Un cura dio la ¡°m¨¢s bella explicaci¨®n de la Creaci¨®n¡±, seg¨²n Einstein
El padre del Big Bang, Georges Lema?tre, fue sacerdote adem¨¢s de formidable matem¨¢tico
Sabido es que ciencia y religi¨®n nunca han mezclado demasiado bien. Hubo un tiempo, ya lejano, en el que conciliar ambos t¨¦rminos era no s¨®lo recomendable, sino casi obligatorio. Y, si no, que le pregunten a las cenizas de Giordano Bruno o a su compatriota Galileo, conminado muy a su pesar a recolocar la Tierra en el centro del Universo cuando ¨¦sta ya hab¨ªa encontrado su lugar. Si los cat¨®licos lo pasaban mal, mejor no les iba a los protestantes y as¨ª, Kepler, coet¨¢neo de los anteriores, a punto estuvo de ver a su madre arder en la hoguera igual que al fantasioso de Bruno por su supuesta brujer¨ªa.
Sin embargo, no siempre los prejuicios circulan en el mismo sentido. Incluso en tiempos m¨¢s recientes.
Tal vez un ejemplo de ello sea el f¨ªsico y matem¨¢tico belga Georges Lema?tre. Apenas un cr¨¢ter en la Luna y el nombre de un veh¨ªculo espacial de la ESA ¨Cel ATV5, ya igualmente convertido en cenizas¨C nos lo recuerdan. Y eso que estamos hablando del hombre que se atrevi¨® a corregir ¨Ceducadamente, eso s¨ª¨C al mism¨ªsimo Albert Einstein, prediciendo lo que m¨¢s tarde Edwin Hubble comprobar¨ªa con los telescopios de Monte Wilson: la expansi¨®n del Universo. Lo que hoy todos conocemos como el Big Bang.
Nunca se podr¨¢ reducir el Ser Supremo a una hip¨®tesis cient¨ªfica"
Lema?tre naci¨® en Charleroi (B¨¦lgica) en 1894. Apasionado por las ciencias y la ingenier¨ªa, tuvo que interrumpir sus estudios con veinte a?os para defender a su pa¨ªs, inmerso en la Primera Guerra Mundial, siendo incluso condecorado como oficial de artiller¨ªa. No debi¨® de gustarle nada lo que all¨ª vivi¨® y, horrorizado, decidi¨® tomar los h¨¢bitos y ordenarse sacerdote. Corr¨ªa el a?o 1923. Pero Lema?tre no abandon¨® su primera vocaci¨®n. Su formaci¨®n acad¨¦mica en f¨ªsica y matem¨¢ticas fue formidable, comenzando por su paso por la Universidad de Cambridge y terminando con su doctorado en el todav¨ªa m¨ªtico MIT estadounidense, instituci¨®n en la que se doctorar¨ªa.
Poco despu¨¦s ¨Cen el a?o 1927¨C publicar¨ªa en una revista local el esbozo de su modelo de universo. Partiendo de los postulados de Einstein ¨Cun cosmos est¨¢tico de masa constante¨C llega a un resultado totalmente diferente: el radio del universo ten¨ªa que crecer de forma continua para ser estable. Al enterarse, el genio alem¨¢n rechaza la idea con virulencia: "Sus c¨¢lculos son correctos, pero el modelo f¨ªsico es atroz". Y eso que Lema?tre siempre har¨ªa uso de la famosa constante cosmol¨®gica inventada por el propio Einstein, de la que m¨¢s tarde el alem¨¢n renegar¨ªa con mayor vehemencia incluso que la utilizada por Galileo para escapar de la pira purificadora. En 1931 su trabajo alcanza las p¨¢ginas de Nature, y en ¨¦l se detalla su teor¨ªa completa del ¡®¨¢tomo primigenio¡¯ o ¡®huevo c¨®smico¡¯, deriv¨¢ndose de entre sus l¨ªneas lo que luego dar¨ªa en llamarse exclusivamente Ley de¡ Hubble.
