El poder de Amal Clooney
La abogada usa su fama como esposa del actor para llevar casos medi¨¢ticos, el ¨²ltimo la defensa del expresidente de Maldivas
Amal Clooney ha transformado el aburrido mundo de los abogados de traje y corbata en una bacanal de imagen para las marcas de moda que hoy buscan, en la flamante esposa de George Clooney, un escaparate que las aleje de la frivolidad para que sus prendas brillen sobre una profesional cada vez m¨¢s medi¨¢tica. Por otra parte, contraer matrimonio con el soltero de oro de Hollywood ha permitido a esta abogada especializada en derechos humanos elevar su perfil profesional hasta tal punto que cualquier caso en el que se implica la convierte en la protagonista indiscutible, dejando en segundo plano a sus defendidos. As¨ª volvi¨® a demostrarse esta semana en las islas Maldivas, ad¨®nde Amal Clooney acudi¨® como parte del equipo legal encargado de la defensa del expresidente Mohamed Nasheed, encarcelado desde el pasado marzo tras haber sido depuesto a punta de pistola, como han denunciado desde ONG como Amnist¨ªa Internacional a organismos internacionales como la ONU.
El caso de Nasheed es una de las muchas injusticias del mundo que no llegan a las portadas de los diarios. Elegido presidente en 2008 tras ganar las primeras elecciones democr¨¢ticas del pa¨ªs, sus posiciones pol¨ªticas ecologistas le llevaron a declarar que las Maldivas ser¨ªan independientes energ¨¦ticamente del petr¨®leo en apenas una d¨¦cada, e impuls¨® el desarrollo de la energ¨ªa solar y e¨®lica. Aunque se convirti¨® en un eco-h¨¦roe gracias al documental The island president, todo el establishment pol¨ªtico y militar que hab¨ªa mantenido el pa¨ªs bajo una dictadura camuflada durante tres d¨¦cadas hizo todo lo posible para obligarle a caer y finalmente dimiti¨® en 2012, aunque ¨¦l asegura que lo hizo a punta de pistola, cosa que la oposici¨®n niega. Durante su mandato, entre otras cosas, orden¨® el arresto de un poderoso juez del antiguo r¨¦gimen acusado de corrupci¨®n. El nuevo gobierno hoy le acusa de terrorismo por aquel arresto. Y le ha condenado a 13 a?os de c¨¢rcel.
Ah¨ª es donde entra Amal Clooney, quien adem¨¢s de escribir tribunas en su defensa en la prensa anglosajona, sacando su caso del ostracismo medi¨¢tico, el lunes aterriz¨® en la capital de Maldivas, Male, para continuar con los procedimientos legales que buscan la liberaci¨®n del pol¨ªtico. Su aterrizaje fue m¨¢s parecido a la llegada de una estrella de cine a Cannes que a la de un abogado a una reuni¨®n de trabajo. Pero eso a estas alturas ya no es novedad.
Hace apenas una semana Amal Clooney acudi¨® a Egipto como abogada defensora de Mohammed Fahmy, uno de los tres periodistas de Al Jazeera a los que se acusaba de difundir material televisivo ¡®da?ino¡¯ para Egipto. La vista del juicio se sald¨® con la condena a tres a?os de c¨¢rcel de su defendido y con un revuelo medi¨¢tico monumental ante la presencia de la abogada, a la que demasiadas veces se mira m¨¢s como esposa de Clooney que como letrada. No obstante, esta profesional astuta y sagaz utiliza el poder que tiene sobre las c¨¢maras para enviar mensajes muy alejados de la frivolidad de otras estrellas medi¨¢ticas: ¡°Los jueces en Egipto est¨¢n permitiendo que los juzgados se conviertan en instrumentos de opresi¨®n pol¨ªtica y propaganda¡± declar¨® tras la condena.
Meses antes su presencia tambi¨¦n fue objeto de atenci¨®n en Grecia, a quien durante algunos meses asesor¨® en el caso de los m¨¢rmoles del Parten¨®n, que el pa¨ªs le reclamaba a Gran Breta?a. Finalmente no hubo caso puesto que Grecia, sumergida en una grave crisis, opt¨® por abandonar sus reivindicaciones.
Antes de conocer a Clooney, Amal Alamuddin, que tambi¨¦n ha defendido a Julian Assange, ya trabajaba en el campo de los derechos humanos. Pero ahora su nuevo apellido la convierte en el mejor altavoz posible para sus casos. Y sin duda, en la mejor fuente de ingresos para su despacho.
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