Oda a la caligraf¨ªa
Siempre me quedar¨¢ el recuerdo de ese viejo tallista que cuando escrib¨ªa otorgaba al acto un ritual bell¨ªsimo que terminaba en un trazo elegante
Carta de la semana: Oda a la caligraf¨ªa
Es alentador el futuro que nos presenta Ewan Clayton (El Pa¨ªs Semanal, 18-10-2015). Ojal¨¢ se cumpla el augurio. Si no sucede, siempre me quedar¨¢ el recuerdo de ese viejo tallista que cuando escrib¨ªa, o firmaba, otorgaba al acto un ritual bell¨ªsimo que terminaba en un trazo elegante, evocador. Yo siempre utilizo ese ritual y me gustar¨ªa saber que hay gente que valora la palabra escrita a mano. Yo firmo igual que el viejo tallista de trazo inmortal. ?l, mi padre.
Francisco Garc¨ªa Castro. Estepona (M¨¢laga)
Franco y Hitler
Muy interesante el art¨ªculo El ¨¢lbum de Himmler en ?Espa?a, publicado el 11 de octubre, con fotos poco conocidas de este viaje del carnicero nazi y jefe de la Gestapo. Pero, seg¨²n tengo entendido, m¨¢s all¨¢ de esta alianza y ?cooperaci¨®n en lo ideol¨®gico y lo militar, Franco no colabor¨® con Hitler y no entreg¨® jud¨ªos para que fueran exterminados. De todas maneras, este ?interrogante, del cual se discute mucho en Argentina, ser¨ªa ?motivo para una nueva nota, que no dudo que ustedes en ?Espa?a tienen la oportunidad de poder realizar con objetividad.
Natalio Daitch. Buenos Aires (Argentina)
Espa?ol embarullado
Pido a Javier Mar¨ªas que no d¨¦ la batalla por perdida contra el mal uso de la lengua. Solo los escritores, ellos y ellas, podr¨¢n hacer reaccionar a los responsables de decisiones en materia de educaci¨®n para convertir en algo ineludible y efectivo lo que se limitan a plasmar en los curr¨ªculos ministeriales o auton¨®micos: proporcionar un bagaje de recursos y un gusto por la expresi¨®n correcta en la propia lengua que impida tales atropellos. No se trata, como ¨¦l bien dice en el art¨ªculo La invasi¨®n del neoespa?ol del pasado 18 de octubre, de deplorar la evoluci¨®n que toda lengua experimenta a trav¨¦s del tiempo y por motivos diversos, sino un empobrecimiento y una anarqu¨ªa en la expresi¨®n que afecta incluso a lo m¨¢s genuino de la lengua, a sus modismos, esas locuciones metaf¨®ricas por las que llega el eco de una cultura. Una expresi¨®n pobre, torpe y ca¨®tica no puede ser el resultado de una evoluci¨®n ordenada y consensuada por los hablantes, sino la consecuencia de unas deficiencias educativas y de un total desinter¨¦s por la manera de expresarse. Por ello, las denominaciones ¡°neoespa?ol¡± e ¡°idioma aproximado¡± ¨Cutilizadas por la autora del libro al que Javier Mar¨ªas alude¨C no me parecen las m¨¢s exactas para nombrar esa deriva. Dir¨ªa m¨¢s bien ¡°pseudoespa?ol¡± o ¡°espa?ol embarullado¡±.
Hortensia Garc¨ªa Garc¨ªa. ?vila
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