El despegue de la animaci¨®n espa?ola
Descubrimos una industria efervescente y en auge. Los dibujos entran en ¨®rbita y viven el mejor momento de su historia.
Enrique Gato solo era un fan de Superl¨®pez, apasionado del dibujo y del dise?o 3D, con ganas de ayudar a armar una pel¨ªcula sobre el personaje espa?ol del c¨®mic. La parodia de Superman nunca cobr¨® vida y ahora Gato dirige un estudio de animaci¨®n llamado Lightbox, con casi 200 personas a su cargo. El lugar, a pleno rendimiento, recuerda a un taller de costura clandestino. Situado en la tercera planta de un edificio sin r¨®tulos. En un pol¨ªgono del extrarradio de Madrid. Por todas partes se extienden hileras de empleados encorvados sobre sus herramientas de trabajo: dos pantallas por cabeza. Repartidos en tres estancias a media luz y con las ventanas cubiertas por cartones, hay en el ambiente un silencio acolchado, acompa?ado por el crepitar de punteros y teclados. Nicol¨¢s Matji, uno de los fundadores y productor de las pel¨ªculas de Gato, lo define: ¡°Esto es como una galera romana¡±. Suena a broma. Quiz¨¢ no lo sea. ¡°Este es el que toca los timbales¡±, insiste se?alando al jefe de producci¨®n, Pedro Sol¨ªs. El equipo, sudoroso, desarrolla dos largometrajes de forma simult¨¢nea. Un hito en Espa?a. Casi se podr¨ªa decir: un milagro. Muy al estilo estadounidense, donde un proyecto suele solaparse con otro de forma que pueda sobrevivir una empresa muy costosa. Pero en el sur de Europa. Y a precio local. ¡°Con el presupuesto de una de Pixar hacemos nosotros diez. ?O doce!¡±, calcula Matji.
Nunca hab¨ªan coincicido tantos proyectos gordos en Espa?a Enrique Gato
Lightbox se encuentra en un ¡°pico de producci¨®n¡±. El mayor en sus siete a?os de historia. El 90% del tiempo lo ocupa Atrapa la bandera, la historia de un hijo y nieto de astronautas que se embarca en una odisea para llegar a la Luna. Se estrena el 28 de agosto en Espa?a y la tensi¨®n se palpa: el cierre se encuentra a la vuelta de la esquina. En paralelo, han ido arrancando la secuela de Las aventuras de Tadeo Jones (prevista para 2016). La caricatura del famoso arque¨®logo; el h¨¦roe que catapult¨® el estudio en 2012. Gato, su creador, omnipresente y sin un minuto, va de la sala de edici¨®n a una entrevista para el making of. En su puesto de mando, vac¨ªo la mayor parte del tiempo y ubicado entre medio centenar de animadores, descansan dos figurillas de Star Wars. Un Darth Maul. Y un maestro Yoda. La primera vez que encuentra un hueco y se sienta ante la grabadora, le descoloca una de las preguntas: ?Qu¨¦ tipo de decisiones suele tomar un director de animaci¨®n? ¡°Ja, ja, ja¡±, se echa a re¨ªr. Luego, se pone mucho m¨¢s serio y a?ade: ¡°Todas¡±.
