La lenta muerte del ¡®basurero¡¯ de la naturaleza
Las poblaciones de ocho especies de buitres se hab¨ªan visto reducidas en un promedio del 62%, envenenadas por el hombre Los expertos denuncian el desequilibrio del ecosistema que supone su desaparici¨®n
La muerte alimenta la vida en Mara. Cada verano, 500.000 ?us mueren durante la peligrosa migraci¨®n desde el Parque Nacional Serengueti, en Tanzania, hasta la Reserva Nacional Mas¨¢i Mara, en Kenia. Y con la muerte llegan los carro?eros, ninguno m¨¢s importante que el buitre.
Pero las aves que en su d¨ªa se daban un fest¨ªn con ese infortunio, las encargadas de limpiar las llanuras cubiertas de hierba, est¨¢n desapareciendo, lo cual forma parte de un declive m¨¢s generalizado en las poblaciones de buitres que desequilibra ecosistemas e ilustra el alcance de los efectos de la caza furtiva, el envenenamiento y otras intervenciones humanas.
¡°El panorama general para los buitres en todo el mundo es abismal¡±, se?ala Darcy Ogada, directora adjunta de programas africanos en el Fondo Peregrino, una organizaci¨®n dedicada a salvar aves de presa. ¡°?Qu¨¦ si esta historia nos recuerda la del canario en las minas de carb¨®n? Desde luego¡±.
En el primer gran estudio sobre los 30 a?os de declive de los buitres panafricanos, Ogada y otros cient¨ªficos descubrieron que las poblaciones de ocho especies de dicho animal se hab¨ªan visto reducidas en un promedio del 62%. Siete de esas especies hab¨ªan disminuido en un ¨ªndice del 80% o m¨¢s a lo largo de tres generaciones, seg¨²n el estudio, publicado este verano en la revista Conservation Letters.
Los buitres no son precisamente una bonita postal, y las autoridades locales se las ven y se las desean para intentar proteger a los animales que los turistas van a ver
En algunas zonas de ?frica, los buitres son blanco de los cazadores furtivos, que envenenan cad¨¢veres con la esperanza de matar a los p¨¢jaros para que no sobrevuelen la zona y alerten a los vigilantes del parque. Un buitre puede detectar a un elefante muerto en menos de 30 minutos, pero un cazador furtivo puede tardar m¨¢s de una hora en arrancar unos colmillos de marfil. Sin buitre, no hay aviso. En Mara, uno de los bastiones naturales m¨¢s grandes del planeta, los buitres no son un blanco directo, sino v¨ªctimas involuntarias del envenenamiento de cad¨¢veres que tiene por objetivo matar a grandes carn¨ªvoros, como las hienas, en un esfuerzo por proteger al ganado.
En toda ?frica, las amenazas para la fauna son innumerables, pero gran parte de la atenci¨®n se centra en los animales majestuosos de la sabana, como los leones y los elefantes. Los buitres no son precisamente una bonita postal, y las autoridades locales, ya faltas de personal, se las ven y se las desean para intentar proteger a los animales que los turistas van a ver.
¡°Todo el mundo se olvida de los patitos feos de este mundo¡±, afirma Munir Z. Virani, director de programas del Fondo Peregrino en ?frica y el sur de Asia. ¡°Las autoridades nos dicen continuamente que est¨¢n tan ocupadas protegiendo a los elefantes, los rinocerontes y otros animales que, cuando llega el momento de los buitres, ya est¨¢n exhaustas¡±.
Hay muchos lugares a lo largo del r¨ªo Mara que no est¨¢n tan limpios como antes porque no hay suficientes buitres¡±
Anthony Ole Tira, un mas¨¢i criado en estas tierras y actualmente copropietario del Matira Bush Camp, situado en el coraz¨®n de la reserva, se para junto a un paso fluvial y se?ala decenas de cad¨¢veres putrefactos. Una semana antes, 900.000 ?us, largos de cara y a menudo escasos de suerte, se tiraron de cabeza al r¨ªo presas del p¨¢nico. Miles de ellos murieron pisoteados.? Eso es normal. Los restos putrefactos, no. ¡°Hace 10 a?os, esto ya estar¨ªa limpio¡±, dice. ¡°Hay muchos lugares a lo largo del r¨ªo Mara que no est¨¢n tan limpios como antes porque no hay suficientes buitres¡±.
