Filipinos protagonistas de su futuro
La poblaci¨®n de la aldea de Bical, frecuentemente azotada por los desastres naturales, decide c¨®mo construir su propia resiliencia
Al barangay (aldea) de Bical, en la municipalidad de San Fernando, al Este de Filipinas, solo se puede llegar en moto o en balsa. Como delegado de comunicaci¨®n de Cruz Roja, he visitado en el ¨²ltimo mes varios proyectos en diferentes regiones de Filipinas para ver y documentar la recuperaci¨®n de la poblaci¨®n que se vio afectada por el tif¨®n Yolanda. He entrevistado a familias que perdieron sus casas y han recibido otras nuevas. Que perdieron sus cultivos, y gracias a ayudas econ¨®micas han vuelto a plantar y a producir.
Pero en Bical, un barangay de la provincia de Camarines Sur, al este de Filipinas, he venido a conocer de primera mano un proyecto diferente. Innovador. Tambi¨¦n vinculado a prevenir desastres y a potenciar la resiliencia de la poblaci¨®n¡ pero desde un enfoque distinto.
Solo hay dos maneras de llegar a Bical solo: en moto o en lancha. Nosotros usamos la segunda, y tras bordear un tramo de costa, desembarcamos en una playa de cantos rodados.
Me acompa?a Ana de Castro, delegada de Cruz Roja Espa?ola en el pa¨ªs, y algunos voluntarios y personal de Cruz Roja Filipina que, junto a ella, han puesto en pie este proyecto que viene a consolidar la extensa historia de m¨¢s de 15 a?os de cooperaci¨®n con la que cuenta Cruz Roja Espa?ola en Filipinas.
Llegamos a Bical en barca y el barangay se nos muestra como un paraje paradis¨ªaco: situado en la costa y rodeado de monta?as. Pero lo hermoso y espectacular de la orograf¨ªa hace que la aldea sea tambi¨¦n vulnerable ante tifones y tormentas. Glenda, sin ir m¨¢s lejos, arras¨® cultivos, casas y vidas. La costa est¨¢ salpicada de viviendas de madera y tejados de nipa (hojas de palma), pues si llegar aqu¨ª es complicado, construir casas de hormig¨®n es costoso.
Uno de estos tejados de hojas secas cobija a medio centenar de habitantes del barangay en una soleada tarde del oto?o filipino. Los voluntarios de Cruz Roja les han convocado all¨ª. No se les ha reunido para entregarles ayuda humanitaria, ni para repartir dinero.
Como digo, el objetivo de este singular proyecto es muy distinto. Pretende dar un paso m¨¢s en el proceso de desarrollo de las comunidades. Hacer algo m¨¢s que equiparlas ante desastres, de dotarlas de medios, como ya se ha hecho en otras ocasiones. Lo que se busca es empoderar a los ciudadanos y ciudadanas para que tomen sus propias decisiones, en este caso, a la hora de reducir los riesgos ante desastres. Fomentar la movilizaci¨®n comunitaria para que lleven a cabo lo que en espa?ol se conoce como incidencia pol¨ªtica y en ingl¨¦s, advocacy. En definitiva, que los vecinos sean protagonistas de su desarrollo, y que tomen las riendas de su futuro. Por eso est¨¢n convocados all¨ª: para participar en el proyecto, para implicarse.
Pero no nos alejemos de Bical: bajo el tejado de nipa en el que se re¨²nen los vecinos, un voluntario sostiene un mapa pintado a mano que representa el barangay. No est¨¢ hecho a escala, pero est¨¢ claro que eso es Bical.Varios dibujos representan la escuela, la iglesia, un r¨ªo cercano y las ¨¢reas de la aldea que se inundan cada vez que llueve.
La costa est¨¢ salpicada de viviendas de madera y tejados hojas de palma, pues si llegar aqu¨ª es complicado, construir casas de hormig¨®n es costoso
En otro gran mural con los meses se muestra c¨®mo era el clima hace 20 a?os en la aldea y c¨®mo es ahora: rayitas de la lluvia aparecen dibujados en meses donde antes hab¨ªa soles. A su lado, otro mural enumera las principales amenazas: los tifones, los corrimientos de tierra y los tsunamis. Han sido los propios habitantes del barangay quienes dibujaron el mapa y elaboraron los murales en talleres y reuniones anteriores a esta. Han sido ellos quienes han identificado sus debilidades y fortalezas, antes de decidir c¨®mo atajar los riesgos.
?Pero qu¨¦ margen tienen estas comunidades para decidir? Lo cierto es que en Filipinas existen diversas herramientas de participaci¨®n ciudadana. Y tienen bastante que decir en la reducci¨®n del riesgo de desastres. Por ejemplo, la legislaci¨®n filipinas permite que las comunidades dediquen un 5% de los ingresos municipales a un Fondo de Gesti¨®n y Reducci¨®n del Riesgo ante Desastres, con el que se financia la compra de equipos de rescate, la mejora de canalizaciones, la creaci¨®n de muros de contenci¨®n, la construcci¨®n de centros de evacuaci¨®n... El destino de esos fondos depende, en gran medida, de lo que decida la comunidad.
?Y ahora qu¨¦? Pues a¨²n queda mucho por hacer. Esta asamblea, en Bical, es solo uno de los primeros pasos. Vendr¨¢n m¨¢s: se tejer¨¢n lazos y colaboraciones con otras organizaciones y entidades, que tambi¨¦n trabajan en cuestiones de desastres, se organizar¨¢n campa?as de sensibilizaci¨®n y queda por dise?ar, junto a la comunidad, un Plan de Movilizaci¨®n, en el que los habitantes determinen c¨®mo quieren que cambien las cosas.
Para lograr esta movilizaci¨®n social, el papel de los voluntarios es esencial. Por eso, el proyecto tambi¨¦n hace hincapi¨¦ en ampliar y reforzar la red de voluntariado de Cruz Roja Filipina en cada comunidad, para que sean estos mismos voluntarios y voluntarias quienes diseminen los conocimientos entre sus convecinos.
Como parte del proyecto, tambi¨¦n nos hemos propuesto redise?ar materiales de difusi¨®n y prevenci¨®n de desastres, como carteles, juegos y c¨®mics para ni?os que Cruz Roja Filipina utiliza desde hace a?os para explicar de forma did¨¢ctica qu¨¦ hacer cuando hay un tif¨®n o un terremoto. Ahora, estos materiales ser¨¢n m¨¢s inclusivos, para quereflejen la diversidad, la igualdad de g¨¦nero,a las personas con discapacidad y a las personas mayores.
Porque la igualdad y la participaci¨®n tambi¨¦n son cruciales para mejorar el desarrollo de cualquier comunidad. Para mejorar su resiliencia. Aunque sean menos tangibles.
Miguel Domingo Garcia es delegado de comunicaci¨®n de Cruz Roja en Filipinas.
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