En 'La nave del misterio' no falta de nada
Visitamos la exposici¨®n comisariada por Iker Jim¨¦nez, y a¨²n seguimos en shock
¡°Si jugases a Dragones&Mazmorras, ¨¦stas cosas no te vendr¨ªan de nuevo¡±.Estoy admirando al basilisco, una de las bestias imposibles de La Nave del Misterio, y el que me habla es uno de los muchos asistentes a esta exposici¨®n orquestada por Iker Jim¨¦nez. M¨¢s tarde me pedir¨¢ que le haga una foto con el yeti. Pero empecemos por el principio.
La mayor sorpresa nada m¨¢s llegar al Teatro Coliseum de Barcelona, un mi¨¦rcoles, a las cinco de la tarde, es encontrar cola. Mucha cola. Y eso que algunos asistentes a¨²n no est¨¢n haci¨¦ndola: a falta de unos minutos para que abran las puertas, el alien¨ªgena con auriculares, situado al lado de las taquillas, es la atracci¨®n con la que todo el mundo quiere hacerse una foto. No ser¨¢ la ¨²ltima que se hagan durante la pr¨®xima hora, pero eso era algo que a¨²n no sab¨ªa.
La cola empieza a avanzar, y el portero, antes de que crucemos el umbral hacia La Nave del Misterio, nos recuerda que s¨®lo disponemos de sesenta minutos para ver toda la exposici¨®n. Subimos las escaleras y ya empiezan las primeras aglomeraciones: todo el mundo lo fotograf¨ªa todo, excepto la barandilla y las l¨¢mparas. Ni siquiera hemos llegado a la primera estancia y, en lugar de sentirte en el Coliseum, el ambiente es m¨¢s parecido al de los aleda?os de la Sagrada Familia. Al llegar a la primera sala, dedicada al chamanismo, la t¨®nica se impone: los asistentes a la exposici¨®n no entienden de distancias prudenciales para con lo expuesto, pidiendo a sus acompa?antes que les hagan fotos al lado de cualquiera de los elementos que Iker Jim¨¦nez ha tenido la deferencia de poner a disposici¨®n de su p¨²blico. No hay barreras f¨ªsicas entre los trajes cham¨¢nicos -como tampoco nos las encontraremos m¨¢s adelante- y los fans de Iker. Los empleados del museo, por su parte, tampoco parecen preocupados por la actitud de los, si me permit¨ªs, cuartomilleniers.
Lo que hay que entender sobre La Nave del Misterio es que est¨¢ en las ant¨ªpodas de cualquier otra exposici¨®n; es una antiexposici¨®n. La reverencia ante la forma de arte que dispone -r¨¦plicas, b¨¢sicamente- es dinamitada por los asistentes al no existir separaci¨®n entre un grupo (r¨¦plicas expuestas) y otro (cuartomilleniers). La Nave del Misterio, de la misma forma que el programa Cuarto Milenio, es popular hasta sus ¨²ltimas consecuencias, y te das cuenta los primeros cinco minutos de los cincuenta y cinco que te quedan, con lo que s¨®lo queda una opci¨®n: disfrutar como un ni?o peque?o. La Nave del Misterio es todo eso que el tren de la bruja promete y no da; es una atracci¨®n entre el circo victoriano y La Casa de los 1.000 cad¨¢veres. No hago este click hasta que, en la estancia dedicada a extraterrestres, la chica a mi lado pregunta a su pareja sobre el significado de la palabra ¡°uf¨®logo¡±. Minutos antes y en otra estancia, pasamos por la figura de Mateo Morral, cuyo cartel, pese a que el anarquista luce un tiro en el pecho, asegura que muri¨® en extra?as circunstancias. Como un ni?o peque?o, insisto.