Es viernes. Mediod¨ªa. Y en el interior de la sala hay siete personas. Una mesa de reuniones. Y una estanter¨ªa con todo tipo de admi?n¨ªculos de Tadeo. Una inscripci¨®n en la pizarra de la esquina reza: ¡°19 junio. Danger zone¡±. El tiempo se agota y un proyector despliega un haz de luz sobre la tela. Muestra a una familia fundi¨¦ndose en un abrazo. El abuelo, los padres, el nieto. Animaciones reci¨¦n salidas del horno. Una de las ¨²ltimas secuencias de Atrapa la bandera. El plano dura dos segundos y en ¨¦l se nota algo raro. Una voz en la sala aventura: ¡°Creo que se os han reventado los constraints [los mecanismos que controlan las articulaciones de los personajes]¡±. Lo pasan de nuevo. La mano de la madre atraviesa el traje de astronauta del abuelo, como si fueran fantasmas. Gato emite su veredicto: ¡°Fixeo de familia¡±. Es decir, devuelve el plano al taller. El jefe de producci¨®n suspira: ¡°Co?o, no me dais m¨¢s que disgustos¡±. Y la coordinadora de producci¨®n, Ana Jard¨®n, asoma la cabeza por la puerta: ¡°?Cinco minutos!¡±. Tiempo para revisar dos o tres planos m¨¢s. La reuni¨®n de shot checking, as¨ª la llaman, se disuelve. Gato queda a solas un instante. El realizador, de 38 a?os, viste de negro a pesar de que hoy, como suele ocurrir los viernes, es d¨ªa de la camisa hawaiana en la empresa. Fibroso y alargado, luce el pelo casta?o y disparado, y una nuez prominente bajo la barba recortada. Las gafas de montura rectangular lo sit¨²an cerca de la carrera de Inform¨¢tica que comenz¨® en los noventa. No hay rastro de ojeras. Pero lleva un tiempo enganchando jornadas de hasta 16 horas; durmiendo no m¨¢s de 6. Cada vez que enciende el tel¨¦fono encuentra 50 o 60 correos nuevos. Y, de pronto, a las cuatro de la tarde, suele darse cuenta de que a¨²n no ha comido. En boca de Sol¨ªs, el que toca los timbales, la presi¨®n suena acuciante cuando jalea: ¡°Estamos a dos semanas de entregar la pel¨ªcula. ?Pero todo est¨¢ bien! ?No pasa nada!¡±.
Gato ha comenzado la jornada a las 8.00 en el estudio de doblaje. Un largometraje de dibujos se construye al rev¨¦s que uno de carne y hueso. ¡°Tienes que armarla entera antes de empezar¡±, explica el director. Primero se graban las voces y luego se anima sobre ellas. Atrapa la bandera se ha construido con di¨¢logos en ingl¨¦s que toca traducir para Espa?a. Un tipo calvo y con registro c¨®mico se encuentra de pie en la penumbra del cuarto insonorizado: la voz de Marty, el amigo gordito y con gafas del protagonista, un prodigio de la tecnolog¨ªa, con cacharros para salir de cualquier apuro. En la cinta, es de noche y Marty sujeta un mando de control remoto con una mano y un walkie talkie con la otra. Cuando mueve los labios, el int¨¦rprete de doblaje clava: ¡°?Est¨¢ bien! ?El fracaso no es una opci¨®n!¡±. Marty pulsa un bot¨®n rojo, la imagen se congela y Gato, sentado en una esquina, se levanta como un disparo. Reclama un grito desesperado. M¨¢s tensi¨®n a la escena. ¡°?El fracaso no es una opci¨®n!¡±, chilla el realizador con un gallo. La frase se repite varias veces a lo largo del metraje. Esto ya no es Tadeo. Han roto el cascar¨®n. Y de hecho, la ense?a de la que habla la pel¨ªcula no es otra que la que plant¨® Neil Armstrong en la Luna en 1969. La estadounidense. Un pu?etazo sin complejos en el epicentro de la animaci¨®n mundial.
El guion naci¨® de la obsesi¨®n por las aventuras estelares de uno de los productores, Jordi Gasull, coleccionista de objetos de la NASA, adem¨¢s de coguionista de Son & Moon (2006), un documental que segu¨ªa al astronauta Michael L¨®pez-Alegr¨ªa en su viaje a la Estaci¨®n Espacial Internacional, y a su hijo, en la Tierra, de forma simult¨¢nea. Gasull, de 48 a?os, lleva su m¨®vil cubierto con una carcasa del Apollo 17, la ¨²ltima misi¨®n lunar. Ocurri¨® en 1972. Desde entonces el hombre no ha vuelto all¨ª. Y ¨¦l est¨¢ convencido de que la selenita es la bandera m¨¢s significativa de la historia: ¡°No por ser la americana, sino porque, por primera vez, el hombre fue capaz de poner el pie en un astro celeste¡±. Gato, sin embargo, no acababa de ver el salto al espacio. Hasta que dieron con la clave: ¡°?Y si un ni?o compitiera para atrapar la bandera?¡±. Era 2011. So?aban despiertos. Ni hab¨ªan estrenado a¨²n Tadeo Jones. Nadie pod¨ªa prever su paso fulgurante por la taquilla. La animaci¨®n espa?ola iniciaba la cuenta atr¨¢s.
