Geopol¨ªtica de alta cocina
La oferta culinaria es uno de los principales reclamos tur¨ªsticos Los premios se han convertido, en una herramienta econ¨®mica
La primera vez que se asiste a la gala The World¡¯s 50 Best Restaurants, uno puede llegar a sentirse abrumado. La explanada que hay frente al ayuntamiento de Londres, donde se celebra el acto, suele ser un hervidero de c¨¢maras de televisi¨®n y fot¨®grafos de medios llegados de todo el mundo entre decenas de periodistas, cr¨ªticos gastron¨®micos, importantes cocineros e invitados con elegantes vestimentas tan dispares como los rasgos de sus facciones o las cocinas all¨ª representadas. Algo que empez¨® siendo una fiesta que reconoc¨ªa el talento de algunos restaurantes ha derivado, en poco m¨¢s de un decenio, en una de las citas m¨¢s significativas del sector. Las pol¨¦micas, desencantos y reproches que surgen en cada edici¨®n son una buena referencia para medir su importancia, algo solo comparable a los r¨ªos de tinta que hace correr Michelin cada vez que presenta su gu¨ªa roja anual.
Pero mientras que la evaluaci¨®n de la gu¨ªa de Bibendum se circunscribe a algunos pa¨ªses y ciudades, la nota de The World¡¯s 50 Best Restaurants abarca todo el planeta. Esto no pasar¨ªa de mera an¨¦cdota si no fuese porque ha evidenciado ser parte de su enorme ¨¦xito. De una forma magistralmente calculada, o por accidente, qui¨¦n sabe, esta calificaci¨®n puede potenciar el alcance de corrientes culinarias, cocinas emergentes y movimientos en auge que demandaban su espacio en el luminoso universo de la gastronom¨ªa. Por fin, Lima, S?o Paulo, Bangkok, Shangh¨¢i, Hong Kong, Santiago de Chile, Manila o Mosc¨² est¨¢n en la instant¨¢nea de la alta cocina. M¨¢s a¨²n, destacan en el mapa de las tendencias culinarias, donde Espa?a reina con El Celler de Can Roca a la cabeza.
Visto desde fuera, todo esto podr¨ªa pasar por ser el ejercicio de autocomplacencia de los profesionales de un sector. Y puede, incluso, que resulte algo ingenuo si no fuese por lo que representa para una actividad estrat¨¦gica tan importante como es el turismo.
El a?o pasado, 1.138 millones de turistas franquearon alguna frontera del planeta, fortaleciendo una actividad que ya es responsable de 1 de cada 11 empleos existentes en todo el mundo y que supone m¨¢s del 9% del producto interior bruto mundial.
Hablamos del reparto de un pastel descomunal del que todos quieren un trozo. Sea por motivos culturales, de ocio o por trabajo ¨Cpara acudir a un congreso o una feria¨C, la gastronom¨ªa est¨¢ siempre entre las principales razones por las que se escoge un destino. De ah¨ª los esfuerzos de algunos Gobiernos por tratar de posicionar restaurantes en las listas de mayor impacto medi¨¢tico. Es la geopol¨ªtica de la alta cocina. Dentro de una parcela clave en la econom¨ªa, el turismo, a la altura de sectores tan relevantes como el energ¨¦tico, el financiero, las telecomunicaciones, la ciencia o la alimentaci¨®n. Y en esa estrategia, las piezas del tablero siempre se mueven por alguna raz¨®n.
Boquerones marinados
Ingredientes
Para 4 personas
Para los boquerones
- 1 kilo de boquerones
- 2 limones
- Sal
Para la pasta de ajo y la pasta de cebolla
- 2 cabezas de ajo
- 1 cebolla grande
Para el majado
- 100 gramos de pasta de ajo
- 100 gramos de pasta de cebolla
- 20 gramos de miso (pasta aromatizante japonesa)
- Acederas (Rumex acetosa, planta de hojas comestibles)
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
- Brotes
Instrucciones
1. Los boquerones
Cortar las cabezas y retirar los interiores del boquerón. Sacar los lomos eliminando las espinas con cuidado de no quitar mucha carne. Sumergirlos durante 40 minutos en agua con hielo para desengrasar. Disponerlos sin que se toquen en una bandeja cubierta con sal y ralladura de limón, y cubrirlos con otra capa de sal y ralladura de limón.
Dejar reposar durante 10 minutos. Extraerlos de la marinada y retirarles el exceso de sal bajo el grifo con cuidado de no dañar la piel.
3. La pasta de ajo y la pasta de cebolla
Envolver las cabezas de ajo y la cebolla en papel de aluminio. Asar al horno a 180 grados durante 40 minutos. Dejar enfriar. Aplastar los ajos para obtener la pasta. Pelar la cebolla. Triturarla con una batidora de mano hasta obtener una masa.
4. El majado
Mezclar la pasta de ajo junto con la de cebolla y el miso. Cortar las acederas en juliana muy fina y añadirlas a la mezcla anterior. Rectificar de sal.
5. Acabado y presentaci¨®n
Atemperar los boquerones. Hacer unos trazos con el majado en la base del plato. Colocar los boquerones alternando con los brotes. Aliñar con unas gotas de aceite de oliva.
La cebolla
Pertenece a la familia de las ali¨¢ceas. Contiene nitr¨®geno, azufre y quercetina, que posee importantes propiedades antioxidantes. Aporta pocas calor¨ªas: unas 34 por cada 100 gramos de producto comestible crudo.
elpaissemanal@elpais.es
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