Si su padre y su abuelo son calvos, ?usted tambi¨¦n lo ser¨¢?

Sean Connery, Yanis Varufakis, Bruce Willis, Fredrik LJungberg, Zinedine Zidane¡­ Son ejemplos de famosos que demuestran que la alopecia no es, ni mucho menos, sin¨®nimo de perder el atractivo. E incluso hay estudios, como el realizado en 2012 por el profesor Albert E. Mannes, de la Universidad de Pensilvania (EE UU), que aseguran que los calvos parecen m¨¢s altos, fuertes y varoniles. Sin embargo, a ning¨²n hombre le entusiasma la posibilidad de perder el pelo y, si sus ascendientes son calvos, la inquietud por acabar con la alopecia termina haciendo mella tarde o temprano. ¡°Es un temor comprensible, porque la ca¨ªda del cabello incide directamente en la imagen del individuo y puede mermar su autoestima, sobre todo si coincide con la entrada en la d¨¦cada de los 40. Pero hay que intentar racionalizar este miedo. Primero, porque la p¨¦rdida del cabello no tiene nada que ver con hacerse viejo ni con perder la masculinidad; y, segundo, porque el hecho de que el padre y el abuelo sean calvos no significa que la tercera generaci¨®n vaya a sufrir alopecia de forma irremediable, como popularmente se cree. Hoy en d¨ªa se puede hacer mucho para frenarla¡±, explica el doctor Alberto Gorrochategui, director de la Cl¨ªnica Dermatol¨®gica Ercilla, de Bilbao.

Desafiando a los genes

Efectivamente, no hay que ser derrotistas: la gen¨¦tica no lo es todo en cuanto al tema de la calvicie y si se adoptan unos h¨¢bitos de vida saludables podemos frenar (o retrasar) su legado. As¨ª lo ha demostrado una investigaci¨®n llevada a cabo en 2013 por expertos del Hospital de la Universidad Case Medical Center de Cleveland, Ohio (EE UU). El ensayo consisti¨® en observar la evoluci¨®n de la alopecia androgen¨¦tica (calvicie com¨²n) en 92 parejas de gemelos id¨¦nticos durante dos a?os, de 2009 a 2011. Pasado el periodo de prueba, los resultados no dejaron lugar a dudas: los hermanos que llevaban una vida sedentaria, los que ten¨ªan sobrepeso, los adictos al tabaco y los que beb¨ªan m¨¢s de cuatro bebidas alcoh¨®licas semanales, presentaban una calvicie mucho m¨¢s acentuada que los que cuidaban su dieta, hac¨ªan deporte y no abusaban del tabaco ni del alcohol. Ambos tipos hab¨ªan perdido pelo, pero la diferencia era abismal. De nuevo, el estilo de vida se destapa como el gran regulador de los genes.

Otro estudio realizado por el doctor Benjamin Wedro, publicado en 2014 en el portal de salud Medicine Health, a?ade a estos h¨¢bitos saludables (dieta equilibrada, poco consumo de alcohol, nada de tabaco y actividad f¨ªsica) otro m¨¢s: no abusar de los esteroides. El motivo radica en que el consumo prolongado de estas sustancias acaba suprimiendo la producci¨®n natural de testosterona, la hormona masculina por excelencia, lo que adem¨¢s de disminuir la cantidad de espermatozoides favorece la alopecia.

Existen infinidad de mitos muy extendidos. Por ejemplo, no es verdad que los masajes en el cuero cabelludo estimulen la ra¨ªz capilar y favorezcan el crecimiento del pelo

A la gen¨¦tica y un estilo de vida global, se unen gestos sencillos que relacionamos con la calvicie, a menudo sin ning¨²n tipo de evidencia. Por ejemplo, no es verdad que los masajes en el cuero cabelludo estimulen la ra¨ªz capilar y favorezcan el crecimiento del pelo ni que el exceso de grasa tapone el fol¨ªculo y haga que el pelo se caiga, ni que por cortarlo a menudo nos vaya a salir m¨¢s fuerte (si ocurriese as¨ª, los adultos lo tendr¨ªamos como pinchos). La doctora Elia Ro¨®, directora de la Cl¨ªnica Clider de Madrid y coordinadora del Grupo Espa?ol de Dermatolog¨ªa Est¨¦tica y Terap¨¦utica de la Academia Espa?ola de Dermatolog¨ªa y Venereolog¨ªa (AEDV), expone sus consejos al respecto:

Lave su cabello cuando le plazca. ¡°Debemos lavarnos el pelo cuando est¨¢ sucio, ni m¨¢s ni menos, y a unas personas se les ensucia antes ¨Cpuede que a diario¨C y a otras despu¨¦s. La necesidad de cada cual es la periodicidad ideal para mantenerlo sano, con brillo y en su sitio. No es cierto que por lavarlo mucho se vaya a caer m¨¢s¡±.

