Soy Madonna

Muchas veces cuando me despierto por las ma?anas, tengo que recordarme mentalmente que yo, en realidad, soy: Louise Veronica Ciccone; que no soy Madonna; que Madonna es solo mi nombre art¨ªstico. Pero aunque me lo digo y me lo repito como un mantra, en el fondo, s¨¦ que esto no es del todo verdad; porque Madonna, la MADONNA con may¨²sculas, la diva, la estrella, la reina del pop, ha terminado por comerse a la otra (a la chica italiana). Se la ha tragado entera. Como se ha tragado tantas y tantas cosas: matrimonios, amigos, amantes, familia¡­ Es insaciable. Y ya es tarde para dar marcha atr¨¢s, para decirle: ¡°!Ey? ?Madonna! ?Es hora de que te vayas! ?La fiesta termin¨®! ?Quiero volver a ser la que alg¨²n d¨ªa fui! ?Alguien normal¡±. Si se me ocurriera decirle eso, se reir¨ªa en mi cara, lo s¨¦, y me espetar¨ªa: ¡°A buenas horas mangas verdes. Adem¨¢s, ?lo deseas de verdad? No me hagas re¨ªr. ?Quieres que me esfume? ?En serio? Si lo hiciera, ?sabes lo que ocurrir¨ªa? Que no tardar¨ªas ni un minuto en suplicarme de rodillas que volviera¡±. Y joder, lo malo es que tiene raz¨®n; m¨¢s raz¨®n que un santo. Ya no puedo vivir sin ella. Y aunque me esclavice y me someta¡­ se lo debo todo. Ni de co?a (y perd¨®n por el lenguaje) hubiera llegado tan lejos si no llega a ser por ella. Y ah¨ª seguimos, porque no para; sigue con ese brillo en la mirada intacto, como el primer d¨ªa. Cuando la miro de frente sus ojos refulgen y me atraen y tambi¨¦n me dan un poco de miedo. ?Qu¨¦ es lo que esconden? Pero me dejo llevar, claro, porque siempre tiene un plan¡­ y si me ve dudar o desfallecer¡­ o sonre¨ªr satisfecha¡­ me se?ala con el dedo y me grita: ?A REINVENTARSE!

?C¨®mo la quiero! ?C¨®mo la odio!