Cada habitaci¨®n es, aunque parezca mentira, mejor que la anterior: de los aliens (mi coraz¨®n a¨²n est¨¢ all¨ª, con uno llamado Tiete de Villares de Saz, Cuenca) pasamos a una sala de animales grotescos, de ¨¦pocas pasadas, futuras, o directamente salidos de leyendas populares; tambi¨¦n pudimos encontrar una ¡°recreaci¨®n exacta de la cocina donde aparecieron las caras de B¨¦lmez¡± justo al lado de una vitrina en la que destacaba uno de los libros de Iker; en el apartado de criminolog¨ªa, me gustar¨ªa reivindicar un dummie forense llamado CSI JES?S donde el hijo de Dios, nada m¨¢s lejos de estar abierto en canal, yac¨ªa magullado al lado de todos los utensilios que utilizaron para torturarlo; de entre los monstruos popularizados por el cine, me impact¨® sobretodo la descripci¨®n de Almas, ¡°yeti de la antigua e inaccesible Uni¨®n Sovi¨¦tica¡±.
Pero fue frente al basilisco, como explicaba al principio del art¨ªculo, donde uno de los cuartomilleniers me hizo despertar del sue?o trash en el que estaba sumido. Me dice que se llama Josep Mar¨ªa y que si le puedo hacer una foto con el yeti, a lo que accedo a cambio de que me cuente qu¨¦ est¨¢ haciendo all¨ª exactamente: ¡°Soy muy fan del programa. Iker sabe apartar lo aburrido y que todo sea crema, incluso las mierdas m¨¢s manidas, como el asesinato de JFK y cosas as¨ª. Quer¨ªa ver c¨®mo manten¨ªa el esp¨ªritu del programa montando una exposici¨®n de putos mu?ecos. Yo de cr¨ªo era muy aficionado lo paranormal. Compraba una enciclopedia por fasc¨ªculos que se llamaba Lo Inexplicado, que encuadernaba yo mismo. Pasados los a?os dej¨¦ de creer en todo aquello, pero me segu¨ªa produciendo fascinaci¨®n¡±.
Si a m¨ª me deleitaron especialmente los mu?ecos diab¨®licos de la exposici¨®n, como Anabelle, a la que recientemente dedicaron una pel¨ªcula, o Robert, un mu?eco vud¨² de m¨¢s de un metro de altura, las preferencias de Josep Mar¨ªa iban por otro derroteros: ¡°Lo que m¨¢s me ha gustado han sido los monstruos sacados del libro Monstruos despu¨¦s del hombre, una criaturas que supuestamente existir¨¢n miles de a?os despu¨¦s de que nuestra especie se extinga. Son evoluciones de animales actuales, o cruces entre ellos, como la foca-murci¨¦lago. El libro del que est¨¢n sacados es muy ignoto, y ver que Iker ha cogido esa referencia, que no tiene nada que ver con fen¨®menos paranormales o criptozoolog¨ªa, y la ha integrado en la exposici¨®n me ha encantado. De la misma forma podr¨ªa haber metido material de las novelas de Conan o de El Se?or de los Anillos; podr¨ªa haber puesto un drag¨®n. Igual es que se quedaron cortos de contenido, como en la secci¨®n de barcos desaparecidos: inclu¨ªan el Titanic y dec¨ªan que desapareci¨® en 1912. ?Desapareci¨®? Pero si hasta conocemos el cuadrante donde est¨¢ hundido, qu¨¦ me est¨¢s contando¡±.
Mientras nos dirigimos juntos hacia la puerta de salida, donde nos despide El Hombre Elefante y su, si la comparamos al misticismo de las precedentes, desganada descripci¨®n -¡°el freak m¨¢s famoso de la historia, que muri¨® al desnucarse mientras dorm¨ªa, por el peso de su cr¨¢neo¡± -, hablamos de nuestros acompa?antes en estos fascinantes sesenta minutos: ¡°Entre el p¨²blico hay dos perfiles muy claros. Por un lado, est¨¢n los beliebers, los que se lo creen a pies juntillas, como una mujer que estaba fotografiando a la Vampira de Venecia mientras susurraba su nombre, o como una familia que pon¨ªa en tela de juicio la historia que nos han contado porque hab¨ªa expuesto un avi¨®n prehist¨®rico; por otro lado, est¨¢n los que mantienen una posici¨®n c¨ªnica, pero a la vez respetuosa, porque lo que est¨¢ haciendo Iker tiene valor. Un valor pop. Pagar la entrada merece la pena. Es m¨¢s caro que ir al cine, pero esta exposici¨®n es m¨¢s memorable que ninguna de las pel¨ªculas en cartelera¡±.
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