Llega la edici¨®n gen¨®mica del sistema inmune
Cient¨ªficos de San Francisco abren v¨ªas gen¨¦ticas en la lucha contra el sida, la diabetes y el c¨¢ncer
No es noticia que una t¨¦cnica de rabiosa modernidad (llamada crispr/cas) permite modificar cualquier genoma a gusto del consumidor, o del m¨¦dico que le atienda. Menos noticia es a¨²n que las c¨¦lulas T que circulan por nuestra sangre son los verdaderos cerebros del sistema inmune, los que deciden qu¨¦ otras c¨¦lulas son normales o sospechosas de estar generando una infecci¨®n o un c¨¢ncer. Pero si se suman las dos cosas emergen nuevas ideas para combatir el sida, la diabetes, la artritis y cualquier otra infecci¨®n o enfermedad autoinmune.
El hallazgo ayudar¨¢ a combatir el sida, la diabetes, la artritis y cualquier otra infecci¨®n o enfermedad autoinmune
Una investigaci¨®n concebida y coordinada por la Universidad de California en San Francisco ha logrado modificar el genoma de las c¨¦lulas T con la sutileza necesaria para abordar las citadas cuestiones m¨¦dicas. Como prueba de principio (del principio de que su m¨¦todo funciona), han modificado genes (como CXCR4 y PD1) que son esenciales para la infecci¨®n por el virus del sida (VIH) y para que el sistema inmune decida o no atacar a las c¨¦lulas tumorales de su propio cuerpo. Presentan su investigaci¨®n en PNAS.
La t¨¦cnica CRISPR, cuyas creadoras recibieron el ¨²ltimo premio Princesa de Asturias de las ciencias, y que probablemente viajar¨¢n a Estocolmo en alg¨²n momento del futuro pr¨®ximo, seg¨²n predicen casi todos sus colegas, es la herramienta de oro llamada a revolucionar la investigaci¨®n biom¨¦dica en los pr¨®ximos a?os y d¨¦cadas. Su simplicidad de uso y moderaci¨®n de coste la hacen accesible a cualquier laboratorio gen¨¦tico de una universidad o un hospital grande. CRISPR es la receta del ¨¦xito, y tambi¨¦n de la pol¨¦mica.
En ciertas condiciones, estas c¨¦lulas se reimplantan en la m¨¦dula ¨®sea ¨Cel ¨®rgano que genera continuamente nuevas c¨¦lulas de la sangre¡ª y modifican establemente el repertorio de defensas del paciente
Era predecible que las c¨¦lulas del sistema inmune se contar¨ªan entre sus primeros objetivos. Como ya ocurri¨® con la terapia g¨¦nica, estas c¨¦lulas ofrecen la enorme ventaja de que circulan por la sangre: uno puede extraerlas de un paciente, editar su genoma y volv¨¦rselas a inyectar en su flujo sangu¨ªneo. En ciertas condiciones, se reimplantan en la m¨¦dula ¨®sea ¨Cel ¨®rgano que genera continuamente nuevas c¨¦lulas de la sangre¡ª y modifican establemente el repertorio de defensas del paciente. Curar un h¨ªgado es mucho m¨¢s dif¨ªcil.
Las pruebas de principio del sida y las defensas antic¨¢ncer son solo el punto de partida. Pero los cient¨ªficos de San Francisco muestran de forma convincente que la edici¨®n de genomas abre un nuevo continente al tratamiento de la infecci¨®n y la lucha contra el c¨¢ncer. Que lo sepan en Estocolmo.
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