Un salvavidas llamado remesa
Ria, una empresa de transferencias de dinero en ?frica, plantea a los gobiernos alternativas para que la di¨¢spora financie el desarrollo de sus pa¨ªses
Gautier espera pacientemente su turno en la cola, haciendo girar entre los dedos nerviosos su carnet de identidad. Su primo Elys¨¦e le ha enviado 400 euros desde Par¨ªs. Lo necesario para pagar las facturas del piso de estudiante que comparte con su hermana menor, universitaria como ¨¦l, en Riviera 2, un barrio popular de Abiy¨¢n (Costa de Marfil). Los 262.000 francos CFA que viene a retirar de la oficina de Ria le sirven tambi¨¦n para ponerse al corriente con la factura de internet y electricidad del peque?o negocio que acaba de montar en Blocoss, otro barrio popular de la capital econ¨®mica marfile?a. Es un cibercaf¨¦ peque?ito, pintado con amor en colores pastel y dividido mediante tabiques que separan discretamente cinco cabinas individuales, clausuradas con cortinas blancas tras las cuales cinco ordenadores de segunda mano se recalientan con el bochorno y el uso constante.
Gautier espera cubrir sus necesidades b¨¢sicas y las de su cibercaf¨¦ con el dinero de su primo. Mientras va a clase en la Universidad F¨¦lix Houphou?t-Boigny, se las arregla para buscarse trabajillos dando lecciones de ingl¨¦s o arreglando ordenadores, a la espera de que el negocio arranque. Reza por un env¨ªo un poco m¨¢s jugoso que le sirva para pedir un pr¨¦stamo en el banco: quiere renovar los ordenadores y climatizar el cibercaf¨¦ para conservar mejor los equipos y evitar los problemas t¨¦cnicos. Su negocio amanece cerrado por aver¨ªas con frecuencia y apenas genera ingresos para cubrir las reparaciones y el peque?o sueldo de un amigo, Michel, que ejerce de gestor del ciber cuando ¨¦l est¨¢ en clase.
Gautier es uno de los muchos africanos que depende de las remesas no s¨®lo para subsistir y no naufragar ante las contingencias de la vida, sino para alimentar la esperanza de un futuro mejor. A su lado, Christian espera 80 euros de una hermana mayor que ahora vive en B¨¦lgica, destinados a comprar un pa?o para la boda de su cu?ada. Prisca suspira antes de recoger los cien euros de la escolarizaci¨®n de su hija, reci¨¦n llegados de Dallas, Estados Unidos. Simon se guarda el pu?ado de francos CFA que pagar¨¢ los presentes de su familia para el entierro de un familiar cercano en el pueblo, cerca de Yamusukro, en el interior del pa¨ªs.
En contextos como ¨¦ste, en los que el estado no provee con una m¨ªnima seguridad a los ciudadanos y confluyen altas tasas de desempleo y movilidad poblacional, las remesas se convierten casi en el sustento b¨¢sico de una sociedad. Recientemente se supo que en Senegal, por ejemplo, la cantidad de dinero que llega al pa¨ªs como remesas de la di¨¢spora ha superado a la cantidad ingresada como la suma de la inversi¨®n extranjera y la ayuda oficial al desarrollo. El 10 % del PIB senegal¨¦s es imputable a las remesas. Otros pa¨ªses africanos le superan, como Gambia, con el 19%.
El concepto Ria
Riviera 2 queda lejos de Plateau, como se conoce popularmente al barrio de los negocios de la capital econ¨®mica de Costa de Marfil. La imponente sede del Banco Africano de Desarrollo se sit¨²a aqu¨ª, al igual que las sedes de todos los grandes bancos, las instituciones econ¨®micas, las aseguradoras y las grandes compa?¨ªas multinacionales y del pa¨ªs. Su perfil se trufa de rascacielos de vidrieras resplandecientes y las calles borbotean con tipos enchaquetados, coches caros y peque?os y coquetos restaurantes franceses y libaneses.
Igual que en Riviera 2, aqu¨ª tambi¨¦n se puede retirar el dinero de las remesas que env¨ªan los marfile?os de la di¨¢spora. La zona es propicia a las oficinas bancarias refrigeradas e impolutas, donde j¨®venes azafatas vestidas con los colores corporativos ofrecen regalos e informaci¨®n sobre diferentes productos.
Ahora estamos en la sede principal del antiguo BIAO, absorbido y rebautizado como NSIA Banque desde hace un a?o. NSIA es una aseguradora presente en toda ?frica occidental, mientras que el BIAO tiene oficinas en Costa de Marfil y la Rep¨²blica de Guinea. Las entidades bancarias como NSIA ofrecen la posibilidad de enviar y recibir remesas con diferentes compa?¨ªas. Adem¨¢s de Ria, operan sobre el terreno Western Union o MoneyGram, que completan el tr¨ªo de las m¨¢s populares. Europhil o Sigue son otras marcas que se disputan el sector, en franco crecimiento.