Es un g¨¦nero cabr¨®n. Te obliga a estrenar en el extranjero y pelear contra los ¡®blockbusters'
O quiz¨¢ hubiera comenzado algo antes, en 2009, cuando una compa?¨ªa madrile?a, Ilion, estren¨® Planet 51, una pel¨ªcula de dibujos de factura impecable, dirigida por Jorge Blanco, y con viajes gal¨¢cticos y hombrecitos verdes. El largometraje lo pari¨® el guionista de Shrek y se lleg¨® a estrenar en Estados Unidos. Recaud¨® algo m¨¢s de 100 millones de d¨®lares. Pero el resultado, en palabras de Jos¨¦ San Rom¨¢n, consejero delegado de Ilion, fue ¡°regular¡±. Quisieron competir con Pixar. Y quiz¨¢, en ese momento, la gesta les qued¨® grande. Estrenar al otro lado del Atl¨¢ntico resulta muy caro, por lo que implica en campa?as publicitarias. Planet 51 coloc¨® al estudio en el mapa, pero los dej¨® en el dique seco un tiempo: de los 350 empleados, se quedaron un centenar. Ilion regres¨® a las salas de cine el a?o pasado con la ¨²ltima pel¨ªcula de Mortadelo y Filem¨®n (dirigida por Javier Fesser). Y en estos momentos remontan el vuelo con un proyecto ultrasecreto para un estudio de Hollywood. Un service, en la jerga del sector. Uno de los gordos. Con presupuesto cercano a las cifras de Estados Unidos. Y para el que necesitar¨¢n, de nuevo, una legi¨®n de profesionales.
Los estuvieron reclutando en el festival de Annecy (Francia), celebrado en junio, la cita ineludible del sector en el mundo. Con cinco d¨¦cadas de historia, el pa¨ªs invitado este a?o era Espa?a. No es casualidad. Seg¨²n el director del evento, Patrick Eveno: ¡°Nunca hab¨ªamos rendido tributo a este pa¨ªs, que cuenta con una tradici¨®n muy antigua: es necesario recordar al M¨¦li¨¨s espa?ol, Segundo de Chom¨®n, un precursor de la animaci¨®n. La producci¨®n en Espa?a dej¨® de existir con los a?os. ?ltimamente ha surgido una generaci¨®n muy prometedora. Cre¨ªmos necesario honrar ese pasado. Y dar la bienvenida a la nueva hornada¡±. La cita reuni¨® a los nombres que manejan los l¨¢pices del pa¨ªs. Sergio Pablos, por ejemplo, un dibujante de 45 a?os que pas¨® una larga temporada en Disney y regres¨® de Los ?ngeles en 2002. Desde Madrid concibi¨® la idea original de Gru, mi villano favorito (2010) y traz¨® los primeros bocetos. La producci¨®n, sin embargo, se desarroll¨® en Francia. Quiz¨¢ a¨²n no estuviera maduro el sector. Seg¨²n Pablos: ¡°En la ¨²ltima d¨¦cada la industria ha crecido. Hemos perdido el complejo. Hasta ahora hab¨ªan podido coincidir en Espa?a dos grandes producciones, ?pero nunca tantas!¡±. Lightbox, con dos largometrajes simult¨¢neos. Ilion, con un service de muchos ceros, y altamente secreto, para Paramount. Sergio Pablos desarrollando Klaus, la historia de un misterioso cartero. Una coproducci¨®n hispanocanadiense sobre un perro, Run, ozzy, run. Otro proyecto, Deep, que propone un viaje a las profundidades marinas. En palabras del productor Nicol¨¢s Matji: ¡°Es el mejor momento de la animaci¨®n espa?ola. Por primera vez se generan contenidos capaces de batirse internacionalmente¡±. No solo en cine, tambi¨¦n en televisi¨®n. Ah¨ª est¨¢ el ejemplo de Pocoy¨®.
