Tiemblen, nace el ¡®No me gusta¡¯ universal
Facebook inventa lo que era un lugar com¨²n en los circos romanos
Perdonen los usuarios, esa cifra multimillonaria de adeptos a Facebook entre los que se cuenta este cronista, pero lo que ocurre con esta impresionante red de corazones solitarios en busca de apoyo sentimental se parece cada vez m¨¢s, y m¨¢s peligrosamente, a las pr¨¢cticas de los circos romanos.
Durante a?os hemos vivido confortados y en busca del Me gusta que hab¨ªa, con el dedo alzado, al final de nuestras cuitas cotidianas, de nuestras reflexiones sentimentales, de nuestra manera de ver la vida, aunque fuera la vida chiquita de nuestros cumplea?os. Adem¨¢s, ahora, tiemblen ustedes, temblemos todos, en el circo universal de la amistad se ha inventado lo que ya en aquella Roma inclemente de los circos era un lugar com¨²n: el No me gusta.
Hubo un gran escritor cubano, Severo Sarduy, que cuando se encontraba entre personas que hablaban alto o expresaban disgusto hacia lo que ¨¦l mismo representaba, gritaba como si estuviera ante la calavera de Hamlet: ¡°?Siento una atm¨®sfera sangrienta a mi alrededor!¡±. Pues esa atm¨®sfera sangrienta se pone ahora en marcha en el ¨¢mbito que anta?o, es decir, hasta ahora mismo, se reservaba a las se?ales de la amistad. Facebook fue siempre, desde que naci¨®, un instrumento de relaciones; la gente que se conoce se pide amistad, y espera ansiosa que el vecino, incluso el compadre, la comadre y los hijos le den al dedo positivo. Todos conocemos casos de amigos de toda la vida que se han ofendido porque en ese aire de amistad artificial que se ha creado en la Red no les hemos respondido a golpe de gatillo (o de dedillo) a sus amables requerimientos. Esa velocidad para hacer amigos ha tenido algunas imitaciones sard¨®nicas: una televisi¨®n norteamericana cre¨® El d¨ªa de la enemistad, situado en alguna fecha de noviembre, con un enorme ¨¦xito de p¨²blico. Se trataba de que la gente dijera de cu¨¢ntas personas se hab¨ªa desamistado ese d¨ªa.
Ahora el dedo conoce ya sus dos versiones romanas: a favor y en contra, la amistad y su contrario, lo bueno y lo malo en el cosmos. En las otras redes, en Twitter, sobre todo, se dispara al gaznate del contrario, con seud¨®nimo generalmente, tan solo porque no has apoyado las tesis que proponen los que m¨¢s gritan o los que argumentan con mayor br¨ªo. El nivel de insulto que se ha alcanzado en ese ¨¢mbito ha sido objeto ya de estudios universales, y de sonrojo tambi¨¦n; en esa sucesi¨®n de frases sesudas y de tonter¨ªas inconmensurables (en las que caemos todos los usuarios, este cronista tambi¨¦n, c¨®mo no) se han colado descalificaciones, ruindades, que por otra parte no son distintas del rompe y rasga que se us¨®, por ejemplo, en la ¨¦poca de las palabras como pu?os (que dir¨ªa el estudioso Fernando del Rey) de nuestro aciago tiempo previo a la Guerra Civil.
Pues ah¨ª tenemos ya, asomando su patita, el No me gusta de Facebook. Tiemblen, temblemos; todo Me gusta tiene su No me gusta, naturalmente, pero hasta ahora parec¨ªa que nos ¨ªbamos a privar de este baile sin m¨¢scara que va a desnudar el idilio que esa Red viv¨ªa con la amistad.
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