Dimitri Brou Assoua, jefe de servicio de Remesas en NSIA, precisa que la entidad mantiene 43 oficinas s¨®lo en Abiy¨¢n, unas 150 en todo el pa¨ªs. ¡°Las remesas progresan, movilizan cada d¨ªa m¨¢s dinero¡±, afirma. ¡°Sirven para cubrir las necesidades familiares, como la vuelta al colegio de los m¨¢s peque?os. Las familias que tienen parientes en el extranjero pueden recibir una ayuda, pero tambi¨¦n los estudiantes marfile?os que est¨¢n en Europa y que necesitan el apoyo familiar desde aqu¨ª. Llega, sobre todo, dinero de Francia y Estados Unidos, aunque tambi¨¦n existe un corredor en la zona de ?frica occidental, con pa¨ªses miembros de la CEDEAO como Burkina o Mali. Hay muchos trabajadores malienses y burkineses en Costa de Marfil que env¨ªan dinero a sus pa¨ªses de origen¡±.
Seg¨²n las ¨²ltimas cifras del sector, Nigeria figura como el primer pa¨ªs africano en el ranquin de las remesas, seguido por Marruecos y Egipto. Se mueven unos 450 mil millones de d¨®lares al a?o en los pa¨ªses en desarrollo y por las oficinas de Ria circulan unos 60 mil millones de ellos.
¡°Por las ventanillas de Ria en la oficina central de NSIA en Plateau pueden pasar unas 50 personas al d¨ªa. Por la totalidad de las oficinas de Ria en el pa¨ªs, unas 20.000 al mes para enviar y 50.000 para recibir¡±, explica Guy Abokan, encargado de las relaciones comerciales de Ria con los bancos de Abiy¨¢n. ¡°Las remesas que env¨ªa Ria constituyen el 0,5 % del PIB de Costa de Marfil y siguen creciendo¡±.
Ria naci¨® en Nueva York en 1987, gracias a un emprendedor cubano reci¨¦n llegado a la ciudad, Jes¨²s P¨¦rez Santalla. Hoy est¨¢ presente en 130 pa¨ªses con 240.000 oficinas. El cuartel general de Ria para ?frica se encuentra, curiosamente, en Espa?a. ¡°En total, enviamos m¨¢s de medio mill¨®n de transacciones cada mes, lo que nos da una tremenda responsabilidad en lo que ocurre en ?frica¡±, precisa ??igo Mor¨¦, responsable de Business Intelligence para la zona EMEA (Europa, Oriente Medio y ?frica) y Sur de Asia. ¡°Las remesas que mandamos a Gambia son el 3% de su PIB; las de Senegal son el 2%, como en Togo; el 1% en Liberia, Sierra Leona o Etiop¨ªa¡±.
Ria es la segunda empresa m¨¢s popular del ramo en Costa de Marfil. Por delante de ella figura Western Union y por detr¨¢s, MoneyGram.
La confianza o la facilidad en la gesti¨®n de los env¨ªos son determinantes a la hora de escoger una empresa de remesas, pero tambi¨¦n lo son las comisiones. Seg¨²n algunos expertos, el principal motivo por el que las remesas a ?frica son m¨¢s caras que las que se realizan al resto del mundo son los monopolios. Western Union y MoneyGram, por ejemplo, han trabajado con acuerdos de exclusividad que impiden la competencia y mantienen unas tasas elevadas. Gambia sanciona esta exclusividad, Nigeria o Ruanda la proh¨ªben por ley. Sin embargo, es una pr¨¢ctica que persiste en algunas partes del continente africano y que favorece la existencia de remesas informales. La liberalizaci¨®n del sector y la competencia de otras empresas est¨¢n obligando a todas las compa?¨ªas que manejan remesas a reajustar precios para tentar a sus potenciales clientes.
La di¨¢spora puede financiar el desarrollo
El Hadj Malick Seck se sienta en vaqueros, camisa blanca y una gorra deportiva tambi¨¦n blanca en uno de los sof¨¢s de la recepci¨®n del Hotel Sofitel Ivoire. Da la espalda a una vidriera que se abre a una espl¨¦ndida vista de la laguna abiyanesa y a una piscina turquesa ribeteada de cocoteros. Es el director general para ?frica de Ria Money Transfer y reconoce que ¨¦l mismo es producto de las remesas: pudo estudiar gracias a un hermano que enviaba dinero para garantizar su escolarizaci¨®n, al igual que sucede con muchos ni?os africanos que dependen de esas transferencias para poder educarse.
Un taxista camerun¨¦s que recibe dinero en Nueva York y telefonea a sus parientes repartidos por media ?frica occidental para que entreguen la misma suma a otra persona en el continente. Una profesora que viaja a Par¨ªs portando un sobre con mil euros para un estudiante, hijo de una conocida. Las f¨®rmulas y la inventiva se multiplican cuando la necesidad aprieta y la urgencia llama a la puerta. Tambi¨¦n se multiplican las posibilidades de estafa y de extrav¨ªo del dinero.
¡°Si bajan las comisiones y hay competencia, no se env¨ªa dinero de manera informal¡±, precisa el director para ?frica de Ria Money Transfer, El Hadj Malick Seck. ¡°La creatividad de la gente a la hora de hacer llegar el dinero a sus familias es incre¨ªble y existen canales subterr¨¢neos por los que se calcula que circula el 40% del dinero que se mueve en forma de remesa. Las remesas pueden ser un catalizador de desarrollo fundamental si los gobiernos buscan f¨®rmulas para ello. A pesar de la crisis, siguen creciendo. Especialmente en ?frica¡±.
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