?frica y lo que el dise?o puede hacer
Una muestra en Alemania, que despu¨¦s viajar¨¢ a Bilbao, redibuja al continente a trav¨¦s de sus creadores
¡°Hasta que los leones tengan sus propios historiadores, los cuentos de caza siempre glorificar¨¢n a los cazadores¡±. El escritor nigeriano Chinua Achebe lo explic¨® as¨ª de claro: son los africanos los que tienen que contar su historia. Ese es el objetivo de la exposici¨®n Making Africa, que puede visitarse en el Vitra Design Museum de Weil am Rhein (Alemania) hasta el 13 de septiembre y que viajar¨¢ en oto?o hasta el Guggenheim de Bilbao. ?frica contada por sus creadores supone mucho m¨¢s que el hambre, la corrupci¨®n y unos paisajes que cortan la respiraci¨®n.
Lo primero que cuentan esos creadores, pero tambi¨¦n los ciudadanos africanos del siglo XXI que gracias a Internet pueden hacer que se escuche su voz, es que ?frica no es un pa¨ªs. Es un continente con 54 pa¨ªses, 2.000 lenguas, m¨¢s de mil millones de habitantes y el tama?o de China, Estados Unidos y varios pa¨ªses europeos juntos. Lo cuenta gr¨¢ficamente el alem¨¢n Kai Krause con un mapa de ?frica que incluye todas esas naciones y que, publicado en varios semanarios internacionales, ha dado la vuelta al mundo.
Es cierto que en ?frica el reciclaje est¨¢ detr¨¢s de muchas iniciativas creativas, pero el artista keniata Cyrus Kabiru recicla cuanto encuentra ¡ªcucharas, clavos o ramas¡ª para convertirlo en una met¨¢fora. Fabrica gafas que muestran su mundo sofisticado e ingenioso y que, a la vez, no permiten ver el mundo. Son gafas que ciegan. La idea, de nuevo, es rechazar los clich¨¦s, ayudar a formarse una idea propia.
?frica es mucho m¨¢s que la imagen difundida por quienes no viven all¨ª. Tal vez por eso, otro keniata, Jim Chuchu, asegura con sus carteles que toda opresi¨®n est¨¢ conectada. Y el nuevo dise?o evidencia c¨®mo la era de Internet est¨¢ animando a los ciudadanos a repensar no s¨®lo lo que se hace y c¨®mo se hace, sino tambi¨¦n las consecuencias de lo que se hace. En 2012, se vendieron en el continente 650 millones de tel¨¦fonos m¨®viles, ¡°m¨¢s que en Europa y los Estados Unidos juntos¡±, explica la comisaria de la muestra, Amelie Klein.
El acceso a la Red de quien tiene poco m¨¢s que el m¨®vil supone una puerta abierta a la informaci¨®n no unidireccional: uno ve y aprende, pero tambi¨¦n puede expresarse y decir algo colgando v¨ªdeos en YouTube. ¡°Son muchos los ciudadanos j¨®venes que se sienten parte de una cultura global¡±, apunta Klein. Para ella, la mayor aportaci¨®n de los creadores actuales es la interdisciplinariedad: ¡°Su objetivo es m¨¢s la sociedad que el mercado¡±. A su entender, lo que est¨¢ sucediendo en ?frica resulta revelador para el dise?o del siglo XXI.
Los m¨®viles est¨¢n tambi¨¦n detr¨¢s de las transferencias bancarias por SMS. La compa?¨ªa keniata Safaricom introdujo el sistema en 2007. Hoy, casi el 25% del dinero manejado en el pa¨ªs se mueve por ese cauce al margen del sistema bancario oficial, inaccesible, por otro lado, para el grueso de la poblaci¨®n.
Como en los cincuenta
Tambi¨¦n la arquitectura ha puesto de acuerdo la autoconstrucci¨®n tradicional con materiales aut¨®ctonos con mejoras en la circulaci¨®n del aire. El resultado son construcciones m¨¢s sostenibles y resistentes.
Con el patrocinio de la Fundaci¨®n Aga Khan, el burkin¨¦s Di¨¦bedo Francis K¨¦r¨¦ levant¨® en Mopti (Mal¨ª) el Centro de la Arquitectura de Barro para instruir en la mejora de la arquitectura tradicional.
La comisaria compara el momento actual del continente con la energ¨ªa con la que, en los a?os cincuenta, otra generaci¨®n de creadores celebr¨® el fin del colonialismo. ¡°Hay bastantes similitudes, pero ahora la reconexi¨®n con el mundo parece estar en manos de un tel¨¦fono m¨®vil¡±. De momento, quienes tienen acceso a Internet pueden contar ya una visi¨®n interna, y personal, de un continente que se ha contado mucho m¨¢s desde el desconocimiento exterior que desde la realidad interior.
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