La pasarela francesa en seis extravagancias
Desde accesorios humanos hasta monta?as artificiales, pasando por atropellos. Las tendencias que vienen, las que se van y las que nunca llegar¨¢n, seg¨²n la Semana de la moda de Par¨ªs
El ¡®street style¡¯ se va a acabar
Hace ya a?os que hay m¨¢s fot¨®grafos fuera que dentro de los desfiles. Su objetivo era captar a las invitadas m¨¢s sofisticadas o exc¨¦ntricas, pero ha terminado degenerando en un circo. Decenas de mujeres vestidas como ¨¢rboles de Navidad acuden a los shows con el ¨²nico objetivo de ser retratadas, ya que nunca llegan a entrar a las presentaciones. La locura por capturar sus looks es tal que esta semana una reportera fue atropellada mientras persegu¨ªa a las streetstylers. Por redundante (y muchas veces rid¨ªcula) empieza a aburrir a lectores y medios.
Con la pol¨¦mica a cuestas
Si hay una foto que ha trascendido los medios especializados es la del desfile de Rick Owens. El estadounidense decidi¨® colocar a mujeres sujetas por arneses sobre sus modelos. Como si se tratase de mochilas, las chicas pend¨ªan en un ejercicio de contorsionismo de la espalda y hasta el pecho de sus siamesas. ¡°Las correas pueden estar relacionadas con la restricci¨®n, pero aqu¨ª solo sirven de apoyo y para mecer, como un acto de arrullo. Se convierten en lazos de amor¡±, explicaba el dise?ador. M¨¢s all¨¢ de sus intenciones art¨ªsticas, existe un claro r¨¦dito marquetiano. Owens no es principiante en el arte de provocar: en su colecci¨®n para el oto?o/invierno 2015 los pantalones dejaban al descubierto las partes ¨ªntimas de sus modelos masculinos.
Plegarse a un nuevo estilo
De cara a la pr¨®xima primavera, muchos dise?adores han recuperado la t¨¦cnica del plisado. Stella McCartney? la propone en su variante bicolor y deportiva. Valentino la emplea en vestidos para combinar l¨¢minas de encaje con otras de piel. Karl Lagerfeld apuesta por su versi¨®n m¨¢s vintage en faldas que recuerdan a las de las institutrices brit¨¢nicas de la II Guerra Mundial. Y Hedi Slimane remata con tableados su reinterpretaci¨®n de la cl¨¢sica chaqueta Bar, de Dior. Pero, como saben las mujeres voluptuosas, el plisado no es el mejor amigo de las curvas.
El relevo, al rescate
La presi¨®n empresarial limita los excesos creativos de las grandes marcas y parece que solo los reci¨¦n llegados pueden permitirse cierto riesgo. Entre los m¨¢s alabados est¨¢n el franc¨¦s Simon Porte Jacquemus, ganador del ¨²ltimo premio de la Fundaci¨®n Louis Vuitton M?et Hennsy, que en su desfile subi¨® a un caballo a la pasarela; y Demna Gvasalia, fundador de Vetements y nombrado esta semana director creativo de Balenciaga. El alem¨¢n mostr¨® una colecci¨®n de aire grunge y en la que se dejaba notar sus a?os a la ¨®rdenes de Martin Margiela.
Los noventa ya est¨¢n aqu¨ª
Los visionarios de la moda llevan a?os asegurando que los noventa han regresado (est¨¦ticamente) para quedarse. Cada temporada va a ser la definitiva. Pero el revival no termina de cuajar. Ahora, Guillaume Henry, director creativo de Nina Ricci, y, en menor medida, J. W. Anderson, de Loewe, han puesto su grano de arena para perpetuar esta profec¨ªa. Henry emplea siluetas minimalistas en minifaldas rectas y tops de cuello trapezoidal, mientras Anderson las aplica a sus vestidos de piel. Celine, Kenzo y Saint Laurent, con sus vestidos negros y vaporosos, tambi¨¦n contribuyen al retorno de esta tendencia.
Cuando el lujo es exceso
Una forma de demostrar la grandeza de una casa de moda es a trav¨¦s de su colecci¨®n y otra, mediante la puesta en escena que la rodea. A veces, las menos, se dan ambos fen¨®menos a la vez. En Par¨ªs, los montajes de Dior y Chanel compiten siempre en espectacularidad. La primera construy¨® una monta?a artificial cubierta de flores en un patio del Louvre. La segunda, convirti¨® su pasarela en un aeropuerto con sus mostradores de facturaci¨®n y sus pantallas informativas.
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