Los investigadores afirman que ya han visto lo que le sucede a un ecosistema cuando desaparecen los buitres. En 2000, enviaron a Virani a India, donde un gran n¨²mero de buitres estaban muriendo, pero nadie sab¨ªa por qu¨¦. ¡°All¨¢ donde iba, me encontraba con buitres muertos¡±, afirma. ¡°Pero en todas partes, sus restos estaban en buenas condiciones¡±. La hip¨®tesis inicial era que las muertes obedec¨ªan a alg¨²n tipo de enfermedad infecciosa. Pronto qued¨® claro que el art¨ªfice hab¨ªa sido creado por el hombre.
Un analg¨¦sico utilizado habitualmente para tratar al ganado estaba envenenando a las aves que se alimentan de sus cuerpos. Varani explica que un cad¨¢ver con el analg¨¦sico en su organismo puede envenenar a centenares de p¨¢jaros, y en 2006, cuando se prohibi¨® oficialmente el medicamento, la poblaci¨®n de buitres ya se hab¨ªa reducido en un 97%. En el mismo periodo se produjo un dr¨¢stico aumento de los casos de rabia en India, ya que los perros salvajes se aprovecharon de la disminuci¨®n de buitres y a menudo propagaban la enfermedad entre los humanos.
A lo largo de decenas de millones de a?os, los buitres se han convertido en los limpiadores m¨¢s eficaces del mundo natural
Virani describe lo que califica de escenas apocal¨ªpticas en las que hordas de perros salvajes que se contaban por millares escarbaban en los restos de ganado. Los c¨¢lculos var¨ªan, pero algunos cifran la poblaci¨®n actual de perros salvajes en India en 25 millones. Alrededor de un 36% de las muertes por rabia en el mundo ¨Cen su mayor¨ªa ni?os¨C se producen en India, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. La batalla contra el virus est¨¢ costando al Gobierno miles de millones de d¨®lares.
A lo largo de decenas de millones de a?os, los buitres se han convertido en los limpiadores m¨¢s eficaces del mundo natural. Gracias a la elevada acidez de sus jugos g¨¢stricos, pueden comer carne infectada por varias afecciones sin caer enfermos. Cuando los buitres se alimentan de carne contaminada y dejan limpio el cad¨¢ver, se erradica la amenaza de una infecci¨®n m¨¢s extendida. Pero una vez que los buitres han sido eliminados del cielo, son muy dif¨ªciles de recuperar.
Las autoridades nos dicen continuamente que est¨¢n tan ocupadas protegiendo a los elefantes, los rinocerontes y otros animales que, cuando llega el momento de los buitres, ya est¨¢n exhaustas¡±
Virani explica que los buitres, pese a sus potentes sistemas digestivos, son fr¨¢giles. En sus primeras cuatro semanas de vida, muere un 50% de los buitres que abandonan el nido. ¡°Son ingenuos¡±, dice Virani. Muchos se caen del nido, mientras que otros sucumben a causas naturales. En su primer a?o de vida, los buitres presentan un extraordinario ¨ªndice de mortalidad del 90%. Si sobreviven, no son sexualmente maduros hasta el quinto a?o. Aun entonces, su tasa reproductiva es baja.
En Arizona, California y Utah, el Fondo Peregrino y sus socios han trabajado durante a?os para recuperar el c¨®ndor de California, una especie en peligro cr¨ªtico de extinci¨®n que en 1987 fue pr¨¢cticamente aniquilada a causa de intoxicaciones por plomo; quedaron menos de 25 ejemplares. Casi tres d¨¦cadas despu¨¦s, hay unos 400, menos de la mitad de ellos en cautividad.
Virani espera que en ?frica pueda frenarse y revertirse la disminuci¨®n de la poblaci¨®n antes de que alcance una situaci¨®n cr¨ªtica como la de India y otras partes del mundo. ¡°No es demasiado tarde¡±, asegura. El Fondo Peregrino ha iniciado un programa con el pueblo mas¨¢i de ?frica oriental para cambiar la actitud sobre el uso de venenos. El programa ayud¨® a un joven mas¨¢i, Eric Ole-Reson, para que estudiara en la Universidad Clemson en Carolina del Sur, y desde entonces ha vuelto para trabajar con otros mas¨¢i.
