La cueva m¨¢s radiactiva de Espa?a
Investigadores del CSIC miden en una gruta extreme?a abierta al turismo una radiactividad 100 veces por encima de los l¨ªmites europeos de seguridad para espacios de trabajo
Un grupo de investigadores espa?oles ha encontrado en una cueva extreme?a una actividad radiactiva 100 veces por encima de los niveles de seguridad recomendados por la UE en los espacios de trabajo. La cavidad, situada en Casta?ar de Ibor (C¨¢ceres), est¨¢ abierta al turismo. Los cient¨ªficos, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), se?alan que la cueva ¡°contiene la concentraci¨®n de gas rad¨®n m¨¢s alta de Espa?a¡±. Este gas, radiactivo, surge de manera natural de la desintegraci¨®n del uranio de las rocas y es la segunda causa de c¨¢ncer de pulm¨®n en el mundo despu¨¦s del tabaco. Dependiendo del pa¨ªs, el rad¨®n es culpable de entre el 3% y el 14% de los tumores pulmonares, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.
Los investigadores, financiados por la Junta de Extremadura, han detectado una media anual de 31.900 becquerelios por metro c¨²bico en la cueva de Casta?ar, frente a los 300 permitidos por las directivas europeas. El hallazgo no convierte en absoluto a la cavidad en una especie de Chern¨®bil, pero obliga a las autoridades a tomar medidas. En la c¨¢ntabra Altamira, otra cueva con altos niveles de rad¨®n, se han medido picos de m¨¢s de 7.000 becquerelios por metro c¨²bico.
La cavidad extreme?a fue descubierta en 1967 por un agricultor del pueblo tras el hundimiento del terreno cuando araba sus tierras con una mula. La gruta es como una alcantarilla vertical que da paso a una laber¨ªntica galer¨ªa de unos 250 metros de largo. Tres d¨¦cadas despu¨¦s del hallazgo, el Gobierno extreme?o la declar¨® Monumento Natural por su ¡°espectacular belleza y valor cient¨ªfico¡±. Los turistas pueden ver en ella caprichosas formaciones de calcita y aragonito, lagos subterr¨¢neos escalonados y estalactitas aplanadas.
La Junta de Extremadura anunci¨® en mayo que ya hab¨ªa vendido todas las entradas para el actual periodo de visitas, hasta el 30 de septiembre. Hay una lista de espera de 450 personas. El recorrido, conducido por un gu¨ªa, se realiza en grupos de cinco turistas como m¨¢ximo y dura 50 minutos. Las solicitudes se amontonan porque la cueva estuvo cerrada entre 2008 y 2014 por un brote de hongos.
En 2006, un estudio dirigido por el ge¨®logo Javier Lario, de la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia, ya calcul¨® que los gu¨ªas recib¨ªan una dosis efectiva de radiaci¨®n de 27,4 milisieverts al a?o, por encima de los niveles recomendados por las autoridades. Entonces, se tom¨® la decisi¨®n de recortar las visitas a menos de una hora. Tambi¨¦n se suprimieron las entradas en oto?o, cuando el gas rad¨®n se acumula en la cueva por diferencias de densidad con la atm¨®sfera exterior. En verano ocurre lo contrario y la cueva se ventila.
¡°En oto?o, un turista durante 50 minutos de visita solo recibe 0,121 milisieverts, un 12,1% de toda la radiaci¨®n que puede recibir en un a?o seg¨²n las recomendaciones de la Comisi¨®n Internacional de Protecci¨®n Radiol¨®gica. En verano, la dosis disminuye hasta el 8,6%¡±, tranquiliza Miriam ?lvarez, ge¨®loga del Museo Nacional de Ciencias Naturales. ¡°Una radiograf¨ªa de cr¨¢neo equivale a una dosis de 0,07 milisieverts¡±, subraya. Los resultados de su estudio se acaban de publicar en la revista especializada Journal of Environmental Radioactivity.
Los cient¨ªficos insisten en que la visita a la cueva es completamente segura para los turistas
¡°La dosis efectiva recibida por un paciente durante una prueba de diagn¨®stico consistente en un TAC de abdomen es de 10 milisieverts, una cantidad que supera de largo la dosis recibida en todo el a?o por los gu¨ªas de la cueva¡±, recalca la ge¨®loga.
Dos mujeres trabajan en la actualidad como gu¨ªas en la cueva de Casta?ar. Bajan acompa?adas de dos¨ªmetros para conocer de manera exacta la dosis que reciben al a?o. Peri¨®dicamente, se someten a ex¨¢menes m¨¦dicos por la Junta de Extremadura, detalla ?lvarez. Si siguen las instrucciones, el oficio de las gu¨ªas no debe suponer un riesgo para su salud.
El problema es que las gu¨ªas suelen prolongar las visitas para complacer a los turistas embelesados por la belleza de la gruta, llegando a un promedio de m¨¢s de una hora y cuarto en 2014, seg¨²n alerta el estudio. Una de las trabajadoras de la cueva recibi¨® una dosis efectiva de 6,41 milisieverts en solo cuatro meses, superando el l¨ªmite de 6 milisieverts al a?o recomendado por la Comisi¨®n Internacional de Protecci¨®n Radiol¨®gica para profesionales monitorizados. El tope para un ciudadano com¨²n es de solo 1 milisievert al a?o, al margen de pruebas m¨¦dicas.
?lvarez insiste en que la alta radiactividad no debe asustar a los turistas que deseen contemplar las espectaculares formaciones de la cueva de Casta?ar. Las dosis que reciben los visitantes ¡°est¨¢n muy lejos de sobrepasar el m¨ªnimo permitido por la legislaci¨®n internacional y nacional¡±. La ge¨®loga recuerda que cualquier persona recibe unos 2,5 milisieverts al a?o procedentes de la radiactividad natural, generada por el gas rad¨®n y los rayos c¨®smicos. La gruta de Casta?ar no tiene nada que ver con Chern¨®bil, aunque hasta la central nuclear ucraniana est¨¢ abierta a los turistas por unos 100 d¨®lares.
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