En 2012, la federaci¨®n de asociaciones de animaci¨®n espa?ola Diboos public¨® un Libro Blanco cuya fotograf¨ªa fija mostraba un sector en auge que empleaba a 5.150 personas de forma directa y generaba un impacto agregado en la econom¨ªa de 729 millones de euros (el 0,04% del PIB). ¡°Estos a?os ha habido nominaciones al Oscar (Chico y Rita) y a los premios del cine europeo (Arrugas)¡±, a?ade Carlos Biern, presidente de Diboos. Un espaldarazo ¡°en el plano art¨ªstico¡±. Pero a¨²n falta ese empuj¨®n, a?ade, que logre generar ¡°una verdadera industria¡±. El Libro Blanco hablaba de crecimiento gradual. No pod¨ªa prever la explosi¨®n de la actualidad.
Algo est¨¢ pasando cuando hasta Tony Bancroft, creador del entra?able Pumba de El rey le¨®n y correalizador de Mulan, dirige la pel¨ªcula Animal Crackers, cocinada en un estudio de Valencia, Blue Dreams. Bancroft pas¨® hace poco por Madrid, durante el festival de animaci¨®n Summa3D. Poco antes de su charla, sentado frente a la sala 5 de los cines Kinepolis, dice: ¡°La primera raz¨®n para venir a Espa?a es econ¨®mica. No es posible hacer pel¨ªculas de animaci¨®n independientes y de calidad en Estados Unidos. La segunda raz¨®n fue que encontramos Blue Dreams, donde hab¨ªa un equipo con hambre, talento y experiencia¡±. Jaime Maestro, de 37 a?os, es el director art¨ªstico del estudio. Ha ganado dos goyas con sus cortos animados. Iba para arquitecto, pero se enganch¨® por el camino al 3D. En estos momentos, sugiere, Espa?a cuenta con m¨¢s proyectos que animadores. Buen s¨ªntoma. Es viernes. Y Kinepolis comienza a llenarse de cr¨ªos. Hoy se estrena Del rev¨¦s, la ¨²ltima de Pixar. Al cierre de este reportaje hab¨ªa recaudado 500 millones de euros en el mundo. El rodillo de los dibujos no cesa. A la espalda de Bancroft, un televisor exhibe tr¨¢ileres de los pr¨®ximos estrenos. Entre ellos, el de Atrapa la bandera. El estadounidense se gira y pregunta: ¡°?Qui¨¦n ha hecho esto?¡±.
La animaci¨®n no tiene l¨ªmites para contar historias
Nicol¨¢s Matji
Enrique Gato recibi¨® en 2013 el goya a la mejor direcci¨®n novel por Tadeo Jones. En su discurso, dio las gracias a la Academia por haberse sacudido viejos ¡°prejuicios¡± y tener en cuenta la animaci¨®n en categor¨ªas hasta entonces vedadas. Tadeo gan¨® tambi¨¦n el galard¨®n como mejor pel¨ªcula animada y mejor guion adaptado. Fue el tercer filme m¨¢s visto en Espa?a en 2012 (tras Lo imposible, de Bayona, y una de la saga Crep¨²sculo). Recaud¨® 18,2 millones de euros. Solo Toy Story 3 supera esa cifra. Sigue ostentando el t¨ªtulo de pel¨ªcula de animaci¨®n espa?ola m¨¢s vista en su tierra. Y permanece entre las 10 con mayor recaudaci¨®n de nuestro cine en todo el mundo (unos 45 millones de euros). Aquel a?o se convirtieron en ¡°el ¨¦xito que nadie esperaba¡±, seg¨²n su creador.
