Las manos y los pies del ¡®eslab¨®n perdido¡¯ hablan de su doble vida
El Homo naledi, una especie humana hallada en Sud¨¢frica, ten¨ªa manos capaces de crear y utilizar herramientas, pero manten¨ªa rasgos apropiados para trepar a los ¨¢rboles
Hace menos de un mes, se present¨® en p¨²blico a Homo naledi, una nueva especie humana. Sus descubridores lo describieron a partir del an¨¢lisis de 1.500 f¨®siles humanos de al menos 15 individuos encontrados en una cueva pr¨®xima a Johannesburgo (Sud¨¢frica). El estudio inicial suger¨ªa que aquellos cad¨¢veres fueron depositados all¨ª por sus cong¨¦neres, un comportamiento funerario que se hab¨ªa asociado a especies humanas m¨¢s avanzadas. Los naledi combinan rasgos m¨¢s primitivos, como un cerebro de peque?o tama?o, con unos dientes peque?os, habituales en los hom¨ªnidos m¨¢s modernos. Caracter¨ªsticas como estas, unidas a la imposibilidad de precisar cu¨¢ndo vivieron, han dejado muchas inc¨®gnitas sobre la etapa de la evoluci¨®n en la que localizarlo.
Esta semana, la revista Nature Communications publica dos an¨¢lisis de las manos y los pies de los hom¨ªnidos sudafricanos y los resultados muestran esa naturaleza h¨ªbrida entre rasgos que se suelen asociar a los simios y otros que se suelen relacionar con los humanos.
El an¨¢lisis comparativo de las manos de esta especie con las de otros humanos, liderado por Tracey Kivell, investigadora de la Universidad de Kent, muestra que la mu?eca y la palma se parecen a las de los neandertales o los humanos modernos, y como estos cuenta con un pulgar largo y fuerte. Todos estos rasgos sugieren que ten¨ªa la capacidad de manejar herramientas con precisi¨®n. Por otro lado, los huesos de los dedos, m¨¢s largos y curvados, indican que tambi¨¦n manten¨ªan la habilidad para trepar a los ¨¢rboles y moverse por sus ramas.
En el estudio de los pies, liderado por William Harcourt-Smith, se observan caracter¨ªsticas similares a las manos. Por un lado, tienen similitudes con los pies de los humanos modernos, bien adaptados a caminar erguidos. Sin embargo, los dedos de los pies tambi¨¦n tienen los huesos m¨¢s curvados que los individuos de nuestra especie. En definitiva, parece que manten¨ªa una doble vida que va a seguir dando que pensar a los antrop¨®logos.
En un comunicado de la Universidad de Witwatersrand, Kivell plantea que los rasgos propios del uso de herramientas de Homo naledi en combinaci¨®n con su peque?o cerebro ¡°tiene interesantes implicaciones sobre los requisitos cognitivos necesarios para hacer y utilizar herramientas¡±. Adem¨¢s, considera, que, dependiendo de la edad de los f¨®siles, existe la posibilidad de que esta especie sea la creadora de algunas de las herramientas de piedra que se encuentran en Sud¨¢frica.
No obstante, la existencia de unos rasgos anat¨®micos modernos que permitan utilizar herramientas no implica necesariamente que aquellos homininos lo hiciesen. A principios de este a?o, se present¨® un estudio que suger¨ªa que hace m¨¢s de tres millones de a?os los australopitecos ya ten¨ªan manos similares a las de los humanos modernos. Entonces, algunos cient¨ªficos ya planteaban que el ¨®rgano esencial para fabricar y manejar herramientas es el cerebro y no la mano, y pon¨ªan en duda que con un cerebro tan peque?o como el de los australopitecos se pudiese crear tecnolog¨ªa.
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