Marruller¨ªa y timo
Me parece muy raro que deseen separarse de este pa¨ªs unos pol¨ªticos que apenas se diferencian de la tradici¨®n espa?ola
Sintiendo el aprecio que siento por algunas constantes de la sociedad espa?ola, expuestas el domingo pasado, no me extra?a ni me escandaliza que mucha gente se quiera separar de este pa¨ªs, infame en demasiados aspectos. Creo estar libre de sospecha de patrioterismo, e incluso de patriotismo. Lo que me parece muy raro es que deseen separarse unos representantes pol¨ªticos que, en sus m¨¦todos, en su talante, en su falta de sentido de la democracia, en su cerrilismo, en su intransigencia, en su capacidad para mentir y para tergiversar la realidad, en sus aspiraciones caciquiles, en su esp¨ªritu inquisitorial, en su irracional soberbia, en su ¡°contra m¨ª o conmigo¡±, apenas se diferencian de la secular tradici¨®n espa?ola, sobre todo de la m¨¢s beata y sectaria, representada inmejorablemente por el franquismo (beata de la propia patria).
El disparate catal¨¢n ha alcanzado cotas grotescas, y de una zafiedad intelectual sin l¨ªmites
La imitaci¨®n de Franco tuvo su punto culminante hace unos meses, cuando Artur Mas sugiri¨® que votar contra ¨¦l equival¨ªa a votar contra Catalu?a. Bueno, en esto no imit¨® s¨®lo a Franco, inventor de ¡°la AntiEspa?a¡±, sino a casi todos los absolutistas que en el mundo han sido, desde Luis XIV hasta Hugo Ch¨¢vez, ca¨ªdos en la tentaci¨®n de considerarse encarnaciones milagrosas de sus respectivas naciones.
El disparate catal¨¢n ha alcanzado cotas grotescas, y de una zafiedad intelectual sin l¨ªmites. En el llamado ¡°proceso¡± todo es confuso, puro chafarrin¨®n y marruller¨ªa, puro timo. Unas elecciones auton¨®micas en las que ya no se vota del todo lo siempre votado en ¨¦stas, sino tambi¨¦n ¨Cde rebote¨C la independencia, que, seg¨²n los resultados, se declarar¨¢ unilateralmente, fuera de la legalidad y de todo acuerdo: no ya con el resto de Espa?a y su Gobierno, sino con cualquier organismo europeo. Es como si C¨®rcega o la Breta?a se proclamaran desgajadas de Francia, o la Lombard¨ªa de Italia, o Baviera de Alemania. Semejantes declaraciones caer¨ªan en el vac¨ªo, ning¨²n pa¨ªs de la zona las tendr¨ªa en consideraci¨®n ni les har¨ªa caso.
A efectos reales y pr¨¢cticos, a efectos de convivencia con los vecinos, ser¨ªan como jugar al pal¨¦ o monopoly, algo hueco y sin consecuencias efectivas. Tampoco se sabe bien cu¨¢les han de ser esos resultados, los que llevar¨ªan a la independencia. Al parecer, a los promotores les bastar¨ªa con conseguir una mayor¨ªa de esca?os para su esperp¨¦ntica coalici¨®n, desde?ar¨ªan que la mayor¨ªa de votos fuera contraria a sus prop¨®sitos. ?D¨®nde se ha visto semejante fraude? ¡°Usted vota una cosa¡±, se le est¨¢ diciendo al elector, ¡°pero en realidad est¨¢ votando otra; y, seg¨²n lo que convenga, computaremos de un modo u otro¡±. El chiste no es ya propio de la peor Espa?a, sino de las rep¨²blicas bananeras de las pel¨ªculas (ni siquiera de las de la realidad, me temo); de la Venezuela chavista y la Rusia putinesca, a las que s¨®lo tienen por democracias mod¨¦licas los dirigentes de Podemos y Alberto Garz¨®n, esa lumbrera.
A m¨ª no me extra?a ni escandaliza, ya digo, que alguien ans¨ªe separarse de mi pa¨ªs
He hablado de coalici¨®n esperp¨¦ntica, y es que no hay adjetivo m¨¢s adecuado (superespa?ol, por cierto) para describir una lista electoral encabezada por un ex-eco-comunista y por dos se?oras engre¨ªdas a las que nadie ha elegido nunca (pues nunca se han presentado a cargos pol¨ªticos), sino que se han erigido ellas mismas en encarnaciones de la ¡°sociedad civil¡±, es decir, de la sociedad a secas; el cuarto lugar de la estrafalaria lista lo ocupa el actual President de la Generalitat, un pol¨ªtico parecid¨ªsimo a Rajoy en lo ideol¨®gico y lo econ¨®mico, y que, no se sabe por qu¨¦ arte de trilero, pasar¨ªa al primer puesto en caso de salir triunfante, y ser¨ªa por tanto el inaugural Presidente de la fantasmag¨®rica Rep¨²blica Catalana; y en quinto lugar aparece el ¡°jefe de la oposici¨®n¡± al propio Mas, Junqueras, l¨ªder de un partido que lleva ochenta a?os aventado y dando tumbos. Es digno del espa?ol¨ªsimo Torrente que el jefe del Gobierno y el de la oposici¨®n se ofrezcan juntos en la misma lista el 27 de septiembre. Es dif¨ªcil incurrir en mayor n¨²mero de contradicciones y embrollos.
A?¨¢dase la negaci¨®n constante de la realidad por parte de los promotores: ¡°Seguir¨ªamos en la Uni¨®n Europea y en el euro¡±, afirman, ¡°o nos readmitir¨ªan en seguida¡±. Nadie europeo ha avalado ese optimismo, todo lo contrario. Para que un pa¨ªs nuevo ingrese en la UE se necesita la aprobaci¨®n un¨¢nime de todos sus miembros. Espa?a no la dar¨ªa, s¨®lo fuera por despecho. Francia tampoco, no fuera Catalu?a a solicitar el Rosell¨®n acto seguido. Ni Italia, por no aceptar un precedente para la inventada ¡°Padania¡± de los fascistas de la Liga Norte. No la dar¨ªa nadie. ¡°Ser¨ªamos m¨¢s ricos¡±, cuando la probable p¨¦rdida del mercado espa?ol ser¨ªa un rev¨¦s catastr¨®fico para la econom¨ªa catalana. A m¨ª no me extra?a ni escandaliza, ya digo, que alguien ans¨ªe separarse de mi pa¨ªs.
Pero una Catalu?a independiente, ahora, en manos de quienes la propugnan desde arriba, ser¨ªa lo m¨¢s parecido a un cortijo para ellos, en el que adem¨¢s nadie podr¨ªa intervenir, y la que menos la UE. Yo no entiendo c¨®mo los catalanes ¨Cincluso los independentistas¨C no perciben la jugada de Romeva, Forcadell, Casals, Mas y Junqueras: ¡°Dennos todo el poder y aisl¨¦monos del mundo, que nadie se meta en nuestras cosas¡±. No s¨¦ c¨®mo no se percatan de que ese ¡°nuestras¡± significa exactamente de Romeva, Forcadell, Casals, Mas y Junqueras. Bueno, y de quienes hagan suficientes m¨¦ritos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.