Einstein, agn¨®stico, recelaba del cura belga. Pero lo admiraba
Einstein y Lema?tre coincidir¨ªan en varias ocasiones. Einstein, agn¨®stico, recelaba del cura belga, puesto que su modelo cosmol¨®gico l¨®gicamente arrastraba a un origen ?divino? en el espacio-tiempo, y eso no le gustaba ni a ¨¦l ni a muchos astrof¨ªsicos. Pero lo admiraba. En una ocasi¨®n, durante una estancia en Bruselas y disertando ante un erudito auditorio, Einstein espet¨®: "Supongo que no habr¨¢n entendido nada, a excepci¨®n claro est¨¢ del abate Lema?tre". En territorio comanche, juntos en Princeton, Einstein tambi¨¦n dejar¨ªa caer al o¨ªr?predicar a su colega belga: "?sta [por Lema?tre] es la m¨¢s hermosa explicaci¨®n de la Creaci¨®n que nunca haya escuchado". Otra cosa es que hablara realmente en serio.
Como es natural, la fama de Lema?tre no tard¨® en llegar al Vaticano. A pesar de los despectivos intentos del tan brillante como lenguaraz Fred Hoyle y los seguidores de la teor¨ªa del universo estacionario ¨Cel mismo Hoyle, durante un programa de radio de la BBC, bautizar¨ªa con bastante mala intenci¨®n la teor¨ªa de Lema?tre como Big Bang en 1949¨C, el modelo de universo en permanente expansi¨®n era imparable. Georges Lema?tre ocupar¨ªa durante su vida distintos cargos en la Academia Pontificia de las Ciencias, siendo asesor personal del papa P¨ªo XII. Y ¨¦ste no quer¨ªa dejar pasar semejante oportunidad. Si el Universo tiene 13.700 millones de a?os, ?importar¨ªa mucho que se creara en los siete d¨ªas b¨ªblicos o en poco m¨¢s de 10-35 segundos? Con gran pesar de P¨ªo XII ¨Cque, curiosamente, fue elogiado por Einstein en su defensa de los jud¨ªos durante la Segunda Guerra Mundial¨C, Lema?tre huy¨® de explotar la ciencia en beneficio de la religi¨®n. Suyas son las palabras:
Tras escuchar a Lema?tre, el prudente P¨ªo XII abandon¨® la idea de hacer del Big Bang un dogma de fe
"El cient¨ªfico cristiano tiene los mismos medios que su colega no creyente. Tambi¨¦n tiene la misma libertad de esp¨ªritu, al menos si la idea que se hace de las verdades religiosas est¨¢ a la altura de su formaci¨®n cient¨ªfica. Sabe que todo ha sido hecho por Dios, pero sabe tambi¨¦n que Dios no sustituye a sus criaturas. Nunca se podr¨¢ reducir el Ser Supremo a una hip¨®tesis cient¨ªfica. Por tanto, el cient¨ªfico cristiano va hacia adelante libremente, con la seguridad de que su investigaci¨®n no puede entrar en conflicto con su fe". Tras escuchar a Lema?tre, el prudente P¨ªo XII abandon¨® la idea de hacer del Big Bang un dogma de fe.
Georges Lema?tre falleci¨® en 1966, s¨®lo dos a?os despu¨¦s del hallazgo irrefutable de la radiaci¨®n del fondo de microondas, el eco proveniente del origen del Universo, de su Big Bang. Quiz¨¢ su nombre pintado en la chapa de un carguero espacial no haga justicia suficiente a una mente ¡ªcreyente o no¡ª divina.
Enrique Joven ?lvarez es doctor en Ciencias F¨ªsicas y trabaja como ingeniero en el Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias (IAC). Compagina sus tareas cient¨ªfico- t¨¦cnicas con la divulgaci¨®n y la escritura de ficci¨®n. Ha publicado dos novelas con la astronom¨ªa como eje principal: 'El Castillo de las Estrellas' (RocaEditorial, 2007) y, recientemente, 'El Templo del Cielo' (RocaEditorial, 2013)
Cr¨®nicas de AstroMAN?A es un espacio coordinado por el Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias (IAC), donde se publican relatos con el Universo como inspiraci¨®n, desde an¨¦cdotas hist¨®ricas relacionadas con la astronom¨ªa hasta descubrimientos cient¨ªficos actuales. Un viaje literario por el espacio y el tiempo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.