Para esta tribu, hay pocas cosas m¨¢s importantes que sus vacas, ¡°el banco m¨®vil¡±, como las denomina Tira. Cuando un le¨®n u otro depredador mata a una vaca, el sustento de una familia se ve amenazado. Por eso, los mas¨¢i envenenan los cad¨¢veres con la esperanza de matar a los asesinos. Inevitablemente, los buitres acuden a alimentarse y mueren.
Si los buitres siguen desapareciendo, ?se imagina? Todo este lugar se convertir¨¢ en una fosa hedionda¡±
Ole Sairowa, un aldeano de 67 a?os, dice que el uso de venenos comenz¨® hace dos d¨¦cadas, cuando el Gobierno proporcion¨® ¡°un peligroso polvo blanco¡± para matar a los perros salvajes. Una d¨¦cada despu¨¦s, empez¨® a ver menos buitres. ¡°Ahora nos preocupa que no vuelvan¡±, a?ade.
Sairowa fue contratado por Virani y Kabir Dhanji, director keniano del Fondo Peregrino, para que participara en Empty Skies [Cielos vac¨ªos], una breve pel¨ªcula educativa sobre los peligros involuntarios del uso de venenos que se proyectar¨¢ en aldeas de todo Mara. Tira y su hijo Selian, de nueve a?os, tambi¨¦n aparecen en el filme. Sairowa afirma que, cuando era ni?o, los mas¨¢i cantaban canciones al buitre. La aparici¨®n del ave, muy preciada desde hace mucho tiempo por su capacidad para ver el futuro, pod¨ªa ser un buen o un mal augurio dependiendo del contexto. Una canci¨®n pide a los buitres que no se acerquen hasta que una vaca muera por causas naturales, momento en el cual les prometen un sabroso banquete.
Los conservacionistas est¨¢n buscando otras maneras de ayudar a los mas¨¢i a proteger a sus vacas, entre ellas un equipo de luces parpadeantes alimentadas con energ¨ªa solar que sirven para repeler a los depredadores por la noche. Pero existen otras amenazas para las aves de presa. Seg¨²n Virani, si la campa?a intensiva para llevar electricidad a comunidades de toda ?frica por medio de la construcci¨®n de campos e¨®licos y centrales el¨¦ctricas no se realiza con cuidado, podr¨ªa poner en peligro a los buitres y otros p¨¢jaros.
En sus primeras cuatro semanas de vida muere un 50% de los buitres que abandonan el nido. ¡°Son ingenuos¡±
Por ahora, los buitres ¨Cque en pleno vuelo son tan majestuosos como la venerada ¨¢guila¨C siguen desempe?ando su papel en el espect¨¢culo natural que se desarrolla durante la migraci¨®n. Hace algunas ma?anas, cuando despuntaban las primeras luces en los rojos campos de avena, una leona lanz¨® un rugido. Un macho devolvi¨® la llamada y entonces dio comienzo la cacer¨ªa. Cuando termin¨®, cinco ?us hab¨ªan muerto y sus cad¨¢veres permanec¨ªan ocultos por la hierba alta. Los buitres tardaron solo unos minutos en empezar a sobrevolar el lugar en c¨ªrculos. Primero dos, despu¨¦s una docena, despu¨¦s a montones. En cuanto los leones se alejaron, descendieron en picado y se posaron cerca del cad¨¢ver.
Una vez que se abalanzaron sobre ¨¦l, tardaron 20 minutos en dejar los huesos limpios. Parec¨ªa eficiente. Pero, seg¨²n Tira, esa labor antes se completaba mucho m¨¢s r¨¢pido debido a la presencia de muchos m¨¢s buitres. ¡°En cinco minutos hab¨ªan terminado¡±, asegura. ¡°Si los buitres siguen desapareciendo, ?se imagina? Todo este lugar se convertir¨¢ en una fosa hedionda¡±.
Traducci¨®n de News Clips
? 2015 New York Times News Service
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