Cuando Donald Trump y los Clinton se relacionaban

S¨ª, hubo un tiempo en el que Trump y los Clinton alternaban, parec¨ªan gustarse y ???¡ªm¨¢s importante¡ª uno de ellos entregaba miles de d¨®lares a los otros para su carrera pol¨ªtica. Hoy se niegan, se repudian. Podr¨ªa ser un pasaje de La hoguera de las vanidades, pero solo es una historieta m¨¢s de la alta sociedad de Nueva York, con yuppies, pol¨ªticos, fiestas y un pragmatismo del tama?o de Central Park.

Trump, en el primer debate republicano, este verano, se jact¨® de la asistencia de los Clinton a su boda como prueba de que los pol¨ªticos ceden a lo que les piden los empresarios, mientras que ¨¦l, rico, era libre. ¡°Cuando llaman, les doy, ?y sabe qu¨¦? Cuando necesito algo de ellos, les llamo¡±, dijo sobre los pol¨ªticos. Y sobre Clinton: ¡°Le dije: ¡®Ven a mi boda¡¯. Y vino. ?Sabe por qu¨¦? No ten¨ªa elecci¨®n, porque yo don¨¦ a su fundaci¨®n¡±.

Clinton le quit¨® hierro, como quien reniega de un amigo ca¨ªdo en desgracia: ¡°No le conoc¨ªa tanto, o sea, le conoc¨ªa, y [la boda] era en Florida y pens¨¦ que ser¨ªa divertido¡±.

Ni a ella le conviene recordar aquella relaci¨®n ni a ¨¦l sus simpat¨ªas por los dem¨®cratas. Pero la hemeroteca conserva im¨¢genes de Bill jugando al golf con Trump y los elogios del empresario. El candidato republicano dio la cara por el expresidente cuando estall¨® el esc¨¢ndalo del affaire con Monica Lewinsky. Porque, s¨ª, Bill Clinton hab¨ªa mentido a la naci¨®n, pero al fin y al cabo ¡°fue una tonter¨ªa¡±, mientras que Bush ¡°nos meti¨® en esa guerra horrible con mentiras¡±, recalcaba Trump en 2008.

?Y qu¨¦ decir de Hillary? ¡°Es una mujer fant¨¢stica. No soy objetivo porque la conozco desde hace a?os. Ambos vivimos en Nueva York. Me gustan mucho ella y su marido¡±, dec¨ªa en 2012 en la cadena Fox. ?Y qui¨¦n representar¨ªa bien a EE UU en una negociaci¨®n con Ir¨¢n? ¡°Hillary Clinton har¨ªa un buen trabajo¡±, opin¨® en la CNN en 2007.

Ahora afirma que Clinton ¡°ha sido la peor secretaria de Estado de la historia¡±, y esta ha arremetido contra las barrabasadas racistas y sexistas del candidato.

Las salidas de tono de Trump son tales que han alumbrado una teor¨ªa maquiav¨¦lica por la cual los Clinton habr¨ªan impulsado la campa?a del empresario para perjudicar al partido republicano. ¡°Tiene una estrecha amistad con Bill y Hillary desde hace a?os (¡­). Todo esto es muy sospechoso¡±, lleg¨® a insinuar Carlos Curbelo, congresista republicano, en una entrevista en Miami Radio recogida por varios medios. "Podr¨ªa ser un candidato fantasma", dijo.

Si quiere un amigo en pol¨ªtica, h¨¢gase con un perro, suele decirse. William Cohan, autor de House of Cards o Dinero y poder. C¨®mo Goldman Sachs lleg¨® a gobernar el mundo, resta credibilidad tanto a la antigua relaci¨®n como al actual repudio. ¡°No creo que haya una amistad de veras ah¨ª, ella vio una fuente de financiaci¨®n, y ¨¦l, una forma de acceder a un pol¨ªtico poderoso¡±, explica. Y ahora ¡°todo es parte del teatro de Trump, a un candidato republicano no se le puede ver como amigo o apoyo de Hillary¡±.

De hecho, ese es el ataque que el mayor rival de Trump para la candidatura republicana, Jeb Bush, lanz¨® esta semana contra el empresario, al difundir un v¨ªdeo en el que recopilaba aquellas frases laudatorias para Clinton.

¡°?l [Trump] ha sido extraordinariamente amable con Hillary y conmigo¡±, admit¨ªa este verano Bill Clinton, adem¨¢s de que ¡°es uno de los muchos republicanos que ha apoyado la fundaci¨®n¡±. Seg¨²n datos de Bloomberg, Trump y sus parientes han donado unos 9.500 d¨®lares a las campa?as federales de Hillary Clinton, lo que no es una gran suma, mientras que a la fundaci¨®n han dado entre 100.000 y 250.000 d¨®lares, tampoco una exageraci¨®n.

¡°Los Clinton son estrellas, as¨ª que siempre se relacionar¨¢n con los peces gordos de Nueva York, Chicago o Los ?ngeles¡±, se?ala William H. Chafe, autor de Bill and Hillary. The Politics of Personal, pero defiende que, adem¨¢s del establish?ment, ¡°Hillary tambi¨¦n tiene un apoyo fuerte en las comunidades latinas y afroamericanas y en las organizaciones de trabajo¡±.

Si uno se toma en serio sus declaraciones, Trump y los Clinton ya no se tratan. Pero sus hijas, Chelsea e Ivanka, s¨ª alternan, porque Nueva York puede ser una ciudad muy peque?a para la crema de la sociedad y siempre hay una fiesta en la que coincidir.