Afrontar la infertilidad

La infertilidad, al igual que los accidentes o las enfermedades graves, siempre es algo que ¡°les ocurre a los dem¨¢s¡±, y no solemos pensar que nos vaya a pasar a nosotros. Por ello, el diagn¨®stico de infertilidad suele suponer un duro golpe a la pareja, que necesitar¨¢ un tiempo para asimilar la noticia y decidir qu¨¦ pasos dar a continuaci¨®n.

Lejos de ser algo anecd¨®tico, los problemas de fertilidad son cada vez m¨¢s frecuentes, llegando a afectar a una de cada seis parejas. El retraso en la edad reproductiva parece desempe?ar un papel muy importante. Actualmente en nuestra sociedad hay un desfase entre la ¡°edad reproductiva biol¨®gica¡± y la ¡°edad reproductiva social¡±, hasta el punto que esta ¨²ltima comienza ya cuando la biol¨®gica est¨¢ en claro declive (por encima de los 35 a?os en el caso de la mujer).

El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura

Miguel de Unamuno

Cuando una pareja atraviesa la puerta de una cl¨ªnica de reproducci¨®n asistida, suele llevar m¨¢s de un a?o intentando concebir sin ¨¦xito, tiempo al que hay sumar el que se ha estado demorando la decisi¨®n de buscar el embarazo porque ¡°a¨²n no es el momento id¨®neo¡±. A este tiempo tendremos que sumar tambi¨¦n el que implica la decisi¨®n por la reproducci¨®n asistida, las pruebas diagn¨®sticas, listas de espera y los tratamientos, que suelen ser varios y largos.

Uno de los primeros factores que va a marcar el modo de afrontar el tratamiento va a ser la determinaci¨®n de la pareja de pasar a la acci¨®n tras el diagn¨®stico de infertilidad. En ese punto son muchas las personas que se ven abrumadas por la noticia y durante meses o incluso a?os demoran la toma de una decisi¨®n por verse superados. Pero negar la realidad no hace que esta deje de existir: la b¨²squeda de consejo e informaci¨®n despejar¨¢ muchas dudas y ayudar¨¢ a tomar una decisi¨®n.

¡°Rel¨¢jate y ver¨¢s como llega¡±, ¡°mi vecina estuvo dos a?os de tratamientos, fue dejarlos y quedarse ella sola¡±. Estos mensajes se suelen dirigir a la mujer y, aunque bienintencionados, se convierten en un lastre, ya que la responsabilizan del fracaso en conseguir el embarazo, lo que contribuye al estr¨¦s y culpa que forman parte casi indisoluble del proceso. El mensaje que impl¨ªcitamente se est¨¢ transmitiendo es bastante perverso: ¡°Tu deseo de tener hijos no te deja tener hijos¡±. La decisi¨®n de formar una familia constituye un tema demasiado importante como para ¡°no obsesionarse¡±. Los esfuerzos ¨Cinfructuosos¨C por ¡°no obsesionarse¡± pueden generar a¨²n m¨¢s ansiedad y culpa, al sentir que no se es capaz de erradicar aquello que est¨¢ dificultando el proceso. Entender como algo natural la preocupaci¨®n, la tristeza y la ansiedad de este proceso suele tener un efecto mucho m¨¢s beneficioso y ¡°desculpabilizador¡±.

En contra de la creencia popular, el estr¨¦s no suele ser la causa de la infertilidad, pero s¨ª es una de las consecuencias m¨¢s frecuentes de la misma, est¨¢ presente durante todo el proceso de reproducci¨®n asistida y, como veremos, puede acabar teniendo un papel demasiado importante si no se controla.

Tambi¨¦n existe una creencia popular muy extendida acerca del papel del optimismo y el pesimismo durante la reproducci¨®n asistida: ¡°Si eres tan pesimista, las cosas no ir¨¢n bien¡±, ¡°Tienes que ser m¨¢s optimista, con esa actitud no vas a ning¨²n lado¡±. ?Qu¨¦ hay de cierto en todo ello? El optimismo o el pesimismo, per se, no tienen influencia directa en este proceso, m¨¢s all¨¢ del estado an¨ªmico que generan en quien tiene estas emociones. Enfrentarse al proceso con optimismo probablemente va a provocar sentirse mejor y con menos angustia; hacerlo con pesimismo probablemente derivar¨¢ en sentirse mucho peor.

Uno de los principales motivos de fracaso en reproducci¨®n asistida es el abandono temprano del tratamiento: hasta un 25% de las parejas lo dejan tras un primer ciclo negativo. Lo hacen porque se sienten desbordadas a nivel f¨ªsico y emocional, y ah¨ª desempe?an un papel muy importante el estr¨¦s y el pesimismo. Es por esto que acaba siendo determinante un buen abordaje psicol¨®gico durante el proceso para aumentar la probabilidad final de ¨¦xito. Ya que el 80% de las parejas logran un embarazo en los tres primeros ciclos de fecundaci¨®n in vitro, lograr un buen ajuste psicol¨®gico que evite el abandono temprano se convierte en una meta crucial.