Tras cuatro horas en el estudio de doblaje, Gato apura un: ¡°?Tengo que irme!¡±. Y abandona a toda velocidad la sala insonorizada. Se sube a su coche h¨ªbrido y silencioso y, con el tercer volantazo, murmura: ¡°Vamos a tirar de Siri¡±. Le habla a su tel¨¦fono: ¡°Llamar a Pedro Sol¨ªs¡±. Y el iphone responde como un buen robot: ¡°Llamando¡¡±. Avisa de que anda de camino. Cuelga y, mientras atraviesa calles atascadas, comienza a echar la vista atr¨¢s: ¡°De peque?o¡±, cuenta, ¡°yo era un loco de los dibujos. Alucinaba con las pel¨ªculas de Disney. Cuando lleg¨® el primer VHS, recuerdo que las paraba, y pasaba frame a frame para ver c¨®mo funcionaba. En clase me pasaba el d¨ªa pintando. Cog¨ªa libretas y dibujaba al t¨ªpico hombre de los palitos en un extremo, para despu¨¦s simular su movimiento. Cuando lleg¨® a casa un Amstrad de hace siglos, el CPC, empec¨¦ a mezclar los dos mundos. Con el VHS me di cuenta de que los dibujos son en continuidad. Lo siguiente fue crear el mu?equito en el ordenador¡±. Program¨® su primer videojuego con lenguaje Basic a los 14 a?os. Una especie de Prince of Persia, uno de los t¨ªtulos m¨¢s populares de entonces; y sigui¨® creando c¨®mics e ilustraciones. ¡°De toda la vida me han gustado a partes iguales el mundo t¨¦cnico y art¨ªstico. Pero cuando tuve que decidir qu¨¦ hacer con mi vida, tir¨¦ por la tecnolog¨ªa. Lo art¨ªstico no sab¨ªa c¨®mo enfocarlo¡±.
Gato naci¨® en Valladolid, pero la familia se mud¨® a Madrid enseguida. Dice que en el colegio, ¡°uno normalito¡±, no tuvo contacto con ese ¡°mundo art¨ªstico¡±. Tampoco en el hogar: su padre trabajaba de administrativo y su madre era ama de casa. En 1995 se matricul¨® en Ingenier¨ªa Inform¨¢tica. Aquel a?o se estren¨® Toy Story, el primer largometraje en 3D animado por ordenador. La ¨®pera prima de Pixar cambi¨® las reglas del juego para siempre. Abri¨® la puerta a un nuevo lenguaje. Y a una generaci¨®n de chavales bregados en programaci¨®n con ganas de contar historias.
En la Facultad de Inform¨¢tica, prosigue en el coche, se form¨® en 1997 una asociaci¨®n dedicada a crear gr¨¢ficos por ordenador. ¡°Fue como encontrar la piedra filosofal. Logr¨¦ juntar los dos mundos: el art¨ªstico y el tecnol¨®gico¡±. Comenz¨® a experimentar con los primeros programas de 3D. Un d¨ªa apareci¨® en el tabl¨®n de anuncios una oferta de trabajo de la compa?¨ªa de videojuegos Pyro Studios. ¡°Me lanc¨¦ de cabeza y abandon¨¦ la carrera¡±. Pyro, fundada por los hermanos P¨¦rez Dolset, edit¨® en 1998 Commandos, uno de los juegos de mayor ¨¦xito jam¨¢s desarrollados en Espa?a. Gato entr¨® en el siguiente proyecto, Heart of Stone, que no lleg¨® a terminarse. Luego dio el salto a otra compa?¨ªa, Virtual Toys, donde trabaj¨® en varios t¨ªtulos, como el de Torrente. Hab¨ªa encontrado su territorio, pero le faltaba algo. ¡°Dise?aba personajes corriendo, saltando, arrastr¨¢ndose¡ Era muy repetitivo. La animaci¨®n est¨¢ genial si consigues narrar algo con ella. Pero no lograba contar nada llamativo. As¨ª que empec¨¦ a hacer cortometrajes. A buscar por mi cuenta la pata que me faltaba¡±. Una de esas primeras piezas, Bicho (2001), cuenta la historia de un extraterrestre que vaga por el espacio hasta llegar a la Tierra. Lo hizo en casa, solo. Program¨® hasta la m¨²sica. Y los ojos de la criatura ya se empiezan a parecer mucho a los de Tadeo.
