La deshumanizaci¨®n

Lejos de impactarnos, o¨ªr sobre los refugiados de Siria ya es el pan nuestro de cada d¨ªa, y es triste. Vivimos en un sistema edificado sobre avaricia y nuestro fin ¨²ltimo es acumular. Por eso, no nos es complicado girar la mirada al ver a estas familias sin rumbo en busca de un futuro que se les niega porque son una amenaza para nuestro modelo de vida europeo. Este es el gran problema del hombre contempor¨¢neo, la deshumanizaci¨®n. Cre¨ªamos que alg¨²n d¨ªa las m¨¢quinas nos controlar¨ªan y, sin embargo, somos nosotros los que nos convertimos en m¨¢quinas. Aut¨®matas que venden a diario la empat¨ªa a cambio de un nuevo m¨®vil, un coche de ¨²ltima gama o ropa de marca mientras el vecino no tiene cobijo siquiera. Creemos firmemente que la felicidad est¨¢ en los objetos materiales y el dinero, pero estamos muy equivocados. Puede que alg¨²n d¨ªa nos demos cuenta de que nos estamos perdiendo lo ¨²nico verdaderamente trascendental.¡ª Pablo Checa Castro.