Cerquita

Como esos autores que nunca llegan a publicar una obra maestra pero ejercen influencia por ser los primeros en abrir un camino, prestarse a un experimento suicida o dar con un ritmo ¨²nico a la manera de Gertrude Stein, P¨ªo Cabanillas fue el gran padrino de una camada de l¨ªderes gallegos que crecieron a la sombra de su inteligencia y sus modales maquiav¨¦licos. En un hombre tan lleno de matices no es extra?o que la gran an¨¦cdota con la que se le presenta, y que ejemplifica como ninguna su atravesada inteligencia, sea ap¨®crifa: la que lo muestra grit¨¢ndole a Fraga, tras ser sorprendidos los dos desnudos d¨¢ndose un chapuz¨®n, que se tape la cara, no los huevos. Fue ministro de Informaci¨®n y Turismo de un Gobierno criminal caracterizado, en su versi¨®n menos ruinosa, por la cleptocracia y el enchufismo; Cabanillas, sin embargo, en una de sus cumbres parad¨®jicas, no cedi¨® a amiguismos y mantuvo la prohibici¨®n de publicar las obras de su t¨ªo Ram¨®n Cabanillas, poeta de las letras gallegas cuya obra era publicada en todo el mundo salvo en su pa¨ªs.

De todas las frases citadas de Cabanillas mi preferida es la que mejor recita su alumno Mariano Rajoy. Rajoy anot¨® de esa figura pol¨ªtica, una efigie inm¨®vil y patrimonial, que lo m¨¢s seguro en la vida es estar siempre cerca del poder, aunque sean los contrarios. Cabanillas dijo una vez: ¡°Yo siempre he mandado muy poco, pero anduve cerca de lo que se decid¨ªa, que quiz¨¢ es lo m¨¢s importante. Yo dir¨ªa que el poder de decidir cosas me es indiferente, pero me preocupa saber a d¨®nde se va, estar al tanto de por d¨®nde no hay que ir¡±. Decir que le preocupa saber a d¨®nde ir para estar al tanto, principalmente, de d¨®nde no hay que hacerlo, es uno de los rasgos que mejor define a Cabanillas y por extensi¨®n a Rajoy. Para ello Cabanillas estuvo siempre al lado del poder, ¡°cerca de lo que se decid¨ªa¡±, y Rajoy sigui¨® siempre ese camino con tanto ¨¦xito que de forma absurda se dio de bruces con el poder mismo y se dedic¨® a ejercerlo como si estuviese al lado.

A poco que uno haya prestado atenci¨®n a las ¨²ltimas entrevistas de Rajoy se da cuenta de que el problema del PP es que su presidente act¨²a como una persona que est¨¢ muy cerca del poder, alguien que merodea las estancias donde se toman las decisiones para saber cu¨¢les son los caminos que no tomar, y en ese ejercicio no repara en que la persona a la que ronda con la satisfacci¨®n de ser tan influyente es ¨¦l mismo. Gobierna como valido de un fantasma y su indefinici¨®n es natural: ¨¦l s¨®lo tiene que enterarse, no enterar. Un presidente puramente transitivo.