En Hacienda, la realidad discrepa de los resultados

Cuando la autoridad de Hacienda, pol¨ªtica por supuesto, declama que ¡°la prioridad del departamento es la lucha contra el fraude fiscal¡± est¨¢ perpetrando la misma figura del lenguaje que cuando los marcianos cabezones de Mars Attacks!? proclamaban a trav¨¦s de altavoces m¨®viles ¡°?Venimos en son de paz!¡± mientras achicharraban humanos con su rayo mortal. Aunque todos los partidos practican esta suerte, el aut¨¦ntico experto en este tipo de ret¨®rica (hacer lo contrario de lo que se dice, a la vista de los votantes, sin complejos) es el PP. Prueba de la ret¨®rica del escamoteo: mientras se fija el dinero negro como diana para la galer¨ªa, la Agencia Tributaria contar¨¢ en 2016 con 9 millones y 671 personas menos para el funcionamiento de la instituci¨®n en 2016 (datos presupuestados). Este es un primer hecho (global, los detalles incluir¨ªan largas explicaciones sobre tasas de rotaci¨®n de personal) que permite explicar el trote fatigado de la Agencia cuando persigue al relampagueante dinero oculto.

?Vayamos con otras caracter¨ªsticas notables de nuestra Agencia Tributaria. Una muy notable es la cocina de los resultados anuales de la lucha contra el fraude. El m¨¦todo de cocinado, simple pero efectivo, consiste en presupuestar el dinero que conseguir¨¢ aflorarse en una cantidad por debajo de lo realmente conseguido el a?o anterior. Ejemplo: en 2014 los resultados de ¡°prevenci¨®n y fraude tributario¡± ascendieron a 11.484 millones; para 2015 se fij¨® un objetivo de 9.314 millones. Hacienda se asegura as¨ª que la Agencia siempre gana y todos se ponen medallas. El organismo asegura que entre 2009 y 2014 los resultados se han mejorado en 10.844 millones sobre llo previsto; pero si se deflactan las triqui?uelas de cocina la mejora sumar¨ªa 4.966 millones.

Espa?a lidera el ranking europeo en lo que se refiere a deuda tributaria de dudoso cobro. Se entiende por tal aquella deuda reclamada por Hacienda pero que, por incapacidad financiera del deudor, tiene una elevada probabilidad de no cobrarse. Es cierto que s¨®lo siete pa¨ªses de entre los 28 de la Uni¨®n recogen estad¨ªsticas sobre la deuda incierta; pero resulta significativo que la Hacienda espa?ola est¨¦ a la cabeza de un tipo de reclamaci¨®n que, se mire por donde se mire, revela un cierto grado de imprecisi¨®n en los procedimientos inspectores y judiciales. Y el liderazgo se consigue con holgura: en Espa?a, la deuda de dudoso cobro equivale al 0,84% del PIB; en Francia, al 0,31 y en Dinamarca al 0,22%. La comparaci¨®n es de 2013.

Algo parecido cabe decir de la deuda pendiente de cobro (por procesos concursales, insolvencias o aplazamientos). Es deuda reconocida; pero como cada a?o se percibe menos de la deuda existente que la nueva que aparece en el ejercicio, el souffl¨¦ crece sin cesar. Asciende a m¨¢s de 50.000 millones. Un castizo dir¨ªa que la Agencia presume de resultados, pero consigue poco dinero. Recuerda a Ludendorff, el estratega alem¨¢n de la I Guerra Mundial: obten¨ªa impresionantes ¨¦xitos t¨¢cticos que no conduc¨ªan a ninguna parte. La Hacienda espa?ola consigue resultados espectaculares contra el fraude a?o tras a?o, pero el fraude no deja de aumentar. Resultados y realidad no coinciden.