Nicol¨¢s Matji, el productor de sus pel¨ªculas, se cruz¨® con Gato poco despu¨¦s. Hijo del cineasta Manolo Matji (coguionista, entre otras, de Los santos inocentes), adquiri¨® en 1999 los derechos para adaptar al cine las vi?etas de Superl¨®pez. Gato le escribi¨® en cuanto supo del proyecto: ¡°Superl¨®pez y Mortadelo eran mis libros de cabecera. Pens¨¦: tengo que entrar en esta pel¨ªcula como sea¡±. Contact¨® demasiado tarde, cuando Matji estaba a punto de perder los derechos. Pero se conocieron, se cayeron bien, y el productor tuvo una revelaci¨®n cuando vio Bicho: ¡°La animaci¨®n no tiene l¨ªmites para contar historias¡±. Luego Enrique le mostr¨® un clip de un personaje que hab¨ªa creado a modo de ¡°experimento¡±: un Indiana Jones a la espa?ola. ¡°Me qued¨¦ flipado¡±, reconoce Matji.
El primer corto de Tadeo, de 2004, se parece mucho a un videojuego: se desarrolla en un solo escenario (una pir¨¢mide) y el personaje entra en ¨¦l por una puerta y va superando enemigos (momias) y resolviendo enigmas hasta escapar a la carrera con un bot¨ªn. Gan¨® m¨¢s de 60 premios, incluido el goya al mejor corto animado. Se dieron cuenta de que hab¨ªa un fil¨®n. Incluso un posible largo. Prepararon un segundo corto con la intenci¨®n de ordenar los procesos de animaci¨®n para una futura pel¨ªcula. ¡°Fue el entrenamiento¡±, seg¨²n Gato. ¡°Si nos hubieran dado el dinero tras el primer corto, nos habr¨ªamos pegado un tortazo de espanto. ?La dimensi¨®n es tan distinta!¡±. Con el segundo Tadeo, de 2006, Gato volvi¨® a recoger el goya y otras tres decenas de premios. En los t¨ªtulos de cr¨¦dito de ambas piezas ya figuran algunas de las personas que le han acompa?ado desde el principio. Pedro Sol¨ªs, por ejemplo. El de los timbales. Un tipo de 46 a?os que antes de dedicarse al modelado de personajes y a la producci¨®n ejerci¨®, entre otras cosas, como t¨¦cnico de tragaperras y monitor de protecci¨®n radiol¨®gica en la central nuclear de Trillo (Guadalajara). Hoy, Sol¨ªs atesora tambi¨¦n dos goyas por sendos cortometrajes animados, La bruxa en 2011 y Cuerdas en 2013. Desde su hueco en el estudio, frente a la pradera sembrada de animadores en Lightbox, dice: ¡°Somos todos autodidactas. En aquella ¨¦poca era muy dif¨ªcil aprender. Al principio no hab¨ªa ni Internet. Pero la selecci¨®n natural era r¨¢pida¡±. Para muchos de los que hoy encabezan los estudios de 3D, se trataba de una pasi¨®n oculta. No hab¨ªa escuelas. Hoy comienzan a proliferar. Y son ellos los profesores. Se fueron encontrando poco a poco. Gato y Sol¨ªs, por ejemplo, coincidieron creando videojuegos en Pyro. Seg¨²n Gato: ¡°Venimos todos del mismo sitio¡±.
Pyro, de hecho, es el germen de Ilion, el otro gran estudio espa?ol, los creadores de Planet 51. Muchos de los que hoy se encuentran a las ¨®rdenes de Gato se curtieron antes en aquella pel¨ªcula. Y al terminarla, se sumaron al proyecto de Tadeo. El salto del pseudoarque¨®logo al cine no fue f¨¢cil. La primera oficina de Lightbox surgi¨® en un huequito en la redacci¨®n de Intereconom¨ªa, en Madrid. Julio Ariza, el presidente del grupo medi¨¢tico, prest¨® su sede y desembols¨® el dinero para comenzar la producci¨®n. Le hab¨ªan mostrado los cortometrajes. Y un c¨®mic escrito a modo de storyboard (dibujado por Jan, creador de Superl¨®pez) con la intenci¨®n de que un productor entendiera en un vistazo que hab¨ªa material para una pel¨ªcula. Ariza, tras analizarlo, sentenci¨®: ¡°Quiero hacer esto¡±, recuerda Gato. ¡°Y nosotros nos quedamos un poco cruzados, diciendo ?madre m¨ªa! Porque fue el primero de todos. La primera piedra la puso ¨¦l [a trav¨¦s de la productora El Toro Pictures]. No ten¨ªamos ni la m¨¢s remota idea de c¨®mo iba a ser la relaci¨®n con ellos. Era gente que no ven¨ªa del mundo del cine. Pero no les vimos en toda la producci¨®n. Ni nos enteramos de que estaban. Es lo m¨¢s maravilloso que te puede pasar. ?ramos como extraterrestres para ellos. No sab¨ªan ni de d¨®nde ven¨ªamos, ni c¨®mo se hac¨ªa nada de lo nuestro, nos ve¨ªan todo el d¨ªa delante de los ordenadores y actuando como monos, grab¨¢ndonos las referencias para las animaciones. Y dec¨ªan: ¡®?Estos son marcianos!¡±.
