La soledad debilita las defensas
Los leucocitos de las personas que se sienten solas reducen su respuesta contra los virus
Para los animales sociales como los humanos, la soledad suele ser un estado patol¨®gico. De hecho, existe una relaci¨®n entre aislamiento y enfermedad confirmada por centenares de estudios. Pero no est¨¢ tan claro como se produce esta conexi¨®n. Ahora, investigadores estadounidenses han demostrado que en las personas que se sienten solas los genes relacionados con el sistema inmunitario se expresan de forma que lo debilitan ante las infecciones.
La soledad, en el sentido de aislamiento social no escogido, se ha relacionado tradicionalmente con impactos negativos en la salud mental. Suele ir aparejada de sentimientos de angustia, depresi¨®n y estr¨¦s. En el caso de los mayores, los que viven solos, muestran un 14% de aumento del riesgo de muerte prematura, seg¨²n un estudio del psic¨®logo de la Universidad de Chicago, John Cacioppo, autor de varios libros sobre la soledad y uno de los precursores de la llamada neurociencia social. En Espa?a, cuatro millones de espa?oles sufren la soledad.
Cacioppo, junto a colegas de dos universidades californianas, ha indagado en los cambios a nivel gen¨¦tico que podr¨ªa provocar la soledad. En particular, se centraron en la expresi¨®n de los genes (transcripci¨®n gen¨¦tica) que tienen que ver con la formaci¨®n de los monocitos, los gl¨®bulos blancos m¨¢s grandes de los que dispone la sangre. Generados en la m¨¦dula ¨®sea, se dispersan por el torrente una vez madurados para convertirse en el armaz¨®n del sistema inmune.
La expresi¨®n de los genes vinculados con el sistema inmune se ve influida por hechos sociales como la soledad
En un trabajo previo, este grupo de cient¨ªficos hab¨ªa descubierto una conexi¨®n entre la soledad y un fen¨®meno que ellos llamaron respuesta transcripcional conservada ante la adversidad (CTRA, por sus siglas en ingl¨¦s) y que se podr¨ªa ver como la reacci¨®n gen¨¦tica a la soledad. Esta particular respuesta se manifiesta en una mayor expresi¨®n de los genes que intervienen en la inflamaci¨®n, una de las se?ales de alerta ante la infecci¨®n. En paralelo, se produce una menor expresi¨®n de los genes dedicados a la respuesta contra virus.?
Los investigadores han estudiado ahora esta respuesta tanto en un grupo de humanos como en ejemplares de macaco Rhesus (Macaca mulatta), uno de los primates m¨¢s sociales que hay y para los que el aislamiento forzado es uno de los mayores castigos. Entre los humanos, 141 ciudadanos de Chicago (EE UU), la cuarta parte se reconocieron socialmente aislados en la escala de la soledad que cre¨® la Universidad de California Los Angeles hace unas d¨¦cadas. Para los macacos, estudiaron la posici¨®n y relaciones sociales de varias decenas de ellos para determinar cu¨¢les se sent¨ªan solos.
Una vez identificados, los cient¨ªficos analizaron la expresi¨®n de varios genes relacionados con los monocitos en varios momentos de los cinco a?os que abarc¨® el estudio. Tal y como publican en PNAS, vieron que, aquellos que dec¨ªan sentirse solos reproduc¨ªan el fen¨®meno CTRA. Es decir, mostraban una programaci¨®n gen¨¦tica caracterizada por un aumento de la respuesta inflamatoria a la par que un descenso de la expresi¨®n de los genes relacionados con la reacci¨®n ante los virus.
En monos, los aislados presentan menores defensas contra el virus de inmunodeficiencia en simios
"Tambi¨¦n hemos visto que vivir en soledad, predice una expresi¨®n de los genes tipo CTRA medida un a?o m¨¢s tarde", escribe Cacioppo. A¨²n m¨¢s sorprendente, la soledad y la expresi¨®n de los genes vinculados a los leucocitos parecen tener una relaci¨®n rec¨ªproca, influy¨¦ndose la una a los otros. Es como si tener gl¨®bulos blancos debilitados pudiera predecir que uno va a sentirse solo meses despu¨¦s. "Estos resultados son espec¨ªficos del sentimiento de soledad y no se pueden explicar por una sintomatolog¨ªa depresiva, estr¨¦s o apoyo social", explica el psic¨®logo estadounidense.
Con los estudios con macacos creen explicar c¨®mo se produce esta conexi¨®n entre una situaci¨®n social (la soledad) y su correlato f¨ªsico (la salud). En la orina de monos catalogados como en soledad, encontraron elevados niveles de restos de un neurotransmisor conocido como?norepinefrina. Esta sustancia, que tambi¨¦n funciona como hormona, interviene en el mantenimiento del estado de alerta ante las amenazas. Su rol en el sistema inmune consiste en estimular a las c¨¦lulas madre de la m¨¦dula ¨®sea para que generen y pongan en circulaci¨®n m¨¢s y m¨¢s monocitos que acaban en el torrente sangu¨ªneo antes de tiempo.
Comprobado el mecanismo celular que conecta soledad con sistema inmunitario, los investigadores fueron un poco m¨¢s all¨¢. Con sus datos de conducta y de expresi¨®n de los genes, infectaron a 17 macacos con el virus de inmunodeficiencia en simios, emparentado con el VIH de los humanos. Aunque la muestra no era muy grande, comprobaron que los macacos que se sent¨ªan solos mostraron una peor respuesta contra el virus. En cuanto a los humanos, aunque har¨¢n falta m¨¢s estudios, Cacioppo recuerda que ya se ha demostrado que "las personas son mas susceptibles a los virus de las v¨ªas respiratorias cuando est¨¢n solas".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.