambi¨¦n es necesario respetar las horas de sue?o, las de descanso y los horarios de comida
5. Acude al gimnasio m¨¢s de lo recomendable. ¡°Si tienes una tabla de entrenamiento para tres d¨ªas a la semana, ?por qu¨¦ vienes seis? Cuando les ves todos los d¨ªas en el gimnasio, algo va mal fuera¡±, cuenta Molero. El ejercicio f¨ªsico no puede devorar todo nuestro tiempo libre. Tambi¨¦n es necesario respetar las horas de sue?o, las de descanso y los horarios de comida. ¡±Hay quien aprovecha las pausas de la comida en el trabajo para entrenar y cuando acaban su jornada, vuelven. Toda tu vida social no puede estar centrada en el gimnasio. Todo tu mundo no puede ser eso. Para algunas personas menos sociales puede ser un buen refugio pero no se puede focalizar todo en un mismo punto", cuenta Kiko P¨¦rez, coordinador de Urban Fitness, que lleva 20 a?os en contacto directo con deportistas.
6. Se salta las comidas. La obsesi¨®n por el esfuerzo en el gimnasio lleva a muchos deportistas a saltarse las comidas cuando salen de ¨¦l, pensando err¨®neamente que su ayuno mejorar¨¢ su rendimiento. Una dieta saludable es el complemento perfecto para una sesi¨®n controlada de ejercicio f¨ªsico. ¡°Y hay que respetar las cinco comidas", recomienda P¨¦rez.
7. Sufre cambios repentinos de humor. Lo ¨²nico a lo que puede conducir la obcecaci¨®n por el esfuerzo en el gimnasio, adem¨¢s de a problemas f¨ªsicos, es a cambios de humor cada vez m¨¢s repentinos. ¡°Cuando centras tu vida en el gimnasio, algo est¨¢ fallando en tu vida. Adem¨¢s, pasar m¨¢s tiempo en la sala de musculaci¨®n o en la de cardio no garantiza alcanzar los objetivos que se buscan", dice el coordinador que recomienda no perder de vista el sentido del humor durante la pr¨¢ctica del ejercicio.
8. Su libido ha disminuido. Efectivamente, el ejercicio puede convertirse en un sustituto del sexo para quienes se empe?an en esforzarse en exceso en el gimnasio. "Al final se trata de quemar endorfinas. El deporte puede bajar o subir la libido, seg¨²n nuestra capacidad para equilibrar nuestras vidas", relata Kiko P¨¦rez. Hay quien coincide con su pareja en el gimnasio y se esfuerza en paralelo. Y tambi¨¦n quien se obsesiona tanto que lo convierte en una din¨¢mica destructiva en la pareja que le hace llegar agotado a la cama.
9. Se siente nervioso.?La obsesi¨®n por el gimnasio lleva a muchos desequilibrios que pueden llegar a la depresi¨®n. Hay quien elimina los hidratos de carbono de manera radical y se obsesiona tanto con la dieta que sus nuevos h¨¢bitos alteran sus nervios y le hacen sentir cada d¨ªa m¨¢s irascible. Adem¨¢s, consumir termog¨¦nicos, los llamados quemagrasas, como hacen muchos adictos al gimnasio, puede alterar los nervios, las pulsaciones por minuto y el bombeo de sangre, haciendo que la temperatura corporal aumente para quemar grasas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.