Maxi D¨ªaz prefiere comparar su trabajo con el de un actor: ¡°La diferencia es que usamos un personaje, pero es exactamente lo mismo¡±. D¨ªaz, de 48 a?os, dirige a los 45 artistas que encienden la mecha interior en los protagonistas de Atrapa la bandera. Los animadores, sentados frente a ¨¦l, gesticulan y ponen muecas. La mayor¨ªa ha colocado un espejo de sobremesa junto al monitor, para trasladar esos matices al puppet, la marioneta, as¨ª llaman al volumen virtual en tres dimensiones con el que operan. Tal y como explica su labor Christian Dan, un colega en Ilion: ¡°No se trata de mover, sino de animar. Tiene que notarse una vida dentro. Somos psic¨®logos adem¨¢s de actores¡±. No solo usan el espejo. En un extremo del estudio queda una sala reservada para grabar en v¨ªdeo distintas opciones de actuaci¨®n. A menudo, mientras las registran, se oyen gritos, golpes y carcajadas. ¡°Es la parte m¨¢s divertida¡±, seg¨²n Gato. Una marcianada, como es l¨®gico, en una redacci¨®n de corte conservador.
Su hueco en Intereconom¨ªa enseguida se les qued¨® peque?o: se vieron obligados a mudarse, y el puesto lo ocup¨® La Gaceta de los Negocios. Tadeo comenzaba a crecer. A calentar motores. Entr¨® Telef¨®nica Studios en la producci¨®n. Y finalmente Mediaset. En ese momento, probablemente, la ¨®rbita de Tadeo alcanz¨® otra dimensi¨®n. En la divisi¨®n de cine de Telecinco son responsables de cerca de 80 pel¨ªculas y de un buen pu?ado de taquillazos. De Lo imposible a Ocho apellidos vascos. En un despacho cubierto con afiches de estos ¨¦xitos en varios idiomas, Ghislain Barrois y ?lvaro Agust¨ªn, al mando de Telecinco Cinema, explican por qu¨¦ nunca antes hab¨ªan producido una de dibujos: ¡°Es un g¨¦nero muy cabr¨®n¡±. Un caso como el de Tadeo, a?aden, no ocurre ¡°casi nunca¡±. En Espa?a, de hecho, lo m¨¢s probable es echar el cierre despu¨¦s de un mal estreno. La ¨²ltima en caer fue Kandor Graphics despu¨¦s de a?os desarrollando Justin y la espada del valor (2014). ¡°Son pel¨ªculas caras¡±, ahondan Barrois y Agust¨ªn. ¡°Para producirlas necesitas tiempo o dinero. Nosotros tenemos que tardar mucho. Y para rentabilizarlas hay que competir en el mercado extranjero. La pel¨ªcula se va a encontrar con todos los blockbusters de Hollywood. Y no te van a estar esperando con banderas y trompetas precisamente¡±.
Tadeo no se bati¨® el cobre en Estados Unidos. Pero en Latinoam¨¦rica funcion¨® muy bien despu¨¦s de arrasar en Espa?a. Barrois asegura que gran parte de su triunfo se coci¨® en la campa?a publicitaria en Telecinco: ¡°Lo colocamos hasta en las putas campanadas¡±, dice. Literalmente. En el canal de mayor audiencia del pa¨ªs. Y seis meses antes del estreno. ¡°Pero la promoci¨®n, si la pel¨ªcula no acompa?a, nunca funciona¡±, concluyen los de Mediaset. Eso no fue cosa suya. ¡°Enrique Gato¡±, aseguran, ¡°es el genio, el arquitecto¡±.
