?Revoluci¨®n feminista en los MTV Video Music Awards?
Miley Cyrus reivindicando el g¨¦nero fluido, Nicki Minaj y Taylor Swift discutiendo sobre g¨¦nero y raza, y Jessica Hoppe, Editora de Pitchfork, calentando el ambiente preguntando por Twitter sobre la discriminaci¨®n de las mujeres en la industria musical. ?Ha encontrado el feminismo su puesta de largo en la m¨²sica pop?
Todo comienza con las nominaciones a los MTV Video Music Awards: el Bad Blood de Swift est¨¢ nominado, como permit¨ªan esperar los m¨¢s de 20 millones de reproducciones en las primeras 24 horas de su lanzamiento, con las que bati¨® el r¨¦cord al mejor lanzamiento en VEVO. Hasta ese momento, el r¨¦cord estaba en manos del Anaconda de Nicki Minaj, que, en cambio, no ha sido reconocido por el jurado. Independientemente de que el v¨ªdeo de Taylor Swift sea un claro ganador (un plantel de estrellas tan amplio que s¨®lo permite una escena para cada una, una excelente puesta en escena, y una est¨¦tica que ha marcado tendencia al nivel de suponer un ¨¦xito en ventas para la sex shop que prest¨® el vestuario para el v¨ªdeo son algunos de los ingredientes de este c¨®ctel perfecto), parece una evidente muestra de doble rasero por parte de la MTV.
Minaj no dud¨® en denunciar esta situaci¨®n con una colecci¨®n de tuits que hacen hincapi¨¦ en c¨®mo ciertas artistas son reconocidas y otras no por motivos que nada tienen que ver con lo que en estos premios se est¨¢ juzgando (apenas medio mill¨®n de visitas separa los resultados de Anaconda de los de Bad Blood). Una denuncia que es muy necesaria por parte de una artista que ha hecho declaraciones contra la discriminaci¨®n en muchas ocasiones,criticando a quienes la acusan de haber usado el sexo para conseguir su ¨¦xito o discuten su capacidad de mando por ser mujer pero que gener¨® una agria discusi¨®n entre fans de una y de la otra porque en esta ocasi¨®n hac¨ªa hincapi¨¦ en que no se la reconoc¨ªa por no cumplir con el estereotipo de chica ¡°muy flaca¡±. La disculpa de Swift fue elegante como de costumbre,, pero ah¨ª queda el acertado tuit de Minaj: "Te quiero tanto como t¨² a m¨ª, pero deber¨ªas hablar sobre esto". ?Es posible que Taylor haya perdido una ocasi¨®n de usar su enorme influencia para devolver el debate a su origen, es decir, el racismo que subyace a la industria musical? ?Se desquitar¨¢ en la entrega de premios que este domingo presentar¨¢ la pol¨¦mica Miley Cyrus?
As¨ª son las nuevas reinas del pop
Como Swift, tambi¨¦n Cyrus se enfrent¨® a cr¨ªticas por racismo tras su controvertida actuaci¨®n con Robin Thicke en la gala de los mismos premios en 2013, por la forma descontextualizada en que se hizo eco del twerking. Otro tanto vivi¨® Swift: su v¨ªdeo de Shake It Off oblig¨® al director Mark Romanek a acudir en su defensa, asegurando que la ¨²nica pretensi¨®n de la cantante era mostrar distintos estilos de baile (y, dicho sea de paso, su incapacidad para dominar ninguno de ellos), ridiculizando por igual diversos estereotipos. Sin embargo, es obvio que la ex estrella del country no tiene la misma legitimidad para interpretar de forma sat¨ªrica las coreograf¨ªas de las animadoras que las de la cultura urbana negra o latina. El caso de Taylor Swift ha ejemplificado a la perfecci¨®n la dificultad de cuestionar los propios privilegios.
Pero a¨²n no hemos borrado de nuestras retinas aquella lengua kilom¨¦trica saliendo de la cara de una Miley Cyrus con un atuendo incomprensible que bailaba junto a osos de peluche y se restregaba con Robin Thicke a ritmo del indiscutiblemente machista hit del verano 2013 Blurred lines. Sin embargo, en estos dos a?os, Miley Cyrus ha hablado de su identidad sexual como una fluida (que no se identifica con ninguno de los g¨¦neros binarios hombre-mujer), ha empezado una relaci¨®n con la modelo Stella Maxwell (quien tambi¨¦n ha posado en Instagram junto a Lily Rose Depp poco antes de que esta proclamase tambi¨¦n su orientaci¨®n sexual fluida esta semana), y ha iniciado campa?as como la de #InstaPride, buscando la aceptaci¨®n de las personas transg¨¦nero, o #HappyHippy, para recoger fondos para los j¨®venes LGTB en riesgo de exclusi¨®n y que nos deja v¨ªdeos como ese en que, vestida de unicornio, le tira los trastos a una Ariana Grande envuelta en peluche que se r¨ªe con ganas mientras cantan. Una forma mucho m¨¢s interesante de hacer p¨²blica su sexualidad que la performance con Thicke, desde luego. ?Ser¨ªa posible algo as¨ª en los VMA?
Igualmente Swift no ha tenido reparos en ir haciendo cada vez m¨¢s propia la bandera del feminismo, dando excelentes ejemplos de apoyo y se?alando los micromachismos ejercidos contra ella por la prensa musical continuamente. ?Podr¨ªamos ver a Minaj aprovechar los espacios de los que Taylor Swift disfrutar¨¢, previsiblemente, y que asegur¨® que compartir¨ªa con ella, para explicarle (y a todos nosotros, de paso) la doble discriminaci¨®n a la que se enfrenta por no ser mujer y no cauc¨¢sica?
Como ocurri¨® en los Oscars bajo el hashtag #askhermore ?Podr¨ªamos disfrutar de un debate sobre la industria musical y no sobre la de la moda, a ra¨ªz de una gala de entrega de premios? ?Qu¨¦ podr¨ªan decir, entonces, las periodistas que cubran este evento y que han denunciado, ellas mismas, situaciones de discriminaci¨®n machista en su trabajo a lo largo de esta semana en respuesta a este tuit de la periodista de Pitchfork Jessica Hopp?
Al fin y al cabo, el videoclip que presentar¨¢ Swift es el de Wildest Dreams y, despu¨¦s de haberla visto compartiendo escenario con Alanis Morisette, Beck y St. Vicent, de ella se puede esperar cualquier cosa. Y de Miley mucho m¨¢s.
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