El cepillado no importa. ¡°En contra de lo que a veces se piensa, el cepillado no acelera la alopecia, por lo que podemos peinarnos sin miedo. Eso s¨ª: es m¨¢s recomendable hacerlo con el pelo seco, pues el t¨¢ndem cepillado-humedad resulta m¨¢s agresivo para la estructura capilar y hace que el pelo se vuelva m¨¢s fr¨¢gil y se parta f¨¢cilmente. Al ocurrir esto, cuando nos tocamos la cabeza nos da la impresi¨®n de que tenemos menos pelo, pero la cantidad es la misma, lo que sucede es que tenemos menos volumen porque hay hebras que se han partido¡±.

Opte por un secado seguro. ¡°Es innegable que el uso del secador reseca el cabello, pero no da?a su ra¨ªz, por lo que tampoco aumenta el riesgo de que este se caiga, aunque s¨ª de que se parta, como pasa con el cepillado. El truco para que su uso nos afecte lo menos posible es mantenerlo a unos 10 cent¨ªmetros de distancia del cuero cabelludo y ponerlo a una temperatura media¡±.

T¨ª?ase sin miedo. ¡°Estos productos tampoco propician la alopecia, puesto que no afectan a la ra¨ªz capilar, sino al tallo. Donde s¨ª influyen es en el aspecto y en el estado del pelo. Para que lo estropeen lo menos posible hay que intentar espaciar los tintes, evitar las decoloraciones y optar por los productos con menor contenido en amoniaco¡±.

Evite peinados inc¨®modos. ¡°Las coletas y trenzas muy tirantes, tan de moda durante el verano, ejercen una tracci¨®n constante y pueden arrancar el pelo de ra¨ªz y provocar calvas localizadas y temporales. En los casos m¨¢s extremos incluso pueden llegar a producir una alopecia cicatrizal, que hace que el pelo no vuelva a crecer, pero afortunadamente esto no es muy frecuente¡±.

Luche contra las malas ma?as. ¡°Es especialmente agresivo el tic de arrancarse el pelo que algunas personas adoptan mientras hablan por tel¨¦fono o leen, porque a base de la repetici¨®n constante acaba inhibiendo el crecimiento capilar. Es lo mismo que sucede cuando nos depilamos con pinzas o con cera, que, pasado un tiempo, deja de salir¡±.

Solo hace el 25% de los afectados acuden a un dermat¨®logo cuando aprecian las primeras muestras de la calvicie

Los expertos consultados son claros: ¡°Acudir al dermat¨®logo sin demora, nada m¨¢s percibir los primeros s¨ªntomas de ca¨ªda, puede ayudar a frenar el proceso¡±, sentencia el doctor Gorrochategui. Y esto es algo que, seg¨²n datos recogidos por la firma Svenson, especializada en la salud del cabello, solo hace el 25% de los afectados. ?Por qu¨¦? Porque la inmensa mayor¨ªa est¨¢ convencida de que su problema no tiene soluci¨®n. ¡°Es un error pensar as¨ª. Si una persona acude al especialista en cuanto nota que se le est¨¢ empezando a caer el pelo, este podr¨¢ diagnosticar el tipo de alopecia que presenta y proponer el tratamiento m¨¢s adecuado para su caso, que seguramente ser¨¢ a base de productos de farmacia que contengan principios activos. Estos champ¨²s y lociones no son cosm¨¦ticos, sino medicamentos, y resultan muy eficaces siempre que se utilicen tal y como indica el dermat¨®logo. En los casos m¨¢s agudos es probable que el paciente tenga que tratarse con minoxidil, de uso t¨®pico, y finasterida, por v¨ªa oral, que son los dos f¨¢rmacos por excelencia contra la calvicie¡±, apunta Gorrochategui. Seg¨²n la dermat¨®loga Elia R¨®o, estos f¨¢rmacos, tal como documenta la Biblioteca Nacional de Medicina de EE UU, mejoran el aspecto del cabello y promueven el crecimiento en las zonas donde a¨²n hay fol¨ªculo, "pero han de tomarse de por vida para que sus efectos perduren, siempre bajo prescripci¨®n m¨¦dica".

Ahora bien, puesto que la ca¨ªda y renovaci¨®n del cabello es un asunto normal, ?c¨®mo sabemos que ha llegado el momento de pedir ayuda? ¡°Nadie debe asustarse al ver unos cuantos pelos en el cepillo despu¨¦s de peinarse; de hecho, diariamente renovamos alrededor de 100. La voz de alarma debe saltar si nos sorprende la cantidad de hebras que dejamos a diario sobre la almohada y adem¨¢s notamos el cabello m¨¢s d¨¦bil y con menos brillo que de costumbre. Estos s¨ªntomas denotan que debemos ponernos en manos del especialista¡±, concluye la doctora.