'Tadeo' funcion¨® muy bien en Latinoam¨¦rica despu¨¦s de arrasar en Espa?a
A¨²n en el interior de su veh¨ªculo japon¨¦s, Gato cuenta que en los or¨ªgenes de Lightbox, en 2008, se tuvo que inventar un modelo de la nada: ¡°Hay muy poca documentaci¨®n sobre c¨®mo se organiza un estudio de animaci¨®n. Informaci¨®n opaca. Y poco clara. Fui a una charla de Diego Garc¨ªa [un espa?ol que trabajaba en Blur Studios, en Los ?ngeles] y tom¨¦ much¨ªsimas notas. Un estudio se sostiene en torno al concepto de pipeline [ca?er¨ªa]: hay un flujo de informaci¨®n, y much¨ªsimos departamentos manej¨¢ndola¡±. Tal y como lo explica Pedro Sol¨ªs, al frente de una cuadr¨ªcula Excel con millones de casillas de colores, donde se anota cada secuencia y el tiempo dedicado a cada una: ¡°Por un lado entra el boceto, y por el otro sale el plano terminado. En ese proceso, imprimen su huella cerca de 200 personas¡±. Gato a?ade: ¡°Me emperr¨¦ much¨ªsimo en aplicarlo bien. Es necesario para que el proyecto no te explote en la cara¡±. En cambio, si sale bien, se dispara el inter¨¦s en una secuela. Tras el estreno de Tadeo, todo el mundo les ped¨ªa la segunda parte. Pero ellos ya ten¨ªan el cohete listo para viajar a la Luna. ¡°Por una vez fuimos la chica guapa de la fiesta¡±, recuerda Matji, el productor. Con los resultados financieros y art¨ªsticos encima de la mesa, Paramount, desde su sede en California, adquiri¨® sobre guion los derechos mundiales de distribuci¨®n de Atrapa la bandera y de Tadeo 2. Un acuerdo sin precedentes en el cine espa?ol.
Gato llega a su destino. Aparca. Y camina por el pol¨ªgono hasta dar con el edificio. Sube en ascensor, y al otro lado de la puerta le reciben dos ba?os que no distinguen entre hombre o mujer: ambos exhiben la cara de Tadeo. Se adentra en el enjambre de animadores. La colmena se encuentra a rebosar. Se sienta dos minutos junto a Darth Maul y Yoda. Pero antes de terminar con el aluvi¨®n de correos electr¨®nicos, le llaman para la reuni¨®n de shot checking. Dura casi una hora. Hab¨ªamos abandonado all¨ª al director en silencio, con sus gafas de ingeniero, vestido de negro. Dice Matji que en las ¨²ltimas semanas se ha ido quedando p¨¢lido y cada vez m¨¢s flaco. La calma se rompe. Van entrando animadores de dos en dos para mostrarle sus avances. Escenas inacabadas de Atrapa la bandera que Gato revisa con lupa. Va dando todo tipo de indicaciones, desde el encuadre (la c¨¢mara se mueve por los escenarios virtuales como un dios omnisciente) a la interpretaci¨®n: ¡°Esta sonrisa no vale; est¨¢ mucho m¨¢s confuso el personaje¡±; ¡°Para que no quede muy villano ¨¢brele un poquito el p¨¢rpado inferior¡±; ¡°Baja el gesto de asentimiento y lo acompa?amos con las cejas¡±; ¡°Se est¨¢ tomando demasiado tiempo: hay que ganar nervio por todas partes¡±. Zona de peligro, se lee en la pizarra. Al terminar la revisi¨®n de ¡°dailies de animaci¨®n¡±, quedan 25 planos por aprobar. Ana Jard¨®n, de producci¨®n, se marcha resoplando. Y Gato sube de nuevo al coche para regresar al doblaje. El atasco ya es monumental. Quedan 10 d¨ªas para cerrar la pel¨ªcula. Y a la puerta del estudio, el realizador se da cuenta: ¡°Deber¨ªa comer algo¡±. Son las cuatro de la tarde.
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