Inteligencia emocional para las aulas espa?olas
Una soci¨®loga utiliza un novedoso m¨¦todo educativo que ha triunfado en Portugal
Llamativas telas de colores, corazones hechos con cartulinas y una luz tenue delimitan un espacio muy especial en las aulas de los ni?os de tres a cinco a?os. Lo llaman el rinc¨®n del yo consigo y forma parte de un programa piloto que realizan en colegios canarios y de Oviedo desde 2013. El objetivo es que en ese reservado los peque?os se a¨ªslen de sus problemas, piensen y consigan superar los obst¨¢culos, explica Lorena Crusellas. Hace una d¨¦cada que esta soci¨®loga de 43 a?os inici¨® un novedoso m¨¦todo en Portugal que ahora pretende introducir en Espa?a. La intenci¨®n es que la escuela, adem¨¢s de formar en lo cognitivo, incluya el aprendizaje de las emociones. Es la llamada inteligencia emocional.
"Llevamos trabajando con la adolescencia toda la vida, pero ciertos valores, como la autoestima, se adquieren antes. A un adolescente ya no se le puede cambiar", aclara Crusellas. La soci¨®loga defiende que la gesti¨®n emocional va creciendo desde edades tempranas y echa sus ra¨ªces poco a poco. Por ese motivo en 2006 cre¨® en Portugal la Fundaci¨®n Prevenir, en la que trabajan nueve personas (seis en el pa¨ªs luso y tres en Espa?a). Se encargan de formar al profesorado de los centros educativos para potenciar la autoestima de sus alumnos y evitar problemas introspectivos. Para hacerlo es importante tener herramientas con las que enfrentarse al mundo exterior.
Para Margarita Jim¨¦nez, psic¨®loga infantil en la Cl¨ªnica de la Universidad de Granada (UGR), inteligencia emocional es "la capacidad que tiene una persona para comprender y manejar sus emociones y las de los dem¨¢s con eficiencia". En su opini¨®n esta signatura ayuda a adquirir unas destrezas b¨¢sicas que "sirven y ayudan a desenvolvernos adecuadamente en la sociedad". Jim¨¦nez defiende que la edad id¨®nea para comenzar con este aprendizaje es a partir de los cinco a?os. Explica que su desarrollo est¨¢ vinculado con el sistema l¨ªmbico, el que se encuentra en la am¨ªgdala cerebral, que es el lugar donde se procesan las distintas emociones. Para ella, la experiencia ha demostrado que "si los ni?os conocen, comprenden y controlan sus emociones, logran aprendizajes significativos".
Pero esta metodolog¨ªa tambi¨¦n tiene sus detractores, entre ellos el profesor de secundaria Alberto Royo, autor del libro Contra la nueva educaci¨®n (Plataforma Editorial). Seg¨²n Royo, esta pedagog¨ªa relega el conocimiento y apuesta por "una felicidad ignorante". Su cr¨ªtica se dirige a aquellos que supeditan lo cognitivo a lo afectivo. Considera que "el fin ¨²ltimo de la escuela es transmitir conocimientos". Y a?ade: "Parece que no confiamos en que el conocimiento sea importante y hay que buscar otras f¨®rmulas. Siempre es m¨¢s actractivo decir que los alumnos van a ser emp¨¢ticos, felices. Aprender conocimientos y estudiar es menos sugestivo".
A pesar de que algunos no creen en su trabajo, Crusellas lleva a?os aplicando esta metodolog¨ªa con ¨¦xito. Gracias a sus consejos, los docentes desarrollan un programa de habilidades con el que ayudar a los peque?os a gestionar sus sentimientos. Su m¨¦todo trabaja cuatro puntos distintos: autocontrol; emociones; habilidades sociales y disciplina. "La propia Organizaci¨®n de la Salud (OMS) aconseja tratar l¨ªneas de prevenci¨®n, y eso es lo que hacemos", aclara la creadora del programa.
Crusellas se mud¨® en 2002 a Lisboa para trabajar en el Observatorio Europeo de la Droga y fue all¨ª donde se dio cuenta de que faltaban proyectos de prevenci¨®n que preparara a los j¨®venes a enfrentarse a sus problemas, entre ellos el de las drogas. En ellas se busca algo que falta, lo que esta soci¨®loga atribuye a un d¨¦ficit de autoestima. "No hablamos a los ni?os de drogas, ser¨ªa darle informaci¨®n a quienes no deben tenerla. Lo que hacemos es trabajar las herramientas para que puedan decir que no", se?ala la soci¨®loga.