La infertilidad es un problema de pareja, no de la mujer. Es importante y necesario que sean los dos miembros de la pareja quienes acudan a todas las visitas m¨¦dicas, pruebas, entrevistas, sesiones de apoyo psicol¨®gico¡­ Ahora m¨¢s que nunca hay que trabajar en equipo.

La familia y los amigos. Al ser dif¨ªcil llevar este proceso de modo privado, es importante delimitar cu¨¢l ser¨¢ su papel. ?Qu¨¦ se quiere compartir con ellos? Muchas parejas deciden limitar la informaci¨®n que proporcionan a su c¨ªrculo m¨¢s cercano para evitar el estr¨¦s derivado de sus preguntas y demandas de informaci¨®n. No obstante, el aislamiento no es bueno; es recomendable contar con alguna persona de confianza que les pueda dar apoyo y soporte emocional.

?Buscar informaci¨®n o dejarse llevar? Hay personas a las que les ayuda mucho recopilar enormes cantidades de informaci¨®n, estad¨ªsticas y testimonios acerca del proceso, ya que esto aumenta su sensaci¨®n de control y disminuye la incertidumbre. Otras prefieren ¡°dejarse llevar¡± y saber lo menos posible. No hay una opci¨®n que sea la mejor por defecto, todo depender¨¢ del modo de afrontarlo que tenga cada uno.

Fijar fronteras. Deben acordar cu¨¢les van a ser los l¨ªmites que pongan al tratamiento: a cu¨¢ntos ciclos de inseminaci¨®n artificial o fecundaci¨®n in vitro est¨¢n dispuestos a someterse, cu¨¢nto dinero pueden invertir, cu¨¢nto tiempo se pueden dar¡­ Fijar estos techos ayudar¨¢ a delimitar algo poco controlable.

Siempre hay que tener un plan, saber cu¨¢l va a ser el siguiente paso a dar tanto si los resultados son positivos como negativos. ¡°Si esto falla, ?vamos a donaci¨®n?, ?adoptamos?, ?tiramos la toalla?¡± No basta con un plan B, tambi¨¦n hay que tener un plan C y D. Esto les ayudar¨¢ a disminuir la incertidumbre y aumentar¨¢ su sensaci¨®n de control.

Nuestra mayor gloria no est¨¢ en no haber ca¨ªdo nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos

Oliver Goldsmith

Hay un momento especialmente delicado que transcurre desde el final del tratamiento hasta la prueba de embarazo. Suelen ser dos semanas en las que cesan de golpe todas las visitas m¨¦dicas y ¡°solo¡± hay que esperar al resultado. Las parejas conocen este periodo como la betaespera (la ¡°beta¡± es el valor de la hormona betaHCG que determina si ha habido embarazo o no). Suele ser emocionalmente muy intenso, y durante el mismo es recomendable realizar actividades placenteras que rompan con la rutina (hacer excursiones, quedar con amigos¡­) y no centrar todo el tiempo ¨²nicamente en esperar los resultados.

Viktor Frankl

La beta es negativa, ?ahora qu¨¦? Es importante asumir que los resultados negativos forman parte del proceso. Cada fracaso duele mucho, es ingenuo esperar lo contrario, pero enfocarlo positivamente ser¨¢ determinante para lograr el objetivo final: de cada experiencia se obtiene informaci¨®n muy valiosa que ayuda a planificar mejor la siguiente intervenci¨®n y, con ello, maximizar las posibilidades de ¨¦xito. Recuerda que, ya de por s¨ª, la reproducci¨®n ¡°no asistida¡± es muy compleja.

Winston Churchill

?La beta es positiva!, ?ahora qu¨¦? Muchas parejas se sienten desorientadas al llegar a este punto. Es algo que llevan tanto tiempo esperando que quiz¨¢ han idealizado lo que deber¨ªan sentir. ?Que qu¨¦ sienten? Habitualmente, miedo. No suele haber fuegos artificiales ni m¨²sica ¨¦pica al ver el resultado, hay una mezcla de emociones muy intensas entre las que predominan, obviamente, la alegr¨ªa, pero el miedo y la ansiedad tienen un papel muy importante. Muchas parejas llegan a este punto despu¨¦s de meses o incluso a?os en los que apenas han recibido buenas noticias acerca del proceso, est¨¢n acostumbrados a perder. Y no se creen que, por fin, han alcanzado la meta. Este miedo poco a poco se desvanece y da lugar a otras emociones.

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