Se?oras estupendas
Propongo un 'boom' de mujeres que brillan siendo ellas mismas. Somos fieras, somos divinas, somos explosivas
Una vez, en Par¨ªs, mi amante, treinta?ero como yo por aquel entonces, me dijo: ¡°En esta ciudad hay mujeres mayores que son una obra de arte y nadie las mira, est¨¢n solas¡±. Aterrorizada, puse a esas mujeres en mi radar de observadora y comprob¨¦ que ten¨ªa toda la raz¨®n. Hay se?oras cuya presencia y saber estar se puede admirar al detalle y ponerles un excelente en una lecci¨®n que te est¨¢n dando ellas. Tienen estilo propio y est¨¢ inextricablemente vinculado a sus vidas. Han sido madres o no, pero son ricas en experiencias, se conocen, est¨¢n bien consigo mismas y eso se trasluce en su personalidad, su porte y su risa.
Veinte a?os m¨¢s tarde las sigo buscando y las encuentro, trabajando y cargando con la compra, en la Feria del Libro, en terrazas y clubs de lectura, en centros deportivos, galer¨ªas de arte, plazas o supermercados. Son se?oras con tiempo para arreglarse, o no. Se?oras que van de pelirrojas o que ti?en sus canas con mechas rosas o azules y salen airosas. Se?oras que no pretenden ser un lienzo en blanco, que guardan una impecable coherencia f¨ªsica porque no traicionaron ni car¨¢cter ni expresi¨®n. Se?oras que visten con maestr¨ªa una pieza vintage de cosecha propia o que recurren a la modista cuando quieren hacerse biquinis originales a su medida.
Esas se?oras me miran a los ojos y yo a ellas. Nos reconocemos sin palabras, como si fu¨¦ramos miembros de una sociedad secreta. Ellas se descubren en mi mirada de admiraci¨®n mientras yo pienso: chapeau! Las busqu¨¦ para saber a qui¨¦n desear¨ªa parecerme en ese invisible y vasto territorio que se abre pasados los cincuenta. Ahora, en mi peque?o pero fiero reino, llevamos el t¨ªtulo de Se?oras Estupendas, por la superaci¨®n de los desenga?os, por el refinamiento de la alegr¨ªa, por las ganas de vivir.
Gracias a su espejo comprend¨ª que el atractivo no reside en una piel tersa. Al fin y al cabo, la juventud no se puso de moda hasta la d¨¦cada de los sesenta para atraer al consumo a la generaci¨®n del baby boom de la posguerra. Hasta entonces, ser una mujer de mundo, madura y sofisticada era lo m¨¢s y as¨ª se estilaban las modelos. Y d¨ªganme ustedes, ?qu¨¦ vamos a hacer ahora? Propongo un boom de Se?oras Estupendas que brillan siendo ellas mismas. Somos fieras, somos divinas, somos explosivas. Somos las SEs. Y no estamos solas. Vayan acostumbr¨¢ndose.
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