Toda la formaci¨®n se hace con material espec¨ªfico validado por los expertos. Con ese material es m¨¢s f¨¢cil llegar a los peque?os de tres y cinco a?os (en Portugal lleg¨® a tener alumnos con 15). Para ello han creado los personajes de Nino y Nina, dos ni?os que van a la escuela como ellos y aprenden, no solo matem¨¢ticas, tambi¨¦n a comportarse, a tratar a los dem¨¢s, a entenderse y a quererse. "No es lo mismo estar frustrado que triste, por eso es importante conocer el lenguaje de las emociones", advierte Crusellas.
Hasta el momento, 1.200 maestros y m¨¢s de 20.000 alumnos se han beneficiado del proyecto, la mayor¨ªa en Portugal. En el curso 2013-2014 ni?os de Oviedo y de Canarias, financiados por el Ayuntamiento y la consejer¨ªa de Sanidad respectivamente, comenzaron a seguir el programa. El objetivo de Crusellas ahora es ampliarlo a otros puntos de Espa?a. Su m¨¦todo va dirigido a los docentes que, antes de ponerlo en pr¨¢ctica, deben seguir una preparaci¨®n previa. El curso m¨ªnimo ronda los 300 euros, incluye la formaci¨®n, pero no el material. Luego, los t¨¦cnicos se encargan de supervisar el trabajo y de evaluarlo.
"Los resultados, se ven"
El colegio p¨²blico Aguere de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife), fue uno de los dos centros canarios elegidos para llevar a cabo la prueba piloto en 2013. Tras dos cursos aplicando el m¨¦todo, Lourdes Torres, maestra de infantil en este centro, asegura que los resultados se ven. "Mi experiencia es estupenda. A trav¨¦s de este proyecto consegu¨ª que algunos alumnos conflictivos mejoraran su conducta", destaca. Torres, de 58 a?os, lleva m¨¢s de 30 en la ense?anza y defiende el programa de Crusellas porque, aunque siempre ha trabajado las emociones y la autonom¨ªa de los m¨¢s peque?os, con este m¨¦todo lo hace de "forma sistem¨¢tica". La docente destaca que se puede implicar a las familias, por eso ella organiza talleres a los que acuden padres y abuelos.
"Lo que m¨¢s me sorprende es que ni?os con cuatro a?os sean capaces de autoevaluarse", destaca Carmen Vel¨¢zquez. Ella da clases en el colegio p¨²blico Alonso Navas y Grim¨®n de Los Baldios (Santa Cruz de Tenerife), otro de los centros donde se llevan a cabo las pruebas del proyecto. "Le pregunto todos los d¨ªas a mis alumnos c¨®mo se sienten. Al principio les costaba responder, pero a partir del tercer d¨ªa se abrieron". Vel¨¢zquez se muestra satisfecha con los resultados obtenidos y concluye: "Le damos un significado a las emociones y eso les da a los peque?os la oportunidad de desarrollar cada vez respuestas m¨¢s amplias ante los retos que se les presenta en la vida".
La experiencia de Brains
Los colegios Brains, una instituci¨®n educativa internacional con tres centros privados en Madrid y dos en Gran Canaria, lleva dos d¨¦cadas promoviendo un modelo pedag¨®gico que aumenta las posibilidades de ser feliz en sus estudiantes. El programa Brains Emotions forma a alumnos desde los cinco hasta los 18 a?os. "La inteligencia emocional es algo que se aprende. La felicidad es un camino, no un fin", sostiene Ana Herrero, coordinadora de los departamentos de Orientaci¨®n de los centros Brains.
A simple vista, las matem¨¢ticas y las emociones tienen poco que ver. Para Herrero son dos caras de la misma moneda: "Hay que gestionar el fracaso de que una operaci¨®n no salga, o no lo haga a la primera y siga intent¨¢ndose. Razonar significa estar confiado". El programa de inteligencia emocional en los colegios Brains no se imparte en una asignatura, sino que se trabaja de forma transversal. De lo que se trata es de aprender unas din¨¢micas concretas: regular emociones, identificarlas o desarrollar habilidades sociales.
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