El hombre que lleva a?os sin hacer sudokus para no sufrir convulsiones
Los m¨¦dicos le descubren una lesi¨®n cerebral tras sufrir ataques al realizar el pasatiempo
Algunos de los grandes descubrimientos sobre el cerebro humano se han logrado gracias a personas que, seguramente, hubieran preferido no tener nada que aportar a la ciencia. Dado que no es muy sano cortar trozos de materia gris de un sujeto vivo para ver qu¨¦ ocurre, una de las pocas formas de experimentar que ten¨ªan los neurocient¨ªficos era estudiando a gente que, como Phineas Gage, sufr¨ªa situaciones nada envidiables. A Gage le atraves¨® la cabeza una barra de hierro en 1848 y sobrevivi¨® muchos a?os, pero la ciencia avanz¨® gracias a que su personalidad cambi¨® para siempre. Monsieur Leborgne era incapaz de decir nada m¨¢s que la s¨ªlaba "tan" y eso permiti¨® descubrir la zona del cerebro asociada al habla, justo la que ¨¦l ten¨ªa da?ada. A Henry Molaison le arrancaron parte del hipocampo para curarle una epilepsia y se convirti¨® en alguien incapaz de generar nuevos recuerdos.
Es bastante simple: cierro los ojos durante uno o dos segundos y cesa el ataque", asegura el afectado, que tampoco puede trabajar con tablas de excel o leer partituras
El ¨²ltimo en a?adirse a la lista es un hombre con un problema muy particular: sufre convulsiones cada vez que intenta hacer un sudoku. De manera irremediable, su forma de afrontar estos pasatiempos?¡ªuna especie de crucigrama num¨¦rico¡ª le hace perder el control del brazo izquierdo, que se mueve sin control: "Cuando hago un sudoku, me concentro en un punto concreto, sin dejar de escanear las opciones horizontal y vertical. Al hacerlo, mi mano izquierda termina desmadr¨¢ndose. Comienza un temblor, sufro calambres en mi mano y se mueve sin control. Esta situaci¨®n tiende a crecer y a terminar en un ataque, a menos que cierre los ojos", explica a Materia por email D. E., el ¨²ltimo de la estirpe de los Phineas Gage. Su vivencia se publica hoy en una revista especializada, JAMA Neurology, porque se trata de un caso "¨²nico", seg¨²n el doctor que le trat¨®, Berend Feddersen.
Feddersen explica c¨®mo el paciente, cuanto ten¨ªa 25 a?os, sufri¨® un terrible accidente mientras esquiaba en los Alpes austr¨ªacos: qued¨® sepultado y sin ox¨ªgeno durante 15 minutos, hasta que un amigo le rescat¨®. A partir de ese momento, sufri¨® algunos episodios de contracciones involuntarias de los m¨²sculos. Pero la situaci¨®n se descontrol¨® tres semanas despu¨¦s, en el mismo momento en que el joven se dispuso a resolver el pasatiempo num¨¦rico. Y le ocurr¨ªa cada vez que lo intentaba: "Mi mano izquierda se convierte en el epicentro de un ataque", explica. Estas convulsiones, similares a las que se sufren por epilepsia, llevaron a los m¨¦dicos a buscar con resonancias magn¨¦ticas el lugar de su cerebro en el que se observaba un pico de actividad al atacar un sudoku (ver v¨ªdeo).
El doctor Feddersen, de la Universidad de M¨²nich, explica que el joven resuelve los sudokus desde una perspectiva espacial, encendiendo la parte centro-parietal del hemisferio derecho del cerebro. Precisamente ah¨ª, donde se activa su imaginaci¨®n visual espacial, se detect¨® una lesi¨®n en el paciente causada con toda probabilidad por el episodio de hipoxia, cuando el cerebro se qued¨® sin ox¨ªgeno tras el accidente. Gracias a los sudokus, y a su forma de hacerlos, los m¨¦dicos descubrieron esta lesi¨®n, que m¨¢s adelante tambi¨¦n se manifestar¨ªa en otras tareas que activan su imaginaci¨®n espacial. Este caso viene a reforzar, adem¨¢s, otros hallazgos anteriores en los que se observ¨® que juegos y tareas espaciales desataban ataques epil¨¦pticos.
Para el sujeto, sin embargo, "es bastante simple" resolver su problema: "Cierro los ojos durante un segundo o dos y el ataque cesa". Ahora, en cualquier caso, lleva cinco a?os sin hacer sudokus y ese mismo tiempo sin sufrir convulsiones. "Por suerte, se produce solo en situaciones muy espec¨ªficas. Conducir un coche no es ning¨²n problema en absoluto. As¨ª que mi vida no se ve muy afectada por el tema de las convulsiones-sudoku", asegura el paciente. "Al trabajar con tablas de excel o leer partituras de piano sucede como con el sudoku. Pero como soy periodista, no uso muchos excel. Y al piano improviso", bromea.
Cuestionado por su papel para la neurociencia como conejillo de Indias accidental, siguiendo la estela de Gage, vuelve a mostrar su sentido del humor: "Por suerte no tengo una barra de metal en la cabeza. Pero, por supuesto, espero que el art¨ªculo y el inter¨¦s de los medios provoque alg¨²n tipo de esfuerzo y conocimiento colectivo. Estoy bastante seguro de que la clave para mi problema est¨¢ ah¨ª fuera, as¨ª que espero que la gente adecuada lea el art¨ªculo. Y, claro, espero que mi caso ayude a alguien m¨¢s por ah¨ª". Una vez m¨¢s, un tipo con mala suerte ayudando a avanzar en el conocimiento del cerebro.
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